La Revolución de los Asuntos Militares y la modernización de las Fuerzas

por Enrique Navarro, 1 de mayo de 2000

(Ponencia presentada al Seminario La RMA y España.
Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales)
 
1. El objeto de la ponencia

Este documento realiza una revisión de los procesos de modernización de las Fuerzas Armadas al amparo de las nuevas tecnologías que incorpora la Revolución de los Asuntos Militares, centrándose en la influencia e implicaciones que este fenómeno puede tener para las Fuerzas Armadas españolas.

2. El contexto de la nueva RMA

Los factores que han determinado un cambio radical en los asuntos militares, hasta el punto de considerarlos revolucionarios, se pueden agrupar en cuatro hechos:
 
El nuevo escenario estratégico global tras la caída del Muro de Berlín ha implicado que las nuevas amenazas tienen un carácter más regional, y una naturaleza más variada: limpieza étnica, terrorismo etc. Esta localidad no significa aislamiento, sino que, en la nueva aldea global cualquier hecho aislado tiene unas connotaciones que pueden afectar al correcto funcionamiento de las instituciones económicas, sociales y culturales, incluso a nivel planetario.
 
A comienzos de los años ochenta se ha desarrollado una nueva fase del desarrollo tecnológico denominada la era de la información, que iniciada en el mercado civil, ha sido fuertemente aprovechada para desarrollos militares. En este sentido, podemos afirmar, siguiendo a Alvon y Heidi Toffler, que estamos asistiendo a una transición desde una Economía industrial A a una Economía B basada en los sistemas de información. Su relevancia es enorme; así el crecimiento económico de los Estados Unidos de los últimos diez años, el más sostenido de su historia, tiene sus bases en el desarrollo de las nuevas tecnologías.
 
El desarrollo económico, social y cultural en los países occidentales ha generado una diferente visión de la guerra. La utilización de jóvenes conscriptos no es asumible, como pudimos ver en la Guerra del Golfo; no se toleran ni las víctimas propias ni los daños colaterales, de tal forma que la precisión de los ataques constituye un objetivo de primer orden. Hoy en día, la efectividad de una operación está subordinada a estos condicionantes. Asimismo los medios de comunicación han acercado la guerra y los sufrimientos a todos los rincones del globo, de tal forma que las sociedades occidentales no toleran acciones contrarias a los derechos humanos con independencia del lugar donde ocurran. Este hecho obliga a los gobiernos a intervenir lejos de las fronteras nacionales en misiones muy variadas y en entornos geográficos para los cuales las fuerzas de cada país no están entrenadas, lo que conduce a la necesidad de mejorar la capacidad de proyección y sostenimiento de tropas en lugares lejanos.
 
La reducción de los gastos militares ha conllevado la exigencia de mantener una superioridad militar con unos medios inferiores. En el caso de Estados Unidos el presupuesto de defensa del año 2000 es de 287.843 millones de dólares del año 2000, frente a los 436.390 millones de dólares de 1985. El gasto en equipamiento ha sufrido una disminución mucho mayor. Así, en 1985, el presupuesto en este concepto ascendió a 138.146 millones de dólares de 2000, frente a los 55.074 millones de dólares en este año. Este hecho se repite en todos los países europeos que han registrado disminuciones, en términos reales, del 25% en los últimos quince años, con una reducción de los presupuestos de equipamiento de un 40% aproximadamente.
 
Si bien los cambios en la gestión de los asuntos militares están influenciados por estos cuatro factores, en esta ponencia me centraré en los aspectos derivados de la utilización de las nuevas tecnologías y su influencia en la guerra del futuro y en los procesos de modernización de las Fuerzas Armadas.

3. Las tecnologías de la RMA y sus implicaciones.
 
Aunque el término RMA está asociado a nuevas tecnologías que van a implicar una modificación sustancial del panorama bélico del siglo XXI, la mayoría de las nuevas tecnologías ya existían en forma incipiente a comienzos de los años setenta. El primer satélite de reconocimiento fue lanzado en 1961, mientras que el primer satélite de comunicaciones militares fue utilizado en Vietnam en 1965. Internet fue desarrollado por la DARPA en los sesenta, el primer E-mail fue enviado en 1972, mientras que en octubre de 1967 una corbeta Eilat de Israel fue atacada con misiles antibuque.

De esta forma, armas de alta precisión, guiado a control remoto, nuevas municiones, identificación y designación de objetivos, mando, control, comunicaciones y guerra electrónica, son desarrollos que tienen su origen en estos años, aunque su evolución ha sido enorme.

En un artículo del semanario The Economist, de marzo de 1.997, se afirmaba que la Revolución de los Asuntos Militares se desarrolla a través de tres avances. El primero es la obtención de información a través de sensores en satélites y en aviones, tripulados o no, que pueden monitorizar todo lo que sucede en una extensa área. El segundo, es el procesamiento de la información adquirida. Los avanzados sistemas de mando, control, comunicaciones, ordenadores e inteligencia, conocidos como C4I, dan sentido a la información reunida y la vierten sobre las pantallas de los mandos y sistemas de armas asignando objetivos a los misiles o carros de combate. El tercero, es actuar conforme a la información recibida y procesada, usando armas de alta precisión y largo alcance, como misiles crucero guiados por satélite que pueden destruir un edificio a cientos de millas del disparador y a miles del mando de la batalla.

