Ofensiva terrorista en la Península Arábiga y el Cuerno de África

por Carlos Echeverría Jesús, 1 de julio de 2009

Arabia Saudí, Yemen y Somalia aparecen cada vez más a ojos de la red Al Qaida y de sus franquicias como un espacio geográfico donde bien merece la pena orientar los esfuerzos para coadyuvar al Yihad guerrero. En él se puede golpear a sus dos grandes enemigos - los regímenes apóstatas y sus seguidores, considerados todos ellos como musulmanes desviados, y sus pilares occidentales tomen estos la forma de turistas, de militares, de funcionarios o de hombres de negocios - y ello ha llevado a los líderes e ideólogos del yihadismo salafista a incorporar esta convulsa zona del mundo en su lista de lugares donde podemos identificar un esfuerzo importante en términos terroristas, junto con Irak, con el eje Afganistán-Pakistán, o con la franja del Sahel y el Magreb. Como botón de muestra el número dos de Al Qaida, el egipcio Ayman Al Zawahiri, invitaba en su grabación del pasado 22 de febrero titulada “De Kabul a Mogadiscio” a combatir en escenarios como Somalia y Yemen aparte de hacerlo en otros como Gaza, Afganistán o Pakistán.[1]
 
El estado de la cuestión en la zona: secuestros, revueltas y atentados
 
La fusión de las ramas saudí y yemení de Al Qaida anunciada a principios de año no ha hecho sino incrementar el activismo terrorista en la Península Arábiga, de la misma manera en que el anuncio de la creación oficial de Al Qaida en las Tierras del Magreb Islámico (AQMI) en enero de 2007 - denominada también en algunos momentos con el pomposo nombre de Al Qaida en las Tierras de los Bereberes - permitió incrementar el activismo terrorista durante ese año tanto en la castigada Argelia como en el vecino Marruecos, localizándose en ambos países diversos atentados suicidas. En el escenario que nos ocupa cabe destacar un importante activismo terrorista en suelo yemení y un incremento del mismo al otro lado del Golfo de Adén, en una atribulada Somalia, donde el grupo Al Shabab siembra la muerte en su lucha por hacerse con el control de este auténtico Estado fallido.
 
Yemen, tierra de nacimiento de Osama Bin Laden, fue escenario en 2007 de varios de los ataques más emblemáticos de Al Qaida, manteniendo con ello la aureola dejada a fines de la pasada década con el sangriento atentado suicida marítimo de la red de redes que golpeó al buque estadounidense ‘USS Cole’ en el interior del puerto de Adén. Ahora también intereses estadounidenses han sido atacados - la Embajada de los EEUU en Sana sufría un ataque con morteros el pasado septiembre que provocaba 16 muertos y que era adjudicado a Said Alí Al Shiri, un ex-preso de Guantánamo entregado por los EEUU a Arabia Saudí ese mismo año[2] - y junto a ellos varios grupos de turistas extranjeros así como objetivos civiles y militares nacionales. En julio de 2007 siete turistas españoles y sus dos guías yemeníes morían a manos de un terrorista suicida a su regreso de visitar la tumba de la Reina de Saba y el 15 de marzo de 2009 eran cuatro turistas surcoreanos los asesinados en la provincia meridional de Hadramawt junto con su guía yemení en otro atentado suicida.[3] Dos meses después, en mayo, morían dos turistas belgas junto con su chófer.
 
