Violaciones en Acapulco: ¿y la causa?

por GEES, 11 de febrero de 2013

 Son tantos los delitos horribles que se cometen en México, que la prensa de esta república apenas suele prestarles atención más allá de unos días. En cuanto se descubre otra fosa de cadáveres u otros cuerpos descabezados, la matanza o el tiroteo o el secuestro del que se ocupaban hasta entonces prácticamente se olvida. Por eso sorprende el seguimiento continuado que los medios de comunicación mexicanos están haciendo de la violación de seis españolas en Acapulco. Y es que, en casi todos los países hispanoamericanos, la presencia de una amplia colonia de compatriotas, así como de las principales empresas nacionales, han elevado el estatus de los españoles al nivel del de los norteamericanos. Incluso hay taxistas y comerciantes que tratan de sisarles como si tuviesen delante de individuos altos y rubios de Chicago o Boston.

Para los mexicanos, empezando por el presidente Peña Nieto, el turismo es fundamental para el desarrollo económico. El país recibe 23 millones de turistas extranjeros anualmente, y el sector genera en torno a 15.000 millones de dólares; se trata de la cuarta fuente de ingresos, detrás del petróleo, la minería y las remesas de los emigrados. Acapulco, puerto de arribada del galeón de Manila a América, malvive del turismo después de haber sido una especie de Niza local, el lugar en el que los yanquis de clase media se sumergían en el sueño exótico de las palmeras y los tequilas. Por eso el alcalde de la ciudad trató de quitar importancia a la violación múltiple diciendo que esta clase de tragedia sucede en todo el mundo. A fin de mantener la sensación de seguridad en algunos sitios del país (la almendra del Distrito Federal, Veracruz, la Riviera Maya, Cancún...), es seguro que las autoridades condenarán a varios sospechosos, sean o no los verdaderos culpables.
 
Pero ¿cómo son posibles estas barbaridades: violaciones múltiples, desprecio a las víctimas, detención de sospechosos habituales...? Todo proviene de la corrupción, que no es sólo económica, también esmoral. La mordida, que solía hacer gracia a muchos españoles que visitaban el país, es un síntoma de la inmensa podredumbre de la sociedad mexicana. Detrás del policía de tráfico que hace la vista gorda a cambio de cinco dólares están los sobornos a funcionarios y políticos pagados por las grandes empresas para hacerse con contratos y concesiones, y la complicidad de fiscales, generales, policías y alcaldes con los narcos.
 
La corrupción y su compañera, la impunidad, son las principales razones del atraso de parte de la América Hispana. En el siglo XIX, el virreinato de la Nueva España pasó en unos pocos años de ser una de las regiones más prósperas y tranquilas del mundo a convertirse en un Estado fallido. Los países que han erradicado estos males, como Chile, Uruguay y Costa Rica, prosperan; los que no, como Venezuela, Paraguay y Nicaragua, se empobrecen.