Sin embargo, la esencia de la RMA, no es la adopción de estos equipos, sino lo que el almirante William Owens denomina sistema de sistemas, es decir, la acción conjunta de todos los equipos. Esto implica que el mando a través de unas pantallas tiene plena información de lo que sucede en el campo de batalla, un ordenador designa objetivos y ordena a los sistemas de armas el lanzamiento de sus armas priorizando en función de su situación y disponibilidad.

Como puede evidenciarse, estas nuevas tecnologías van a suponer una transformación radical de los tradicionales escenarios de batalla, incorporándose dos nuevos, el espacio y el espectro de la información.

Tierra

Las fuerzas de combate de tierra serán sensiblemente más pequeñas, realizando incursiones de gran eficacia y clandestinas gracias a sistemas stealth que serán incorporados a los nuevos sistemas de armas. Las fricciones entre soldados serán reducidas al mínimo, de tal forma que el grueso de las tropas terrestres intervendrá una vez destruida la amenaza. Para ello se emplearán capacidades de ataque de gran profundidad con misiles de alta precisión, empleo de aviones con láser para ataque a objetivos terrestres, satélites de ataque, buques arsenal, etc.

En este contexto será necesario adoptar nuevas capacidades para afrontar nuevos cometidos como las Military Operations in Urban Terrain (MOUT) y Operaciones Militares no Bélicas.

Mar

La guerra en el mar se transformará en el dominio de amplias zonas marítimas con equipos con base en tierra y en el espacio y la sustitución de aviones tripulados por misiles y UAVs de ataque, invisibles, coordinados por satélites de reconocimiento y ataque que completarían el dominio de las zonas alejadas de las costas.

La función principal que pasarían a desempeñar los buques sería el apoyo a las operaciones terrestres. El buque arsenal,semi-sumergible, dotado con cientos de misiles crucero con distintas cabezas, una tripulación inferior a las cincuenta personas, y dotados de todos los medios para atacar, crear campos de minas etc. se convertirá en el arma esencial.

Los bombarderos intercontinentales stealth permitirán una gran proyección de ataques de alta precisión, aunque cada vez más los misiles cruceros y los vehículos no tripulados irán ganando eficacia. En un escenario de tecnologías de invisibilidad y misiles de crucero, la mayor vulnerabilidad de las fuerzas aéreas será en tierra, por lo que será necesario dispersar las fuerzas a través del uso de aeródromos y campos transitorios.

El reconocimiento aéreo será sustituido por satélites, sistemas AGS y UAVs que reconocerán, designarán objetivos y guiarán los misiles hasta los mismos.

Espacio

El espacio se convertirá en un nuevo campo de batalla como en siglos anteriores lo han sido el mar y el aire. Esto implicará el uso del espacio para operaciones en otros escenarios, utilizando los satélites para vigilancia, reconocimiento, designación de objetivos, comunicaciones y ataque con equipos láser. Asimismo se incorporarán equipos para destruir satélites enemigos, lo que implicará dotar de mayor movilidad a los satélites para moverse fuera de sus órbitas y la aplicación de sistemas de guerra de información para autoprotección. Dadas estas dificultades, la capacidad para un rápido lanzamiento de nuevos satélites será esencial para mantener las capacidades.

Información.

Siendo la información un elemento clave del nuevo sistema, su protección y el ataque a los sistemas enemigos se convertirá en una pieza fundamental del nuevo escenario bélico.

La protección de los sistemas de información constituye una prioridad en tiempos de paz, ya que aún son el elemento más vulnerable de nuestro sistema económico. En un informe de. 1990, “ Computers at risk” se afirmaba que:” puede causarse más daño con un tablero que con una bomba, y robar más dinero que asaltando Fort Knox”. El acceso de cualquier particular a la super red permite que un individuo con un PC y un módem desde una barriada de Manila pueda ocasionar un daño irreparable.

Desde el punto de vista ofensivo, la destrucción y confusión de los sistemas de información del enemigo pueden dejar inmovilizadas a un gran número de fuerzas, con un coste mínimo.
 
4. La RMA y el proceso de modernización de las FAS de EE.UU.

El DoD tiene una significativa ventaja sobre el resto de países en sistemas de información, sensores avanzados, herramientas para el planeamiento y la toma de decisiones, comunicaciones y municiones de alta precisión etc. Sin embargo, el Departamento está comenzando a entender ahora cómo las nuevas tecnologías van a cambiar la forma de conducir las operaciones militares, pero, sin duda, una transformación mucho más radical está aún en el horizonte.

Con el soporte de un avanzado y común sistema C4ISR, que se convertirá en la espina dorsal del nuevo sistema, los Estados Unidos podrán responder de forma rápida y efectiva a cualquier contingencia. Para ello han diseñado una arquitectura de red segura y abierta que facilitará el desarrollo de revolucionarias innovaciones en las capacidades conjuntas. Los seis componentes principales del sistema que estará operativo en el año 2010 serán los siguientes:
 
  1. Una robusta red de información gracias al uso de multi sensores para un conocimiento dominante del campo de batalla.
  2. Una red de comunicaciones conjunta con una adecuada resistencia y elasticidad para transmitir rápidamente la información a las fuerzas.
  3. Un avanzado sistema de mando y control que permita el planeamiento, movimiento, empleo y sostenibilidad de las fuerzas proyectadas en cualquier lugar del mundo.
  4. Una red de sensores que enlace a los sistemas de reconocimiento con la selección y designación de objetivos y con las fuerzas adecuadas para su destrucción.
  5. Un sistema de defensa de los sistemas de información y comunicación propios contra ataques o interferencias de enemigos.
  6. Capacidad para desarrollar operaciones ofensivas de información y para manipular y destruir las capacidades del enemigo.
 
