Autor: Carlos Bustelo
El poder sindical y la reforma pendiente
La situación de emergencia de nuestra economía y la presión de Bruselas y del Banco Central Europeo pueden ofrecer una oportunidad histórica para romper de una vez nuestros rígidos esquemas laborables y sindicales
The New York Times and The Garzon Case
Mr. Garzón s attempt to launch a new cause célèbre has very little to do with justice. Rather, we are many in Spain to believe that it was a show for domestic political consumption and a leverage for a further enhancement of his status as an international celebrity
The New York Times and The Garzon Case
Mr. Garzón s attempt to launch a new cause célèbre has very little to do with justice. Rather, we are many in Spain to believe that it was a show for domestic political consumption and a leverage for a further enhancement of his status as an international celebrity
La creación de empleo y el mercado de trabajo
Los altos costes de despido de los trabajadores fijos otorgan a éstos un alto poder negociador y de ahí la alta rigidez salarial en España a pesar de las elevadas tasas de paro. Ello se refleja en los resultados de la negociación sectorial que predomina en los convenios colectivos, favorecida por las normas vigentes sobre la representatividad sindical y la vigencia legal de los convenios. Ello permite que en muchos casos, los salarios pactados no tengan ninguna relación con la evolución de la productividad y situación de la empresa
La Transición democrática (1975-1982)
Los excelentes cuadros profesionales que integraban la UCD no fueron capaces de resistir la influencia de la última oleada de socialismo que asolaba Europa en aquel momento. Es una lástima que no fueran capaces de prever e incorporarse a la revolución liberal conservadora que, con Margaret Thatcher y Ronald Reagan, iba a cambiar la historia económica del mundo pocos años después.
La izquierda asustada y el cambio climático
En el programa del Partido Socialista español, por el contrario, continúa la promesa de cerrar nuestras seis centrales nucleares que todavía no lo han hecho. Ahí está la prueba definitiva de que toda esta preocupación oficial por el apocalipsis climático algoriano es, una vez más, puro simulacro interesado, pero que puede resultar ruinoso para los españoles. Y un magnífico negocio para unos cuantos espabilados.