Que jodan a los judíos

por Mark Steyn, 21 de diciembre de 2006

(Publicado en Chicago Sun Time, 3 de diciembre de 2006)

El 'Iraq Study Group' de James Baker parece haber sido ideado según la línea de la boda más reciente de Liza Minnelli. Un alineamiento estelar: Donna Summer, Mickey Rooney, los Doobie Brothers, Gina Lollobrigida, Michael Jackson, Mia Farrow, Little Anthony y los Imperials, Jill St. John. Esa fue la boda de Liza, no la Comisión Baker. Pero en ambas reuniones, todo el mundo que es alguien estuvo allí, sin importar el tiempo que hace que fue alguien. De modo que el fabuloso Baker del momento era acompañado por los funcionarios Clinton Leon Panetta y Bill Perry, el compañero de golf de Clinton Vernon Jordan, el colega de correrías sexuales de Clinton Chuck Robb, la quintaesencia del Republicano 'moderado' Alan Simpson, la tránsfuga de las votaciones del Tribunal Supremo por excelencia Sandra Day O'Connor...
 
Dios, no puedo seguir. Preferiría ver a Mia Farrow morreándose con Mickey Rooney con un elepé de los Doobie Brothers. Como logro sorprendente, la Comisión Baker concluía sus deliberaciones invitando a testificar -- redoble por favor -- al Senador John F. Kerry. Si eres uno de esos idiotas que abandonan la escuela, acabas en Irak. Pero si eres sofisticado y pedante, acabas en una comisión acerca de Irak. Para redondearlo -- interpretando a David Gest frente a la Liza de Jim Baker -- está el inevitablemente copresidente Lee Hamilton, excongresista de Indiana. Como recordará usted, también copresidió la Comisión del 11 de Septiembre, en cumplimiento del Artículo II Sección 5 de la Constitución de los Estados Unidos, que afirma: 'Poseerás el monopolio del conocimiento en política exterior, seguridad nacional y demás temas de peso con los que se bendice a un Representante jubilado del distrito noveno de Indiana, si tienes un aspecto lo bastante venerable. En el caso de que acabes incapacitado, tu lugar será ocupado por Jill St. John'. Pediría la creación de una comisión especial para examinar si necesitamos todas estas comisiones especiales, pero probablemente harían que también la presidiera Lee Hamilton.
 
No me entienda mal, me gusta Friars' Club Roast como al que más y estoy seguro de que Jim Baker conversando con John Kerry era lo más excitante del mundo. ¿Pero no le sorprende como algo simplemente un poco parroquiano? Al margen del Senador Kerry, me pregunto si a la Comisión se le pasó por la cabeza escuchar a alguien como Goh Chok Tong, el exprimer ministro de Singapur. Hace un par de años, en visita a Washington justamente cuando la locura de lo de la vorágine sin prudencia de los medios Demócratas se ponía en movimiento, él lo resumía con belleza:
 
'El tema clave ya no son las armas de destrucción masiva, ni siquiera el papel de la ONU. El tema central es la credibilidad de América y la voluntad de prevalecer'.
 
Como escribo en mi libro nuevo, el Gabinete de ministros de Singapur aparentemente entiende eso mucho más claro que los Senadores, Congresistas y ex secretarios de estado de Estados Unidos. O, como declaraba al New York Times uno de los grandes de la Comisión Baker, 'Tenemos que desplazar el debate nacional de si mantener el curso o no a cómo iniciar el camino de salida'.
 
Una 'estrategia de salida' en esos términos no solamente es el camino de salida de Irak, sino también de un montón de lugares más -- incluyendo Irán, Corea del Norte, Sudán, Venezuela, Rusia, China, y las Islas Cook. Porque América se revelará ante el mundo como un fraude. Una hiperpotencia que es todo parafernalia y sin ningún poder -- o, en cualquier caso, ninguna voluntad. Según el New York Sun, 'Un consejero experto de la comisión Baker-Hamilton espera que el panel de diez miembros recomiende que la administración Bush presione a Israel para hacer concesiones en una jugada encaminada a sentar a Irán y Siria en una conferencia regional...'
 