Estados Unidos monopoliza gran parte de las nuevas tecnologías englobadas en el concepto RMA y ha abordado diversas iniciativas para poner en práctica los cambios que afectan tanto al equipamiento, la doctrina y la organización de sus Fuerzas.

En el Informe presentado recientemente por William Cohen al Congreso de los Estados Unidos se alude ampliamente al concepto de Revolución de Asuntos Militares hasta tal punto que constituye el eje actual del proceso de modernización de las fuerzas armadas norteamericanas.

Aun cuando es aceptado que las nuevas tecnologías no son suficientes para justificar este cambio, sí son el factor determinante de los mismos. Asi el Joint Warfighting Science and Technology Plan, de carácter anual está organizado en 11 Joint Warfighting Science Capabilities Objectives (JWCOs) que identifican las areas tecnológicas claves para el futuro: Superioridad en la información; fuerza de precisión; identificación en combate y guerra electrónica; proyección y maniobrabilidad de las fuerzas; sostenimiento, preparación y logística conjunta de sistemas estratégicos; defensa anti misiles; protección y defensa frente a la guerra química y biológica; control de armas de destrucción masiva; combate antiterrorista; operaciones militares en terreno urbanizado; y protección de activos espaciales. Para verificar las capacidades de las nuevas tecnologías están en experimentación 39 Advanced Concept Technology Demonstrations and Joint Test Evaluations con el fin de garantizar la utilidad de las nuevas técnicas antes de su adquisición y desarrollar la doctrina adecuada al nuevo sistema, valorando sobre el terreno las nuevas capacidades. Gracias a este proceso de evaluaciones, los avances están siendo muy notables aprovechando, en muchos casos, desarrollos del campo civil y evaluando sus potencialidades antes de realizar una excesiva inversión.

La RMA en los documentos de planificación del DoD.

Todos los ejércitos norteamericanos han adoptado documentos de planificación que inciden en la necesidad de adaptar los medios y las estructuras a los principios RMA. Sin animo de exhaustividad, se pueden citar los siguientes:

Joint Vision 2010/2020.

Dentro del programa Joint Vision para la modernización del US Army de cara al año 2020, se incluye el proyecto Fuerza XXI centrado en la introducción de las capacidades derivadas de las tecnologías de la información en los sistemas en uso actualmente, como la modernización de los carros M-1 Abrams, de los vehículos M-2 Bradley y del helicóptero Apache, y medidas para mejorar la supervivencia y letalidad de una fuerza más ligera. En el año 2001, la 4ª División de Infantería Mecanizada validará su adaptación a estos objetivos; una vez que esta división esté digitalizada, se obtendrá mayor capacidad de ataque y maniobra con un 25% menos de efectivos.

Army After Next

Bajo este proyecto, también del Ejército, se están desarrollando ideas y puntos de vista sobre la guerra del futuro con un horizonte temporal en el año 2025, que pretende explotar las capacidades derivadas de las nuevas tecnologías como sistemas no tripulados, equipos C4ISR.

Forward...From the Sea.

La visión de futuro de la Navy identifica cinco áreas críticas: supremacía y control del mar; proyección de fuerza hacia la zona terrestre desde el mar; disuasión estratégica; transporte estratégico; y presencia naval avanzada. En el futuro, la Armada norteamericana desarrollará estas funciones con unas capacidades ampliadas derivadas de una red de plataformas y sistemas de sensores para el proceso y análisis de información y unos navíos más ligeros, con menor tripulación y mayor capacidad bélica.

Operational Maneuver From the Sea.

Este programa del Cuerpo de Marines, se centra en los tres aspectos básicos de la nueva RMA: doctrina, orgánica y nuevas tecnologías. A través del programa Sea Dragon, los Marines han desarrollado un plan experimental para su adaptación a la RMA, dividido en tres fases, cada una de las cuales termina en un experimento de guerra avanzada:
 
·        Hunter Warrior: diseñada para examinar la proyección de fuerzas navales en un disperso y variado litoral, ampliando fuego y objetivos e incorporando un sistema C4I para la batalla.
 
·        Urban Warrior: en fase de implementación, para explorar actuaciones en terreno urbano y lugares cerrados.
 
·        Capable Warrior. Con el fin de dominar conflictos menores en un corto periodo de tiempo y evitar un escenario bélico mayor.
 
A vision for the 21st Century.
 
Este documento del Ejército del Aire llama a explotar la RMA a través de combinar tecnologías de la información, ataques de alta precisión y capacidades Stealth para incrementar el poder aéreo y espacial.

