Irán tras la represión. Las redes terroristas iraníes

Aunque pueda haber mucho de especulación también hay mucho de evidencia en cuanto al activísimo papel que Irán ha tenido en las tres últimas décadas en apoyar a grupos violentos por doquier, y ello tanto en el marco de su política revolucionaria a nivel global como en el de su pugna por erigirse en un actor regional contrarrestando además como poder persa el empuje árabe y como único Estado musulmán del mundo dominado indiscutiblemente por los shiíes el empuje suní. Aparte de su apoyo a grupos terroristas como el Movimiento de Resistencia Islámica palestino (más conocido por su acrónimo de Hamas) o el Partido de Dios libanés (Hizbollah), o en los años noventa del siglo XX a grupos terroristas en Argelia o en Egipto, entre otros escenarios, hemos de destacar tanto sus maniobras en Irak en el contexto de la ocupación del país a partir de abril de 2003 y del derrocamiento de Sadam Hussein, apoyando a instrumentos locales como el Ejército del Mahdi de Muhtada Al Sadr o a algunos grupos de la “insurgencia”, como sus apoyos a ciertos sectores de los Talibán en Afganistán, y todo ello tanto para reforzar sus posiciones en esos países y en Oriente Medio como para debilitar las del que considera, junto con Israel, su enemigo eterno: los EEUU.

 

Junto a estas referencias obligadas hemos de constatar en los últimos años - con esperanza además desde hace algunas semanas dada la reapertura del caso del sangriento ataque terrorista contra el Centro AMIA de Buenos Aires - algunos marcos de investigación de carácter judicial que podrían llegar a demostrar, siempre que se dé continuidad a los procesos judiciales y se confirmen las acusaciones, la implicación del Estado o de elementos del Estado iraní así como de un grupo que para algunos aún no se puede calificar de terrorista como es Hizbollah en la planificación, financiación y ejecución de acciones terroristas.

 

 

Desde el triunfo de la Revolución Islámica en 1979 su activismo en el exterior se ha caracterizado por intentar exportar su modelo revolucionario a escenarios cercanos en Oriente Medio y Oriente Próximo. La creación del Partido de Dios en Líbano, que desde tiempos muy tempranos inicia sus atentados, suicidas o no, contra Israel, pero también contra distintas facciones dentro de Líbano es, sin duda, la referencia más importante a destacar, especialmente porque llega hasta la actualidad y sus miembros reciben entrenamiento dentro y fuera de Líbano facilitados por elementos iraníes así como armamento sofisticado e instrucción sobre cuestiones importantes como la construcción de refugios, de centros de mando y control y de posicionamiento y almacenaje de diversos sistemas de armas que alteran y mucho el campo de batalla tradicional.^[1]

 

En lo que a Afganistán respecta, en la última Conferencia de Donantes para Afganistán hasta ahora celebrada, y que tuvo lugar en La Haya en marzo de 2009, Irán se comprometió con el régimen afgano del Presidente Hamid Karzai y ante los muchos testigos internacionales allí presentes a dar asistencia a este país en formación policial e incluso a facilitar a la OTAN el tránsito por su territorio, pero nada de esto se ha cumplido. Es más, en palabras del Secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, Teherán hace un doble juego y trata de dañar a los estadounidenses enviando armas y otros medios de ataque a quienes les combaten sobre el terreno.^[2]

 