Decenas de yihadistas salafistas son buscados por el régimen del Presidente Alí Abdullah Saleh quien lleva años tratando de derrotar a esta amenaza interna que cuenta con una destacada diáspora más allá de sus fronteras tal y como lo demuestra la bolsa de prisioneros yemeníes - varias decenas - que aún permanecen en Guantánamo, siendo el grupo más importante de los 232 prisioneros que todavía siguen internados en dicha Base. Es también destacable que recientemente el Gobierno yemení haya distribuido una lista de 152 terroristas buscados que incluye los nombres de 90 saudíes, una prueba de la ósmosis en la que viven los terroristas a uno y otro lado de la muy porosa frontera saudo-yemení, una vecindad sin duda compleja dada la situación interna del Reino y la pujanza del yihadismo salafista en su suelo. Así, el 15 de marzo de 2009 el Ministro del Interior yemení anunciaba la captura de Abdullah Abdul-Rahman Mohammed Al-Harbi, uno de los terroristas más buscados en Arabia Saudí, quien había sido detenido en la provincia yemení de Taiz.[4]
 
El secuestro el pasado 13 de junio de nueve extranjeros (siete alemanes, un británico y una surcoreana) en la provincia septentrional de Saada, en Yemen, y el macabro desenlace del mismo poco después, pone de nuevo en evidencia la desestabilización de este país árabe y de su vecindad inmediata - Arabia Saudí por el norte y Somalia por el sur, al otro lado del Golfo de Adén - convirtiéndose como estamos demostrando toda esta región y de forma acelerada en uno de esos escenarios geográficos mimados por el terrorismo yihadista salafista.
 
En Yemen, el régimen del Presidente Saleh se enfrenta a duras penas y desde hace largo tiempo al efecto combinado de choques tribales, bandidismo y enfrentamientos entre suníes y shiíes zaidíes, un cóctel demasiado atractivo como para que Al Qaida no lo aprovechara en un escenario que ve agravados sus problemas como consecuencia de una unión entre Yemen del Norte y Yemen del Sur, en 1990, cuyas consecuencias aún no se han asimilado del todo, y como tampoco se han asimilado las de la guerra civil de 1994, especialmente en el ámbito de la seguridad.
 
La práctica de los secuestros viene de antiguo y cabe destacarse que más de dos centenares de extranjeros han sido secuestrados en el país en los últimos quince años, la mayoría por motivos puramente económicos y a veces para utilizarlos como moneda de cambio en negociaciones de jefes tribales y/o de grupos de bandidos con el régimen. Generalmente los secuestros cometidos bajo dichas circunstancias no terminaban en tragedia salvo algunas excepciones - en 1998 cuatro occidentales (3 británicos y un australiano) murieron cuando las fuerzas de seguridad intentaron liberarlos y lo mismo le ocurrió a un diplomático noruego en 2000 - pero ahora, con la penetración de Al Qaida en este escenario geográfico, las reglas han cambiado. El secuestro del grupo de nueve extranjeros y el posterior asesinato de al menos tres de ellos (dos mujeres alemanas y una surcoreana) - localizándose sus cuerpos el 15 de junio en la localidad de Shukwan, fronteriza con territorio saudí - era presentado de partida por el régimen como un acto cometido por la organización shií Yamaa Al Huthi, activa en esa región, pero aparte de negarlo ésta y diversos observadores de dentro y de fuera del país así como la crueldad de la acción - habían sido asesinadas con armas de fuego y con armas blancas - juegan en contra de tal versión y señalan a la red Al Qaida y a sus componentes locales.[5]
 
Un grupo tribal acababa de liberar en la misma provincia de Saada el 12 de junio y al día siguiente de haberlos capturado a 24 doctores y enfermeras también extranjeros, pero para su desgracia el grupo objeto de este análisis - también conformado por trabajadores de un hospital local - han tenido un fin dramático al haber caído en manos de yihadistas salafistas y no de bandidos. Por otro lado, esta matanza se ha producido en la misma provincia en la que fueran asesinados los turistas españoles y sus dos guías yemeníes en julio de 2007 en un atentado suicida,[6] y quedarían aún en manos de los terroristas, si no han muerto ya pues hay mucha confusión al respecto, tres ciudadanos alemanes y un británico mientras que dos niñas, que completan el grupo de nueve secuestrados, habrían sido encontradas vivas.[7] Yemen se erige así en un país especialmente peligroso gracias al activismo de Al Qaida en su suelo, algo que por otro lado ya se venía anunciando en meses recientes gracias a visibles detenciones realizadas por las fuerzas de seguridad: el 25 de marzo el Ministerio del Interior yemení anunciaba la detención de seis hombres por preparar ataques contra ciudadanos extranjeros en el país reclutados por Al Qaida.[8]
 