Así, la Fuerza Aérea va a ser transformada en una Fuerza Aerospacial Expedicionaria (EAF) que sustituirá a las alas tradicionales por diez fuerzas expedicionarias de gran versatilidad y adaptable a cada tipo de misión. Tendrán capacidad de ataque, reconocimiento, transporte etc. El segundo cambio será la transformación de la Fuerza Aérea en Fuerza Espacial y Aérea, lo que muestra la importancia que los activos espaciales tendrán en el próximo teatro de batalla.

Joint Experimentation Effort.

Este esfuerzo conjunto en el U.S. Joint Forces Command ha supuesto un avance extraordinario. Este hecho asegura que los esfuerzos RMA están coordinados de forma que, por una parte, se asegure la acción conjunta, y por otra, que las nuevas tecnologías acceden a todos los servicios, ya que sólo en el supuesto de obtención de objetivos conjuntos es posible articular y aprovechar las nuevas capacidades que la RMA ofrece.

5. La RMA y la modernización en Europa.

Allied Force demostró que Europa tiene capacidades limitadas en varios campos RMA. Más del 70% del fuego realizado fue obra de Estados Unidos, que fue el único país que desplegó aviones Stealth y bombarderos estratégicos; junto a Reino Unido fueron los dos únicos en lanzar misiles de crucero. Un manojo de países, entre ellos España, dispusieron de bombas guiadas por láser mientras que sólo Francia contribuyó en los raids nocturnos. Según un informe del DoD, sólo un 10% de los aviones de combate europeos tienen capacidad para bombarderos de precisión. Las carencias de Europa fueron asimismo notables en labores de vigilancia y reconocimiento aéreo.

Salvo el concepto de Joint Combined Task Force desarrollado en el ámbito de la OTAN, pocas medidas han tomado los países europeos para incorporar las nuevas tecnologías.

Para analizar las capacidades reales de los países europeos de superar sus deficiencias actuales, debemos tener presente una realidad que pesa sobre el continente como una losa, el tremendo y creciente gap presupuestario entre Europa y los Estados Unidos. Estados Unidos gastará en el año 2001 62.000 millones de dólares en equipamiento, más del doble que la suma de todos los países de la Unión Europea, y dedicará a Investigación y Desarrollo 32.342 millones de dólares, cuatro veces más que el conjunto europeo. Pero mientras la tendencia europea es hacia un ligero crecimiento, Estados Unidos mantendrá en los próximos años una tendencia de importante crecimiento de los gastos de equipamiento e I+D que superarán conjuntamente los 110.000 millones de dólares en el año 2002.

Entre las iniciativas desarrolladas por los países europeos, sólo Francia y Reino Unido han comenzado, aunque tímidamente, la incorporación de nuevas tecnologías.

Así, Francia tiene en desarrollo programas para mejorar su capacidad en satélites de reconocimiento y sistemas de mando y control. Asimismo, se va a establecer una fuerza experimental que servirá como laboratorio para integrar nuevos métodos de digitalización en sistemas C4I. En el campo de las comunicaciones, mando y control están en desarrollo tres sistemas. El SICF V1 (Systéme d ´information et de communication des Forces) que abarcaría todas las operaciones enlazadas con el mando conjunto; el SIR (Systéme d´information Régimentaire), a nivel de unidades y el Terminal de Information que enlazará a los mandos con las plataformas de tal forma que éstas transmitirán datos que, procesados por el mando, serán transmitidos de nuevo a los sistemas de armas.

El Reino Unido está incorporando notables mejoras en el campo del mando, control y comunicaciones, lo que le permite ser plenamente interoperable con las fuerzas norteamericanas con las que desarrolla maniobras conjuntas para verificar su grado de adaptación a las nuevas tecnologías.

Sobre la base de la SDR, en el documento “ The impact of Technology” se alude al cambio que la RMA va a provocar gracias a la combinación de armas de gran precisión con redes de sensores avanzados y procesadores de datos. El programa de modernización de las Fuerzas Armadas británicas contiene una variedad de proyectos que explotan tecnologías claves, entre ellos se incluyen el ASTOR, sistemas de vigilancia y armas de alta precisión, resaltando la necesidad de disponer sistemas de comunicación e información compatibles.

El resto de países europeos apenas han incorporado sistemas de mando y control y no disponen de sistemas de reconocimiento, ni aviones stealth, ni armamento de alta precisión y un largo etc.

Estas deficiencias preocupan enormemente en el seno de la OTAN ya que si las fuerzas no son interoperables, sus funciones serán muy limitadas. Por esta razón, y a solicitud del general Clark, la Research & Technology Organization ha presentado el informe titulado Land Operations in the year 2020. En este documento se identifican las tecnologías RMA y el impacto que tendrán en las operaciones terrestres en el año 2020. Este informe recomienda que los 19 países europeos comiencen a coordinar, desde ahora, sus programas de investigación en nuevas tecnologías ofreciendo una detallada explicación de las aplicaciones potenciales de las nuevas tecnologías. Como ejemplos se citan tanques eléctricos que lanzan ondas electromagnéticas, radares ópticos controlados pos sensores biológicos etc.

En el marco OTAN, la Iniciativa de Capacidades de Defensa, que tendrá un tratamiento especifico en otra ponencia, ha generado una serie de expectativas ante la necesidad de cubrir las deficiencias señaladas. En este sentido, en el marco OTAN se creará este año un Comité para la Coordinación de Armamentos (NCAC) con el fin de asegurar la mayor coherencia, incrementar la cooperación y facilitar la interoperabilidad.