De la misma forma en que Irán ha venido apoyando a facciones en liza en Irak en los últimos años, tratando de debilitar la posición de los EEUU y reforzando la propia en un país de mayoría shií, en un apoyo que se ha reflejado en posesión de armamento sofisticado o de explosivos de alta potencia en manos de diversos grupos violentos, desde sectores de la llamada “insurgencia” hasta las milicias de Muqtada Al Sadr, también en Afganistán dicho esfuerzo para lograr el debilitamiento del enemigo a través de actores interpuestos beneficia de una u otra forma a actores y a acciones propiamente terroristas. Sobre el apoyo iraní en armamento y financiación a algunos sectores de los Talibán en Afganistán ha hablado recientemente uno de los mayores expertos en la zona de Afganistán, Pakistán y Asia Central: el periodista paquistaní Ahmed Rashid.^[3] En cuanto a Irak recuérdese la difícil vecindad entre ambos países - la Primera Guerra del Golfo es precisamente la que enfrentó a ambos entre 1980 y 1988 - pero también la proximidad religiosa y humana entre ellos: el papel de los grandes Ayatollahs es clave en el Shiísmo y tan importantes son los iraníes de Qom como los iraquíes de Nayaf, e Irán sueña con que la figura por su régimen adoptada tras el triunfo de la Revolución, el Velayat Al Faquih o el gobierno del jurisconsulto islámico que da al más alto líder religioso la más alta dirección política, sea aplicada también a su vecino. Por otro lado, la Guardia Revolucionaria iraní (Sepah o Pasdarán), constituída por unos 120.000 efectivos, y los Basiyis o voluntarios, dependientes de los anteriores y que suman aproximadamente un millón de individuos y están dirigidos en la actualidad por el Hoyatoleslam Hosein Taeb, tuvieron una importancia crucial en la guerra contra el régimen de Sadam Hussein pero también han insuflado su fervor guerrero y transmitido sus letales conocimientos a aliados próximos o más lejanos, también en Irak. En términos de política interna iraní y para entender mejor la situación actual cabe destacarse que de ambos cuerpos, los Pasdarán y los Basiyis, procedían 14 de los 21 Ministros del último Gobierno de Mahmud Ahmanideyad.

 

El sofisticado armamento con el que Hizbollah en 2006 o Hamas ahora en enero de 2009 han recibido a las fuerzas israelíes que, respondiendo a ataques continuados, penetraban en suelo libanés y de la franja de Gaza, era iraní - piénsese en los sofisticados lanzagranadas RPG-29 que ponían en jaque a los carros Merkava israelíes o en los misiles de todo tipo que ambos grupos terroristas han venido lanzando sobre territorio israelí - y la habilidad para manejarlo se había recibido en cursos de adiestramiento impartidos por miembros de los Pasdarán. Por ello a nadie le sorprendía que el pasado 14 de junio Fawzi Barhoum, portavoz de Hamas en la franja de Gaza, bendijera la victoria de Ahmed Ahmadineyad, un Presidente cuya flema antiisraelí y antioccidental tan útil es para este grupo terrorista.^[4] En cuanto a Hizbollah su impronta es libanesa pero es un útil instrumento de la política exterior de Irán y a él debe su ideario y buena parte de sus medios y formación. Aunque no existe consenso en Europa para definir al Partido de Dios iraní como un grupo terrorista e incluirlo en la lista oficial de la Unión Europea (UE) - aunque en ella sí aparece un antiguo jefe de inteligencia del grupo - investigaciones recientes podrían llevar a los más escépticos a cambiar de opinión siempre que diversas pruebas acaben conduciendo a ello de forma indiscutible. Mientras tanto lo que no se le oculta a nadie es que, a pesar de su papel político en forma de presencia hasta hace algunos meses en el Gobierno de coalición libanés y de presencia ininterrumpida en su Parlamento, el engranaje armado de Hizbollah sirve para coaccionar y golpear a sus oponentes en el País de los Cedros, aparte de para hostigar continuamente a Israel, directa o indirectamente, hecho este que le granjea legitimidad en círculos árabo-musulmanes, y también y lamentablemente en algunos occidentales, que aceptan sin cuestionársela su retórica de la “resistencia”, alimentada y mucho cuando las tropas israelíes se retiraban del sur del Líbano en el año 2000 incrementando tal hecho la verborrea militarista de Hizbollah y su deseo de derrotar a Israel y de imponerse como líder en Líbano.^[5]

 