Las vulnerabilidades del régimen de Sanaa con respecto al terrorismo yihadista salafista son importantes, como también lo es el empeño del Presidente Saleh por hacerle frente. Así, mientras se producía el secuestro de occidentales aquí tratado el régimen anunciaba la detención, en Marib el 12 de junio, de Hasan Husein Alwan, el supuesto responsable financiero de Al Qaida en Yemen y Arabia Saudí y que estaba considerado como “uno de los terroristas de Al Qaida más peligrosos”: Alwan era ya uno de los altos dirigentes de Al Qaida en la Península Arábiga (más conocida por sus siglas en inglés, AQAP, a raíz de la fusión de ambos ramales nacionales en enero de este año).[9] Ahora las circunstancias expuestas nos describen un escenario de crecimiento constante de la inseguridad en el país y ello aún podría agravarse más con la llegada de presos de Guantánamo tanto a Arabia Saudí como al propio Yemen: este mismo mes The Wall Street Journal se hacía eco de un posible y probablemente próximo acuerdo entre Washington y Riad para que Arabia Saudí se haga cargo de decenas de presos yemeníes para someterlos a sus programas de rehabilitación de terroristas.[10]
 
El problema es que dichos programas - ejemplo de generosidad donde los haya pues ofrecen a criminales piso, matrimonio y financiación y todo ello tras haberse sometido al liviano “castigo” de algunos ‘briefings’ sobre el contenido pacífico de la religión musulmana y poco más - no se han mostrado especialmente útiles para evitar que algunos individuos tratados con ellos, como es el caso del susodicho implicado en la preparación del ataque contra la Embajada estadounidense en Sanaa el pasado septiembre, hayan reincidido.[11] Frente a esta posibilidad de que los presos yemeníes de la base estadounidense sean entregados a Arabia Saudí se alzan los familiares en su país de origen, constituyéndose en embrión de “lobby” como ya lo hacen desde tiempo atrás en Marruecos y en otros rincones del mundo islámico los familiares de presos también yihadistas salafistas.[12]
 
Como última debilidad a señalar, y que también se ha venido dando en otros escenarios de países árabo-musulmanes como es el caso de Argelia, destacaremos la gestión en ocasiones demasiado blanda y generosa de los presos yihadistas salafistas en un país, Yemen, que como Argelia se han venido destacando por su firmeza a la hora de enfrentarse al fenómeno terrorista. El pasado 8 de febrero un portavoz gubernamental anunciaba que las autoridades habían decidido liberar a 176 presos sospechosos de tener contactos con Al Qaida - confirmando que 95 de ellos ya habían sido liberados el 6 de febrero - y trataba también de tranquilizar a la población yemení afirmando que entre ellos no había terroristas salvo que estos hubieran cumplido ya sus condenas.[13]
 