Los programas conjuntos constituyen una alternativa a la escasez de recursos y se podrían extender desde los modelos actuales como el programa NAEW y el AGS.

6. La RMA y el proceso de modernización de las FAS en España

Las circunstancias comentadas en el caso europeo se hacen más críticas en España por tres razones:
 
·        Escasez presupuestaria, mucho más crítica que la del resto de países europeos, particularmente en los créditos para modernización e I+D.
 
·        La menor capacidad tecnológica del país, que tiene como causa la escasa atención que ha merecido esta actividad.
 
·        Una insuficiente cultura social de defensa, que se refleja en la ausencia de coordinación entre centros de investigación, privados y públicos, militares y no militares, de tal forma que las aplicaciones militares han de realizarse sobre desarrollos estrictamente militares.
 
Los objetivos de la política de modernización de los próximos años deben atender tres direcciones:
 
  1. Mantener el nivel actual de capacidad y disuasión para la defensa del territorio.
  2. Implementar las capacidades necesarias para superar las deficiencias indicadas en la ICD (Iniciativa de Capacidades de Defensa)
  3. Acceder a un paquete básico de nuevas tecnologías con el fin de mantener nuestro nivel actual proyectado en las próximas décadas.
 
El actual programa de modernización se centra en la primera línea, aun cuando es evidente que es imposible discernir entre las tres direcciones. Los programas de modernización en curso se centran en la renovación de plataformas.

Las plataformas en desarrollo ya suponen una carga muy importante para nuestras disponibilidades presupuestarias, ya que entre carros Leopardo, fragatas F-100 y aviones Ef-2000, con sus equipos, suman 1,7 billones de pesetas, 12 veces el presupuesto actual de modernización.

A pesar de los programas en curso, tenemos graves carencias que dificultan nuestra interoperabilidad. Como ejemplo, en el conflicto de Kosovo, España aportó media docena de nuestros mejores aviones que eran incapaces de comunicarse con el resto de aviones de otros países.

Respecto de las deficiencias señaladas en la ICD que deberán ser superadas por España, será necesario abordar los siguientes programas:

Capacidad de despliegue:
·        Transporte aéreo: Programa FLA (25aviones/300.000 Mmpta)
·        Transporte marítimo (2ª LPD en curso)
·        Equipos más ligeros y móviles(Cañones ligeros UFH y ATP PZH2000)
 
Sostenimiento:
·        Mejoras en el soporte logístico
 
Capacidad de combate:
·        Helicópteros de ataque( AH64D/Tigre 120.000 Mmpta)
·        Misiles última generación ( BVRAAM, JSOW)
·        Munición de última generación
·        Reconocimiento y Vigilancia(Satélites, UAVs, NAEW, AGS)
 
Supervivencia:
·        Protección NBC.
·        Protección (COAAAS)
 
Sistema C3I interoperables
 
En este campo existen diversos programas tanto en el área de las comunicaciones como en los sistemas de alerta, mando y control.

En el campo de las comunicaciones, la base del nuevo sistema conjunto será el programa de comunicaciones tácticas (Post 2000) que, con un coste de unos 2.000 millones de euros, es desarrollado por 12 países de la OTAN; complementado por otras programas de comunicaciones como el EUMILSATCOM en el que la participación española está pendiente de una decisión final; la Red Básica de Área del Ejército de Tierra, el SECOMSAT y el HISPASAT.


En cuanto a los sistemas de información, existen diversos proyectos que se enmarcan dentro del sistema de defensa C3 de Mando y Control de la defensa, en el que destaca el programa Santiago constituido por un sistema de sensores instalados en diversos tipos de plataformas. Otros programas importantes en este campo será el de observación por satélites, ya se opte por la solución Helios II o ISHTAR y el sistema Multifuncional de Distribución de la Información (MIDS).

A su vez cada ejército tiene en desarrollo, en este campo, diversos programas: en el caso del Ejército de Tierra, se encuentran los programas de Red Básica de Área y el SIMACET; en la Armada el SIMACAR y el SMCOA, para operaciones anfibias, y el SIMCA para el Ejército del Aire.

En relación con los programas de Investigación y Desarrollo, el recientemente publicado Plan Director de Investigación y Desarrollo, constituye un elemento básico para estructurar una política de I+D conducente a converger con nuestros aliados e incorporar nuevas tecnologías.

Dada la escasez de recursos es evidente que no podemos aspirar a un alto nivel tecnológico, por lo que debemos ser modestos en nuestras aspiraciones, aun cuando existen una serie de programas a los que no podemos renunciar, en ningún caso, para mantener una presencia digna en las operaciones internacionales y asegurar un adecuado nivel de defensa ante las amenazas que pueden desarrollase en un futuro.

Esta necesidad de priorización es recogida por el Plan Director citado que establece un listado de tecnologías de interés para la defensa en función de criterios como su implicación operativa y la capacidad tecnológica e industrial de acceder a las mismas.

Entre las áreas seleccionadas destacan las relacionadas con las tecnologías de la información (Comunicaciones; sistemas de guiado, presentación, proceso y control; sensores electromagnéticos; técnicas de simulación y entrenamiento); diseño de plataformas y tecnologías del combatiente.

