Las delirantes predicciones de los ecologistas

por Walter Williams, 14 de mayo de 2008

Ahora que otro Día de la Tierra ha pasado a mejor vida, examinemos algunas predicciones ecologistas que éstos preferirán que olvidemos.
 
En la primera celebración del Día de la Tierra, en 1969, el ecologista Nigel Calder advertía sobre 'La amenaza de una nueva edad de hielo que aparece junto a la guerra nuclear como probable fuente de muerte masiva y miseria para la humanidad'. C.C. Wallen, de la Organización Meteorológica Mundial, decía, 'El enfriamiento desde 1940 ha sido lo bastante enorme y lo bastante consistente como para que pronto no pueda ser invertido'. En 1968, el profesor Paul Ehrlich, héroe y mentor del Vicepresidente Gore, predecía que tendría lugar una enorme carestía alimentaria en Estados Unidos y 'en los años 70... cientos de millones de personas van a sufrir hambre hasta morir'. Ehrlich pronosticaba que 65 millones de americanos morirían de hambre entre 1980 y 1989, y antes de 1999 la población norteamericana habría descendido hasta 22,6 millones. Las predicciones de Ehrlich sobre Inglaterra eran más pesimistas: 'Si fuera aficionado al juego, apostaría a una de dos a que Inglaterra no existirá en el año 2000”.
 
En 1972 fue redactado un informe para el Club de Roma advirtiendo que al mundo se le agotaría el oro antes de 1981, el mercurio y la plata hacia 1985, el estaño hacia 1987 y el petróleo, el cobre, el plomo y el gas natural antes de 1992. En su libro de 1970 'El libro del juicio final', Gordon Taylor decía que los americanos estaban consumiendo el 50 por ciento de los recursos del mundo y que ' si se les permit,e antes de 2000 ellos los estarán consumiendo todos'. En 1975, el Fondo Ambiental publicaba anuncios a toda página advirtiendo, 'el mundo como lo conocemos probablemente esté arruinado antes del año 2000”.
 
El biólogo de la Universidad de Harvard George Wald advertía en 1970, '... la civilización acabará en cuestión de 15 o 30 años a menos que se tomen acciones inmediatas contra los problemas a los que se enfrenta la humanidad'. Fue el mismo año que el Senador Gaylord Nelson advirtió, en Look Magazine, que hacia 1995 '... alrededor de entre el 75 y el 85 por ciento de todas las especies de animales vivos estarán extinguidas'.
 
No son solamente los catastrofistas modernos los que se han equivocado; los catastrofistas siempre se han equivocado. En 1885, el Servicio Geológico de los Estados Unidos anunciaba que había 'pocas o ninguna posibilidad' de que se descubriera petróleo en California, y unos cuantos años más tarde decía lo mismo de Kansas y Tejas. En 1939, el Ministerio norteamericano del Interior decía que el suministro petrolero norteamericano duraría solamente otros 13 años. En 1949, el Secretario del Interior decía que el final del suministro petrolero norteamericano estaba a la vista. Sin haber aprendido nada de sus declaraciones erróneas anteriores, el Servicio Geológico de los Estados Unidos nos aseguraba en 1974 que los Estados Unidos solamente tenían un suministro de gas natural para 10 años. Prosaicamente, según la Asociación Norteamericana de Gasistas, hay un suministro de 1.000 a 2.500 años.
 
He aquí mis preguntas: en 1970, cuando los ecologistas estaban haciendo predicciones de enfriamiento global artificial y la amenaza de una edad de hielo y millones de americanos muriendo de hambre, ¿qué tipo de política gubernamental deberíamos haber adoptado para evitar tal desastre? Cuando Ehrlich predecía que Inglaterra no existiría en el año 2000, ¿qué medidas debería haber adoptado el Parlamento británico en 1970 para evitar un resultado tan calamitoso? En 1939, cuando el Ministerio norteamericano del Interior advertía de que solamente teníamos suministro petrolero para otros 13 años, ¿qué acciones debería haber emprendido el Presidente Roosevelt? Finalmente, ¿qué nos hace pensar que el alarmismo ecologista está más en lo cierto ahora que ha cambiado de cantinela al calentamiento global artificial?
 
He aquí algunos datos: más del 95 por ciento del efecto invernadero es resultado del vapor de agua en la atmósfera de la Tierra. Sin el efecto invernadero, la temperatura media de la Tierra sería de cero grados Fahrenheit. La mayor parte del cambio climático es resultado de las excentricidades orbitales de la Tierra y las variaciones en las emisiones del sol. Además de eso, los pantanos naturales realizan más contribuciones de gases de efecto invernadero al año que todas las fuentes humanas juntas.

 
 
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