Las acusaciones vertidas en mayo por el semanario alemán Der Spiegel señalan a Hizbollah como autor del asesinato del ex Primer Ministro Rafic Hariri en febrero de 2005, algo negado de inmediato por sus líderes con Hassan Nasrallah a la cabeza, pero la acusación sirve como elemento adicional para ilustrar largos años de violencia contra otros actores libaneses.^[6] Abdul Rahman Al Rashed, Director General de la cadena de televisión Al Arabiya, opinaba recientemente que a él no le sorprendía en absoluto la acusación del seminario alemán y recordaba una reciente infiltración de una célula de Hizbollah en Egipto o la toma por Hizbollah el 7 de mayo de 2008 de Beirut Oeste, no retirando sus mesnadas hasta que obligó al Gobierno a aceptar su derecho de veto sobre las decisiones políticas del Ejecutivo libanés.^[7]

 

A nivel interno esta presencia del bagaje terrorista en algunos elementos del régimen de la República Islámica es más que evidente. Así, en las últimas elecciones presidenciales, cuyo eco es dramático en términos de contestación a unos resultados claramente manipulados, incluso uno de los tres candidatos que rivalizaban con Ahmed Ahmadineyad era el militar de prestigio y secretario del Comité de Discernimiento para el Bien del Estado, Mohsen Rezai, sobre el que pende una orden internacional de busca y captura de Interpol por su presunta implicación en el susodicho atentado terrorista cometido en Buenos Aires el 18 de julio de 1994. La Justicia argentina le acusa del atentado con coche bomba contra la Sede de la Asociación de Mutuales Israelitas Argentinas (AMIA) que causó la muerte de 85 personas estando incluido en una lista que también recoge a otros altos cargos iraníes en función en aquellas fechas.^[8] Así, en octubre de 2008 el Fiscal argentino Alberto Nisman solicitaba el bloqueo y congelamiento de los activos financieros de Rezai junto a los de nada menos que el Presidente iraní cuando se produjo el atentado, Alí Akbar Rafsanjani, los de los entonces Ministros de Asuntos Exteriores y de Información y Seguridad, Alí Akbar Velayati y Alí Fallahijan, respectivamente, y los de otros cuatro funcionarios iraníes, además de implicar también a Hizbollah como autor material.^[9] Por otro lado, el pasado 27 de mayo la Corte Suprema de Argentina ordenaba la reapertura de parte de la investigación por este atentado despertando de nuevo las esperanzas en quienes ya creíamos que la impunidad iba finalmente a triunfar dadas las dificultades judiciales, y también políticas, que han venido rodeando a este caso desde hace quince largos y frustrantes años.^[10] Por otro lado y siempre en Iberoamérica cabe destacar que los servicios de inteligencia israelíes llevan tiempo alertando sobre la penetración de Irán en los servicios venezolanos a través de “células de Hizbollah.^[11]

 

 

De la misma forma en que Irán ha venido amparando a grupos terroristas como Hamas o Hizbollah y alimentando a facciones en Irak o en Afganistán debemos señalar que el régimen de la República Islámica debe de hacer frente dentro de sus fronteras a un fenómeno terrorista que, aunque en ningún caso ha llegado a representar en ninguna de sus manifestaciones una verdadera amenaza, sí representa un desafío más para las autoridades. Es curioso comprobar cómo en el marco de las protestas contra la manipulación de las elecciones presidenciales del pasado 12 de junio el Ministro del Interior, Sadeq Mahsuli, acusaba el 25 de dicho mes a los Muyahidin Jalq (Combatientes del Pueblo) de organizar las revueltas. Con ello prácticamente desenterraba a un grupo especialmente activo en las décadas de los setenta y de los ochenta que fue creado en los sesenta y que a fines de junio de 1981 estuvo a punto de acabar con la vida del hoy Líder Supremo Alí Jamenei. Este último detentaba entonces diversos cargos de relevancia cercanos al Ayatollah Jomeini - y fue en esa ocasión el objetivo elegido por dichos terroristas como también lo eran otros funcionarios dentro y fuera de Irán. Duramente reprimido por el régimen el grupo se redesplegó en los ochenta tanto en Francia como en Irak y sus ataques, cada vez más escasos, fueron más visibles en el exterior - contra diplomáticos iraníes - que dentro de Irán, aunque hay que decir que años después aún tenía envergadura suficiente tanto para ser incluido en la lista de organizaciones terroristas de la UE en 2002, cuando la Unión decidió crear este instrumento en el marco de su incipiente política antiterrorista, como para que la presencia de sus líderes y miembros en suelo europeo llevara a tensiones periódicas entre Teherán y algunas capitales, y en especial París. Las autoridades iraníes han recibido con ira la decisión de los gobiernos de los Estados miembros de la Unión de retirar de la lista de organizaciones terroristas a Muyahidin Jalq en enero de 2009.^[12]

