Que cierren las Cumbres Iberoamericanas

por GEES, 21 de noviembre de 2012

Si los españoles no han notado muchas diferencias entre el Gobierno de Zapatero y el de Rajoy en ámbitos como el de la economía, la política y el aborto, lo cierto es que tampoco las hay en las relaciones exteriores. La vigésimo segunda Cumbre Iberoamericana, la primera a la que acude Mariano Rajoy como presidente, ha sido un acontecimiento tan desangelado como lo fueron las últimas de la época de Zapatero.
 
Muchos periódicos y canales de televisión destacaron del primer día de la Cumbre el anuncio del rey Juan Carlos de que se iba a operar de la cadera. En los días anteriores, esos mismos periódicos y canales destacaron la ausencia de Raúl Castro, Hugo Chávez y Cristina Fernández como si informasen de la boda de uno de los hijos de Julio Iglesias.
 
Rajoy causó el sonrojo entre los españoles que le escucharon decir a los representantes de los países iberoamericanos que España estaba dispuesta a acoger las inversiones que sus empresas quisieran hacer aquí y que él respeta la seguridad jurídica. ¡Como si los españoles hubiésemos caído en el subdesarrollado o el país hubiera sido devastado por un terremoto!
 
El bloque ALBA presionó a Madrid hasta conseguir que España no invitase al presidente de Paraguay, que, junto con Honduras, ha sido el único país capaz de quitarse de encima a su virrey cha vista; y encima con la Constitución, mediante una destitución ordenada por el Congreso Nacional.
 
Para renovar el mecanismo de las Cumbres, el Gobierno español, que es el que corre con la mayor parte de los gastos, ha aceptado que se forme una comisión presidida por un expresidente socialista, el chileno Ricardo Lagos, muy activo en la Internacional Socialista y compañero de Felipe González en reuniones socialdemócratas. ¿No había nadie más?

En las Cumbres desarrolladas en los años de José María Aznar había debates de calado y, sorpresa para los tecnócratas, hasta discusiones, porque eso es la política: acciones contra el terrorismo, apertura de mercados, asentamiento de la democracia... En la actual, solo ha habido fotos que enseguida se archivaron.
 
Las dos únicas buenas noticias han sido la minicumbre protagonizada por los presidentes de la Alianza del Pacífico (México, Chile, Perú y Colombia), con España, Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Uruguay como observadores, y el anuncio de que la siguiente Cumbre se realizará dentro de dos años, no el que viene. Hasta que en España haya un Gobierno con una estrategia exterior clara, esto último es lo más adecuado. Así nos evitamos estos espectáculos de pista de circo.