La dispersión de los terroristas y la búsqueda por estos de santuarios
 
Al igual que sucediera en Afganistán con el lanzamiento en octubre de 2001 de la operación militar que llevó al derrocamiento del régimen talibán, o en España con la llegada de yihadistas marroquíes a lo largo de 2003 huyendo de las detenciones masivas realizadas por las fuerzas de seguridad marroquíes tras los atentados suicidas de Casablanca el 16 de marzo de aquel año, voces autorizadas hablan ahora de la dispersión de terroristas que las operaciones militares en suelo paquistaní están produciendo. Estas operaciones lanzadas por el Ejército y por las fuerzas de seguridad paquistaníes en zonas como el Valle de Suat están reubicando terroristas no sólo en latitudes más próximas al escenario afgano-paquistaní como son algunos países centroasiáticos - y en particular Uzbekistán - sino también en otras más alejadas como son Yemen o Somalia, buscándose por parte de los terroristas lugares donde poder seguir adelante con su Yihad guerrero. Así lo señalaba el Almirante Mike Mullen, Jefe de Estado Mayor Conjunto estadounidense, hace algunas semanas, refiriéndose concretamente tanto a Yemen como a Somalia.[14] En efecto, en el país africano se está librando una guerra feroz entre yihadistas salafistas, por un lado, y antiguos correligionarios dentro del islamismo que ahora tratarían de ejercer el poder en Mogadiscio recibiendo para ello el apoyo de la Comunidad Internacional.[15] Tal realidad nos obliga a recordar de nuevo la lista de objetivos marcada por doquier por los yihadistas salafistas y que describíamos al principio: en ella están por supuesto los infieles, pero también lo están y en igualdad de condiciones los apóstatas o musulmanes desviados entre los que se cuentan antiguos yihadistas salafistas que con el tiempo han acabado sometiéndose aceptando fórmulas dialoguistas y pragmáticas. Si ya a mediados de mayo el propio Enviado Especial de la ONU a Somalia, el mauritano Ahmedou Ould-Abdallah, advertía de que cientos de extranjeros luchaban en Somalia en las filas del grupo Al Shabab, la filial local de Al Qaida, desarrollos posteriores del conflicto somalí nos permiten vislumbrar la mano del la red de Bin Laden en dicha ofensiva.[16] El 17 de mayo terroristas de Al Shabab tomaban la estratégica ciudad de Jahwar, 90 kilómetros al norte de Mogadiscio,[17] y siguen hasta hoy su ofensiva sobre la capital - como botón de muestra reciente el 17 de junio morían 26 personas en combates y atentados en la misma y al día siguiente un terrorista suicida lograba matar en el centro del país al Ministro de Seguridad Interior y a otras 30 personas[18] - que está animada por el propio Bin Laden quien se había manifestado a través de una grabación en audio hecha pública el pasado 19 de marzo en la que condenaba al actual Presidente somalí, el islamista Shaykh Sharif Shaykh Ahmed, pidiendo “su destronamiento por la fuerza ya que se ha pasado a los infieles”.[19]
 
Un mes antes el número tres de Al Qaida, el libio Abu Yahya Al Libi, había transmitido a través de un vídeo la invitación global de la red a terminar con la vida del nuevo Presidente somalí y ello con unas muy expresivas palabras: “Apuntad vuestras flechas hacia ellos, dirigid vuestras batallas contra ellos e intensificad vuestra campaña contra ellos. Preparad la lucha contra la campaña de conspiraciones ilustradas por la reciente y burda elección presidencial en Somalia que América - el líder mundial de los infieles - fue el primero en bendecir”.[20] Los combates cada vez son más intensos en suelo somalí, la amenaza de la piratería cada vez es más osada y el desastre humanitario se refleja en el hecho de que Somalia tiene ya hoy la mayor concentración de desplazados internos del mundo y se visualiza también en campos de refugiados como el de Dadaab, localizado en la región fronteriza entre Somalia y Kenia, que está considerado hoy como el mayor del mundo.
 
En Somalia se está escenificando pues el choque entre yihadistas salafistas y sus enemigos apóstatas y en él no faltan tampoco los enfrentamientos en el seno de la aparentemente compacta red en la que destaca el protagonismo del grupo Al Shabab, demostrando de nuevo que el yihadismo salafista supone una amenaza interna al Islam y que lleva a radicalizar a los radicales recordándonos las sangrientas ‘vendettas’ que en latitudes más próximas a nosotros han enfrentado periódicamente en las dos últimas décadas a sanguinarios jefezuelos de los Grupos Islámicos Armados (GIA) argelinos entre sí, y ello a la vez que luchaban simultáneamente contra islamistas también radicales del Ejército Islámico de Salvación (EIS) - brazo terrorista del Frente Islámico de Salvación (FIS) - por considerarlos dialoguistas y por ello entreguistas, contra las autoridades calificadas de apóstatas de Argelia o contra sus valedores extranjeros.[21]
 