 

Aparte de dicho terrorismo estructural, que lucha contra el régimen impuesto en 1979 tras el triunfo de la Revolución Islámica como antes luchó contra el régimen del Shah en aplicación de su ideología que combina marxismo e Islam,^[13] destaca otro más centrado en ámbitos regionales (Khuzestán, Sistán-Beluchistán y el Kurdistán iraní) o confesionales (alimentando la lucha entre suníes y shiíes en distintos escenarios incluyendo recientemente la capital). Ambos tipos de terrorismo se han visto alimentados en tiempos recientes tal y como los siguientes ejemplos demuestran. Varios ataques con bomba producidos en abril de 2005 en Khuzestán, región de mayoría árabe, mataron a 21 personas en el contexto de unos disturbios de provocaron la muerte de otras 20. Antes y después de estos ataques, que tuvieron un gran impacto mediático pues coincidían con momentos álgidos de violencia en el vecino Irak, se han producido otros con resultados de muertes o con la destrucción de oleoductos y el Presidente Ahmadineyad ha debido de anular varias visitas previstas a la región ante el repunte de la violencia.^[14] En Sistán-Baluchistán se concentra el terrorismo que podemos calificar de regional aunque no de separatista, superando al activismo armado de otras regiones del país como la kurda fronteriza con Irak donde viven unos 10 millones de kurdos iraníes agrupados bajo las siglas del Partido Democrático del Kurdistán (PDK).^[15] El pasado 28 de mayo morían 25 personas en un atentado suicida contra la mezquita shií de Ali Ebne Abitaleb en la conflictiva ciudad de Zahedan, cercana a las fronteras con Pakistán y Afganistán y situada en la provincia de Sistán-Baluchistán: este era el atentado más cruento ocurrido en Irán en quince años.^[16] Fue reivindicado por el grupo Yundala (Soldados de Dios), de carácter yihadista salafista y próximo a Al Qaida creado en 2005 por Abdulmalek Rigi.^[17] El activismo de Yundala ha tenido escasa visibilidad fuera de Irán, pues sólo se ha conocido cuando tenían lugar grandes atentados como uno anterior que destruía un autobús con 18 miembros de los Pasdarán dentro en febrero de 2007, algo más de un año después de que el 14 de diciembre de 2005 fuera atacada la comitiva del Presidente Ahmadineyad en un atentado que las autoridades iraníes no han dejado nunca de negar.^[18] Finalmente, el pasado 20 de junio morían dos personas en un atentado suicida cometido en el Mausoleo del Imam Jomeini en Teherán en el que ha sido el primer atentado cometido en la capital en dos décadas y que se ha producido en el contexto de las movilizaciones contra el fraude electoral.^[19] Más antiguos que Yundala eran dos grupos que actuaban en la provincia iraní - el Frente de Liberación de Baluchistán, izquierdista, y el más próximo al centro político Consejo para la Protección del Baluchistán^[20] - que tuvieron sus sedes en Bagdad hasta el derrocamiento de Sadam Hussein y que ahora tendrían sus bases en Pakistán siendo cada vez más desplazados por la corriente islamista en la lucha contra las autoridades de Teherán.