A su vez se reconocen una serie de tecnologías que todavía se encuentran en un estado embrionario y de las que no existe una demanda inmediata por parte de los ejércitos, centrándose en áreas como biotecnologías, micro y nanotecnologías y armas no letales.

Sin embargo, la actividad de Investigación y Desarrollo debe dejar de ser una cuestión nacional para integrarse activamente en las organizaciones internacionales, en particular OTAN y GAEO, que deberán estar dotadas de los recursos humanos y económicos y con unas buenas herramientas de gestión y coordinación para armonizar proyectos y reducir costes.

La RMA y su aplicación en España.

Como se ha venido examinando, existen unas nuevas capacidades asociadas a unas nuevas tecnologías, y sabemos qué pasos se han tomado en diversos países para acceder a esta Revolución. En el caso español, los objetivos indicados son ambiciosos, sin embargo existe una duda razonable sobre la capacidad de alcanzarlos si no se introducen cambios significativos en los recursos y su gestión.

El gran paso dado en España en el campo de la RMA es sin duda el proceso de profesionalización de las Fuerzas Armadas, cuyo origen no hay que buscarlo en razonamientos científicos u operativos. Sin embargo, ésta es una realidad que condiciona las capacidades actuales y futuras de nuestras Fuerzas Armadas, especialmente en el periodo de transición.

Sin embargo, la evolución del número de plazas y de solicitantes a la tropa profesional no augura que se pueda cumplir el objetivo de Fuerza Conjunta que prevé unos 110.000 soldados en el año 2002, si no se produce una alteración radical de las condiciones económicas y laborales de este colectivo.

En la actualidad existen unos 73.000 soldados profesionales, y resultará difícil que se superen los 95.000 efectivos en el año 2002, existiendo un problema añadido. El número de efectivos de tropa profesional dejará de ser un problema social cuando se suspenda el servicio militar, por lo que en el caso de no alcanzarse el número previsto, la capacidad de presionar para nuevos incrementos chocará con una actitud de considerar suficiente, para tiempos de paz, un número inferior. Este hecho me lleva a pensar que deberemos simular las futuras situaciones sobre un ejército de unos 95.000 soldados y unos 45.000 mandos, en total 140.000 efectivos repartidos entre los tres ejércitos.

El problema presupuestario es acuciante, ya que el presupuesto de inversiones del Ministerio de Defensa es claramente insuficiente tanto en términos absolutos como si lo comparamos con el número de efectivos. El ratio de gasto de capital por efectivos de España es cuatro veces inferior a la media europea y doce veces inferior a los ejércitos profesionales norteamericano y británico y este ratio continuaría siendo muy bajo aunque se redujera el número total de efectivos por debajo de 140.000.
 
AÑO 1998
 
Gasto Militar MM$
Efectivos miles
GtoMIL/Efetivos miles$
Equipamiento MM$
Equipamiento/efectivos miles$
Belgica
3.600
43
83,72
194,40
4,52
Dinamarca
2.800
25
111,11
408,80
16,22
Francia
39.200
449
87,27
9.800,00
21,82
Alemania
31.900
333
95,80
4.019,40
12,07
Grecia
5.400
202
26,73
1.112,40
5,51
Italia
22.400
402
55,72
2.844,80
7,08
Holanda
6.500
57
114,04
1.170,00
20,53
Noruega
3.200
33
96,97
812,80
24,63
Portugal
2.300
75
30,67
184,00
2,45
España
7.200
189
38,10
871,20
4,61
Reino unido
37.100
216
171,76
10.350,90
47,92
Suma
161.600
2.024
79,83
31.768,70
15,69
 
 
 
 
 
 
EEUU
269.800
1.518
177,73
66.910,40
44,08
 
(Millones de $ y miles de efectivos. Fuente: NATO)

Dados estos condicionamientos, la priorización es la misión clave que debe ser abordada en los próximos meses. A título indicativo, esta labor debe producirse en cuatro áreas:
 
La misión fundamental continúa siendo la defensa del territorio nacional manteniendo un adecuado nivel de disuasión. Esta función exige mantener un relevante número de plataformas que, como las abordadas, son más que suficientes dada la entidad de las amenazas directas, cuyo nivel tecnológico es muy inferior. Como carencias más importantes en este campo podría citarse la mejora de los sistemas de defensa marítima y aérea. En este sentido podría ser interesante para España adoptar un sistema de Defensa anti misiles sobre proyectos como el MEADS, en el caso de que se materializara una amenaza de este tipo sobre nuestro territorio.
 
Superar las deficiencias indicadas en la Iniciativa de Capacidades de Defensa, particularmente sistemas interoperables de mando, control y comunicaciones, aviones de transporte y helicópteros de ataque así como misiles de nueva generación (BVRAAM, TAURUS etc.).
 
Limitar nuestra participación en misiones y unidades multinacionales. En las actuales circunstancias el aportar una brigada a la Fuerza de Intervención prevista en la Cumbre de Helsinki ya exigiría un esfuerzo notable para a su vez continuar aportando una división al EUROCUERPO etc. Si estas unidades deben acceder a un nivel de operatividad similar al europeo, será necesario reducir notablemente la capacidad del resto de unidades, lo que perjudicaría notablemente la Defensa Nacional frente a las misiones de acción internacional.
 
