Irán y su bomba

por Manuel Coma, 16 de abril de 2012

(Publicado en La Razón, 17 de abril de 2012)
 
El mundo parece empeñado en negarle a Irán su bomba, pero mucho menos que la revolución islámica en tenerla. Durante años fue para ellos una cuestión de hegemonía regional y de supervivencia. Durante años de negociación, un día Teherán lanzaba una palabra esperanzadora y dos o tres días después quedaba todo en agua de borrajas. Y así centenares de veces. La prensa vive de noticias y no puede desinflarlas a priori. Más bien tiene que creérselas. La diplomacia se embarca en un juego tan interminable como estéril, a falta de otra alternativa. No se atreve a desbaratar las ilusiones del buenismo imperante. La parte contraria lo explota sistemáticamente mientras que día a día va ganando lo que necesita, tiempo. El espectro de todos esos fantasmas revolotea tras la nueva ronda de conversaciones que ahora se inician en Estambul. Las circunstancias políticas y económicas  internas no son buenas. Tampoco lo son las de su entorno regional. Si el régimen sirio aguanta, sus enemigos pierden.
 
Así, Teherán va a contar en la mesa de negociación con dos protectores, Rusia y China. Vuelve a discutir sus intenciones bajo la presión de un embargo bastante más serio que ninguna de las sanciones anteriores y con un Israel más inquieto que nunca, pero con un Obama que descarta a priori cualquier solución de fuerza pero necesita algún acuerdo. El juego de apariencias volverá a ser más importante que el de realidades.