La reforma de las autonomías

por Manuel Coma, 26 de abril de 2012

(Publicado en La Razón, 26 de abril de 2012)

 

Sabemos que las autonomías son las principales responsables del déficit presupuestario que nos ahoga y sabemos que lo saben todos aquellos que desde fuera hablan y gritan con su dinero, privado o público.

Rajoy empezó con buen pie y sus primeras medidas cayeron bien en Berlín (para qué decir Bruselas, si son unos mandados). Los que buscan dónde colocar su pasta recobraron alguna confianza. Pero enseguida, la primera en la frente. El déficit era superior a lo dicho en un 30% y la meta de reducirlo al 3% suponía por tanto un esfuerzo mucho mayor del anunciado. El Gobierno prometió dar más pero pidió un poco de árnica. Los socios comprendieron pero los famosos mercados empezaron a ponerse de uñas.

Luego vino la debacle del pozo sin fondo que es Andalucía. Las soluciones erróneamente prometidas se convertían en perspectiva de reincidencia con premeditación y alevosía. Credibilidad que se hunde, prima de riesgo que se levanta, es decir dinero insoportablemente más caro. Si a ello se añade la amenaza catalana de insumisión fiscal –no pagar, para entendernos– si el Gobierno intenta meterle mano a sus cuentas, ya está hecho el pan como unas tortas. Naturalmente en las circunstancias que nos circundan todo puede ser mucho peor. Si el PSOE promueve su propia insumisión política contra la necesidad, la razón y la democracia puede conseguir la ingobernabilidad y acelerar la ruina explotando el carácter lacerante de las medidas que hay que tomar.

La situación es como una matroska rusa en que las confusiones más grandes incluyen a las más pequeñas. Los pufos de las autonomías van envueltos en otros muchos problemas nacionales, europeos e internacionales. Pero para solucionar hay que aclarar. Qué se ocultó, quién ocultó, cómo lo hizo, cuándo se supo, qué se hará. Con generalidades no se va muy lejos.