La incorporación de nuevas tecnologías deberá ser progresiva, y salvo las áreas críticas señaladas en el propio Plan de I+D, las demás deberán ser incorporadas en las próximas décadas, una vez hayan sido incorporadas a ejércitos más avanzados y por tanto estén evaluadas y tengan un coste menor. Con los actuales recursos es difícil que nuestras empresas y centros participen en un gran numero de proyectos de nuevas tecnologías.
 
A pesar de esta labor de priorización, será necesario abordar una Revolución en las herramientas de gestión, y en este sentido, no podemos olvidar que tanto Estados Unidos como Reino Unido han abordado dentro de la Revolución de los Asuntos Militares una Revolution in Business Affairs, con el fin de optimizar recursos, ya que éste será un instrumento esencial para alcanzar las capacidades que las nuevas tecnologías pondrán a nuestra disposición, pero que por si solas difícilmente tendrán esta capacidad.

Entre las acciones que podrían ser adoptadas pueden señalarse las siguientes:
 
·        Gestión de personal. El Ministerio de Defensa soporta los costes de una fuerte reestructuración que tiene un alto coste como demuestra el hecho de que ha sido el único plan abordado para reducir de forma importante el número de funcionarios públicos. Siendo personas que no prestan servicios a la Administración, deberían pasar a percibir sus haberes con cargo a otra aplicación. A su vez, el exceso de personal continuará siendo notable por lo que deberá continuarse en una política de reducción de mandos, cuya relación será de ½ en el nuevo modelo. Asimismo el personal laboral deberá tener un régimen que facilite una mayor integración en los aparatos logísticos sin que por la naturaleza jurídica de su situación se pueda perjudicar la operatividad de las Fuerzas Armadas. En el campo de la logística deberán integrarse empresas a través de un proceso de externalización de servicios, privatización etc.
 
·        Racionalización de la estructura: en particular la estructura periferica, red de enseñanza, hospitalaria etc.
 
·        Gestión de la logística. Constituye, a mi juicio, el principal elemento de la nueva RMA, y la clave de las acciones en el Golfo, Bosnia y Kosovo; de ahí que su mejora constituya un elemento esencial. En ese sentido, su unificación permitiría aprovechar economías de escala, una gestión coordinada y una mayor operatividad.
 
·        Reforma de procedimientos de contratación. Tanto en Estados Unidos como Reino Unido se han abordado importantes modificaciones en los procesos de adquisición de equipos y material, buscando ahorros importantes y acortando los tiempos de entrega del material y abaratando el coste del ciclo de vida de los sistemas que excede en mucho de su coste inicial. En el caso del Reino Unido la creación de la Defence Procurement Organization (DPA) y la Defence Logistic Organization(DLO) que actúan de forma coordinada, limitando el papel de los ejércitos al meramente operativo.
 
·        Racionalización y modernización de la estructura industrial. Una de las implicaciones más importantes del fenómeno que se describe es la implicación industrial. Los sistemas del futuro serán más interoperables, mas costosos y complejos tecnológicamente, frente a un comprador con unos recursos más escasos y una creciente dualidad de sistemas que propicia una apertura del tradicional cerrado mercado de defensa. Como respuesta, las fusiones transnacionales de empresas y las alianzas estratégicas, que deben incluirse como un fenómeno RMA. En el caso español, nuestras empresas, a pesar de los avances de los últimos años, continúan siendo pequeñas y con escasa capacidad tecnológica e industrial, estando en muchos casos dispersa entre diversas compañías. En una creciente internacionalización, es necesario que empresas españolas estén presentes en programas y alianzas internacionales. A su vez, es necesario impulsar las capacidades propias. En este sentido deberán aunarse esfuerzos entre empresas españolas a través de joint ventures para campos como misiles (Indra, Casa, Sener, Bazan, ITP, ENSAB, EXPAL); información, mando y control (Indra, Amper, Telefónica, Page); helicópteros ( AISA,GAMESA,Andalucía Aerospacial, GMV); espacio ( Indra espacio, Alcatel espacio,INTA,CDTI) etc.
 
·        Gestión coordinada de la política de I+D. España no puede renunciar a las incipientes tecnologías que van a determinar el papel que cada país jugará en el futuro concierto internacional. Entre ellas debe prestarse especial atención a las siguientes áreas: sensores y microsensores, aplicaciones láser, y nanotecnología, comunicaciones, robótica, nuevos materiales e interfaz- hombre máquina. El coste de estos desarrollos exceden con mucho de las capacidades presupuestarias por lo que será necesario acudir a diversas fuentes:
 
·        Participación en programas multinacionales, principalmente en el marco OTAN y GAEO, con el fin de garantizar mayor interoperabilidad, acceso a tecnologías nuevas y distribución de costes fijos incrementando las dotaciones presupuestarias. En este sentido resultará fundamental la participación en programas como el AGS (Allied Ground Surveillance) en el que participarán todos los países de la Alianza Atlántica y que permitirá disponer de información en tiempo real independientemente de las condiciones atmosféricas. Este programa refleja las tensiones existentes en esta revolución; el proyecto se debate entre utilizar un radar avanzado norteamericano (RTIP) o el europeo SOSTAR, en el que España está interesada en entrar.
 