A primera vista, esto suena como la confirmación admirablemente concebida del eslogan más celebrado de James Baker sobre 'el proceso de paz' de Oriente Medio: 'A los judíos que los jodan. De cualquier manera, no nos votan'. Sus recomendaciones parecen encaminadas a joder a los judíos a diestro y siniestro convirtiéndoles en la moneda de cambio para Irak. Pero espere: si Israel puede ser obligado a abandonar los Altos del Golán y otras tierras (como sugieren algunos fantasiosos) con el fin de persuadir a sirios e iraníes de dejar de matar a las fuerzas de la coalición en Irak, nuestros enemigos aprenderán una importante lección: el mejor modo de debilitar a Israel es matar americanos. Soy partícipe por completo del cinismo Bakerita, pero esto parece que no solamente jode a los judíos, sino también a los americanos.
 
Sería además una demostración particularmente despreciable de un discurso que escuché utilizar el otro día a Bernard Lewis, nuestro mayor académico en Oriente Medio -- que 'América es inofensiva como enemigo y traidora como aliado'. Castigar a tus amigos como medio de recompensar a tus enemigos por matar a tus fuerzas parece una parodia casi textual de ese dictado. En último término, América se estará castigando a sí misma. El mundo comprenderá que Vietnam no es la excepción, sino la norma.
 
Ha sido extraño ver a mis compañeros en la derecha enfocando Irak como tema de inventario y personal. Muchos piden que se envíen más tropas a Bagdad, otros afirman que las fuerzas armadas norteamericanas en conjunto son demasiado pequeñas y están demasiado ocupadas. Mire, América es responsable del 40% del gasto militar del planeta: gasta más dinero en sus fuerzas armadas que los siguientes 43 ejércitos más grandes combinados, desde China, Gran Bretaña y Francia pasando por toda la lista de éxitos del gasto militar hasta Montenegro y Angola. ¿Pero no es lo bastante grande para derrotar a una insurgencia confinada a un radio de 30 millas de una capital del desierto?
 
No son los aviones, los tanques, los hombres, las protecciones. Es la voluntad política. Puedes tener el mejor coche de la ciudad, pero no ir a ninguna parte si no pones el pie en el pedal. Hace tres años, cuando era obvio que Siria e Irán estaban violando con impunidad las fronteras de Irak, debimos haber hecho lo que hicieron los británicos en la presunta 'confrontación' con Indonesia hace 40 años, cuando plantaron cara a Yakarta haciendo con el recién independizado estado de Malasia lo que Damasco y Teherán están haciendo hoy a Irak. Las fuerzas británicas, australianas y malayas llevaron a cabo incursiones a bajo a nivel letalmente eficaces en Indonesia, manteniendo al enemigo a la defensiva y ganando la guerra sin que apenas apareciera una palabra en la prensa. Si el propósito estratégico de invadir Irak era crear un efecto dominó regional, entonces jugar a la defensa durante tres años en el Triángulo Sunní no tiene sentido. Nunca debimos haber acabado atrapados en la Zona Verde. Si tenía que haber una Zona Verde, debía haber estado en el lado sirio de la frontera.
 
Quizá las propuestas de la Comisión Baker no demuestren ser tan vacías e irrisorias como las filtradas. Pero si lo son, el presidente no debería prestarles ninguna atención. Una rendición bipartidista -- los Republicanos salen y los Demócratas corren -- sería una sorprendente autohumillación de Estados Unidos. Y una vez que el resto del mundo ate cabos, la Zona Verde va a ser América.


 

 
 
Mark Steyn es periodista canadiense, columnista y crítico literario natural de Toronto. Trabajó para la BBC presentando un programa desde Nueva York y haciendo diversos documentales. Comienza a escribir en 1992, cuando The Spectator le contrata como crítico de cine, Más tarde pasa a ser columnista de The Independent. Actualmente publica en The Daily Telegraph, The Chicago Sun-Times, The New York Sun, The Washington Times y el Orange County Register, además de The Western Standard, The Jerusalem Post o The Australian, entre otros.