En términos de interacción entre terroristas cabe destacarse que Abdelrahman Mahdi Alí Qasim Al Ujayri, el suicida que en marzo de 2009 asesinó a cuatro turistas surcoreanos en Yemen, había recibido entrenamiento en Somalia, o que un terrorista de origen estadounidense murió matando como suicida en Somalia, y todo ello confirma el carácter transnacional de los terroristas de las filiales de Al Qaida en este marco regional de la misma manera que se viene produciendo en otros: recuérdese cómo en el Magreb, y en concreto en Argelia, elementos yemeníes que actuaban como mensajeros y enlaces de Al Qaida fueron bien detenidos bien eliminados por las fuerzas de seguridad en los primeros años de la presente década, o cómo en agosto de 2008 un terrorista suicida que detonó sus explosivos en suelo argelino era de nacionalidad mauritana y había sido captado y adiestrado por AQMI.[22]

 
 
Carlos Echeverría Jesús (Madrid, 26 de marzo de 1963) es Profesor de Relaciones Internacionales de la UNED y responsable de la Sección Observatorio del Islam de la revista mensual War Heat Internacional. Ha trabajado en diversas organizaciones internacionales (UEO, UE y OTAN) y entre 2003 y 2004 fue Coordinador en España del Proyecto 'Undestanding Terrorism' financiado por el Departamento de Defensa de los EEUU a través del Institute for Defense Analysis (IDA). Como Analista del Grupo asume la dirección del área de Terrorismo Yihadista Salafista.
 