·        Los desarrollos realizados en las áreas descritas proceden del ámbito civil por lo que bastaría una mayor coordinación con los centros de investigación públicos no militares y con empresas para gastar sólo en aplicaciones militares de tecnologías ya desarrolladas para otras actividades.
 
·        En la medida de lo posible, ha de procurarse que las compensaciones industriales derivadas de nuestras adquisiciones en el exterior se centren en estas nuevas tecnologías.
 
·        Deben fomentarse las alianzas de empresas españolas con empresas más avanzadas tecnológicamente en estos campos, así como la celebración de convenios entre empresas de defensa y centros de investigación no militar.
 
·        Por último, y lo más importante, es un incremento de las dotaciones para programas militares de I+D que se enmarque dentro de la política de innovación lanzada por el Gobierno, ya que los recursos actuales apenas permiten participar de forma escasa en los programas europeos y desarrollar algunos pocos programas nacionales.
 
·        Concreción de las áreas de defensa y las duales. La escasez de recursos obliga a asignar a la Defensa los costes directos de su actividad, de tal forma que con los escasos recursos no se intente, como actividades prioritarias, potenciar nuestra capacidad tecnológica o industrial o invertir en sistemas y equipos de utilización común con otros Ministerios (Aviones VIP, lucha contra incendios etc).
 
·        Adecuar el número de plataformas a los medios. Con los efectivos previsibles y los recursos disponibles será imposible mantener el número de plataformas actualmente en servicio por lo que será necesaria una reducción significativa a medida que se vayan incorporando nuevas plataformas con nuevas capacidades.
 
Ejército de 140.000 efectivos y plataformas principales actuales.
 
TIERRA
ARMADA
AIRE
Mandos
 
26.500
 
8.600
 
9.900
Tropa
 
65.000
 
17.000
 
13.000
Suma
 
91.500
 
25.600
 
22.900
 
 
 
 
 
 
 
 
Carros
738
Portaaeronaves
1
Av. combate
191
 
Blindados
2.374
Submarinos
8
Av. Enseñanza
143
 
ATP
218
Fragatas
17
Av. Transporte
118
 
CñAA y SAM
255
Patrulleros
28
Otros aviones.
48
 
ACTA
53
Anfibios
5
Helicópteros
38
 
Helicópteros
97
Cazaminas
12
 
 
 
 
 
Otros buques
11
 
 
 
 
 
Aeronaves
58
 
 
 
(Fuente: Libro blanco de la defensa y Página WEB MDE.es)

Conclusiones

Las futuras Fuerzas Armadas exigirán diferentes tipos de equipamiento. Los carros, buques y aviones serán muy vulnerables lo que obligará probablemente a su reemplazo, en parte por vehículos no tripulados, lo que producirá enormes ahorros al reducir las necesidades de personal y entrenamiento. El avión F-22 costará 130 millones de dólares mientras que el mejor UAV en el mercado apenas costará 15 millones de dólares, realizando funciones de reconocimiento, vigilancia, comunicaciones, designación de objetivos y de ataque con munición de alta precisión, de tal forma que los aviones tripulados solo serán utilizados para determinadas misiones como el combate aéreo. Los portaaviones serán sustituidos por misiles crucero albergados en buques arsenal semi-sumergibles y con una pequeña dotación, mientras que los equipos electrónicos y de navegación podrían estar situados en satélites o en puestos de mando. Un portaaviones tiene un coste de 5.000 millones de dólares y tiene una tripulación de 5.000 hombres mientras que un buque arsenal costará apenas 500 millones y tendrá una tripulación de 50 personas.

Estamos, por tanto, en las puertas del cambio más espectacular de las últimas décadas, y en esta Revolución con mayúsculas, de guerras sin soldados y de una precisión milimétrica, los países europeos y en particular España, no pueden quedar al margen de los nuevos desarrollos, tanto por el perjudicial efecto económico que tendrían, como por las implicaciones estratégicas de no disponer de los medios que traerán las nuevas tecnologías.

Desde el punto de vista político el tremendo gap que se abrirá en los próximos años puede minar la cohesión dentro de la Alianza Atlántica, ya que las tropas europeas serán incapaces de operar junto a las tropas norteamericanas dados los importantes problemas de compatibilidad que surgirán. Si Europa no puede operar junto a Estados Unidos, el papel de la Alianza estaría seriamente cuestionado, y éste es un hecho que Europa no puede permitir, ya que peor sería un escenario de una defensa europea aislada en lo político y en lo tecnológico.

España se encuentra todavía lejos de las capacidades europeas y mucho más lejos de las norteamericanas, pero no debemos conformarnos con un papel militar secundario que no se correspondería con nuestra posición económica y social. Si ahora todavía podemos operar en misiones soft como Kosovo, en los próximos años si no aumentamos nuestro grado de interoperabilidad, seremos incapaces de desarrollar acciones militares junto a los países mas avanzados.

Este esfuerzo requiere fundamentalmente de un incremento de las dotaciones para modernización e investigación y desarrollo. Junto a este aumento de los recursos, será necesario adoptar medidas relacionadas con la gestión de los recursos,suprimiendo bolsas de ineficiencias y adaptando la orgánica a la nueva situación.