 
Notas
[1]Véase “Recent Highlights in Terrorist Activity” Combating Terrorism Center at West Point CTC Sentinel Vol. 2, número 3, marzo 2009, p. 27.
[2]El 11 de marzo de 2009 Yemen acusaba formalmente a 16 sospechosos - 14 yemeníes y 2 sirios - de formar parte de Al Qaida constituyendo una célula a la que se adjudicaban diversos ataques terroristas, uno de ellos el producido en marzo de 2008 contra la Embajada estadounidense en Sanaa. Véase CTC Sentinel Vol. 2, nº 4, abril 2009, p. 22.
[3]En este caso se dio el agravante de que el equipo de policías surcoreanos que acudió de inmediato a Yemen para investigar este atentado también fue atacado por otro terrorista suicida, el 18 de marzo, aunque afortunadamente sin provocar víctimas entre los atacados. Véase O’NEILL, Brian: “AQAP a Rising Threat in Yemen” CTC Sentinel Vol. 2, nº 4, abril 2009, p. 17.
[4]Véase CTC Sentinel Vol. 2, nº 4, abril 2009, p. 23.
[5]Dicho grupo tribal se enfrenta desde hace largo tiempo a las autoridades centrales yemeníes con las que han alcanzado treguas tanto en 2007 como en 2008 para reiniciar después los combates. Sobre el secuestro véase “Insurgencia chií. Nueve extranjeros raptados en Yemen” El Mundo 15 junio 2009, p. 35.
[6]Véase ESPINOSA, Javier: “Ejecutan a tres turistas raptadas en Yemen” El Mundo 16 junio 2009, p. 31.
[7]POCH, Rafael: “Asesinados en Yemen nueve occidentales” La Vanguardia 16 junio 2009, p. 9 y “Asesinados siete extranjeros secuestrados en Yemen” El País 16 junio 2009, p. 8.
[8]Véase CTC Sentinel Vol. 2, nº 4, abril 2009, p. 24.
[9]Sobre dicha unión véase “AQAP a Rising Threat in Yemen op cit p. 17.
[10]Esta noticia era reproducida en RAMÍREZ, María y GONZÁLEZ, Ricardo: “La UE acepta reos de Guantánamo pero EEUU no” El Mundo 13 junio 2009, p. 28.
[11]Cuando el pasado 2 de febrero las autoridades saudíes publicaban una lista de 85 yihadistas salafistas en busca y captura - 83 de ellos saudíes y 2 yemeníes - anunciaban también que 11 saudíes encarcelados durante años en Guantánamo y que habían sido entregados a Riad habían abandonado el país para incorporarse a frentes de batalla del terrorismo y ello tras haber pasado, infructuosamente como vemos, por los famosos programas de reinserción. Véase CTC Sentinel Vol. 2, nº 3, marzo 2009, p. 24.
[12]El 28 de mayo los familiares de presos yemeníes internados en Guantánamo se manifestaban en Sanaa. Véase “Movilización por los presos yemeníes” El Mundo 29 mayo 2009, p. 26. Dichas movilizaciones se han acelerado conforme los rumores de transferencia de dichos presos a Arabia Saudí o el suicidio de uno de ellos en Guantánamo el 2 de junio han servido como elementos estimuladores de dicho esfuerzo. Véase MONGE, Yolanda: “EEUU dice que un preso yemení se ha suicidado en Guantánamo” El País 3 junio 2009, p. 8.
[13]En la tradicional ceremonia de confusión que suele acompañar a tan inquietantes anuncios la Embajada yemení en Washington DC desmentía el 10 de febrero a dicho portavoz afirmando que en ningún caso se había liberado a dichos sospechosos de vinculación con Al Qaida sino tan sólo a 108 prisioneros ninguno de los cuales tendría vinculación alguna con la red terrorista. Véase CTC Sentinel Vol. 2, nº 3, marzo 2009, pp. 25 y 26.
[14]Véanse dichas referencias en ESPINOSA, J.: “Ejecutan a tres op cit.
[15]Sobre el crecimiento exponencial del activismo yihadista salafista en suelo somalí protagonizado por el contundente Al Shabab véase el detallado análisis de David H. Shinn: “Somalia’s New Government and the Chellenge of Al-Shabab” CTC Sentinel Vol. 2, nº 3, marzo 2009, pp. 1-5.
[16]Sobre las declaraciones del diplomático Ould-Abdallah véase “Cientos de extranjeros luchan en Somalia” El País 16 mayo 2009, p. 8.
[17]“Somalia. Los rebeldes capturan una ciudad cercana a Mogadiscio” El País 18 mayo 2009, p. 6.
[18]Junto con el Ministro somalí, Omar Hashi Aden, moría también en este ataque típico de Al Qaida un antiguo Embajador de Somalia en Etiopía. Véanse “Somalia. 26 muertos en combates en Mogadiscio” El País 18 junio 2009, p. 12 y, sobre el ataque suicida, “Somalia. Muere el ministro de Seguridad en un atentado suicida” El País 19 junio 2009, p. 6.
[19]Cabe recordar que el actual Presidente somalí era hace tan sólo dos años un encarnizado enemigo de la normalización como uno de los líderes de la Unión de Tribunales Islámicos (UTI) derrocada a finales de 2007 gracias al efecto combinado de la presión occidental - encabezada por los EEUU - y la entrada de tropas etíopes en suelo somalí. Véase CTC Sentinel Vol. 2, nº 4, abril 2009, p. 23.
[20]Véase CTC Sentinel Vol. 2, nº 3, marzo 2009, p. 26.
[21]Sobre los enfrentamientos dentro de la nebulosa yihadista salafista somalí véase HASSAN, Abdulahi: “Inside look at the Fighting Between Al-Shabab and Ahlu-Sunna wal-Jama” CTC Sentinel Vol. 2, nº 3, marzo 2009, pp. 5-7.
[22]Sobre el terrorista que actuó en Somalia la pasada primavera véase “AQAP a Rising Threat op cit p. 18.