Inmigrantes frente a la crisis y el Programa de retorno Voluntario. ¿Ahora qué?

por Ana Ortiz, 8 de octubre de 2008

3 de septiembre de 2008: El Mundo, ”501.705: Zapatero bate el récord de España en creación anual de parados”; El País,“Ajuste en el empleo”; ABC, “Paro desbordado”; El Periódico de Catalunya, “Mal dato del paro en agosto”; La Razón, “Corbacho ve posible que el INEM entre en déficit por el pago del paro”; Público, “El peor agosto eleva el paro a 2,53 millones, la cifra más alta desde 1998”; La Vanguardia, “El paro alcanza su nivel más alto desde 1998 con más de 2,5 millones de desocupados”. Y un día después, en BBC, “Spain's radical plan for migrants”.
 
Se reflejan solo algunos titulares de la prensa tradicional, aunque el chorro de grandes tipos en letras de molde de esta índole se suceden en periódicos digitales, televisiones, radio, Internet, confidenciales, etc.
 
El noveno mes de 2008 pasará a la historia de la economía  de España y de la segunda legislatura de Gobierno Socialista, como uno de los más aciagos para el común de los residentes en nuestro país, nacionales o no. Más de dos millones y medio de parados, una caída en la afiliación del 0,77% interanual, y un aumento récord del paro (24,7%).
 
Los datos son tan evidentes que las declaraciones de José Blanco asegurando que “los españoles viven mejor que nunca, aunque alguno tiene algún problema” han sobrepasado con creces a cuantas estamos acostumbrados a escuchar de sus labios. Que se lo cuenten a los dos millones y medio de parados que hacen cola en las oficinas del INEM de toda España buscando una solución. Seguramente hay gente que tiene la aburrida manía de hacer cola frente a las oficinas de empleo, porque alguno tiene algún problema.
 
En una cosa lleva razón el señor Blanco: los españoles están mejor… pero… ¿y los que no lo son?, ¿qué pasa con los que encontraron en España su Eldorado cuando se generó el efecto llamada que muchos están padeciendo ahora?
 
Solo con asomarse a los muchos blogs que circulan por la red de páginas de inmigrantes muestran cómo se sienten decepcionados ante las expectativas que se les ofreció de manera infundada. Un ecuatoriano comenta en uno de ellos que “ahora que no les servimos para hacer los trabajos que ellos no quieren hacer, nos piden que nos marchemos y que no regresemos por una buena temporada… hasta que ellos se recuperen y vuelvan a denostar los trabajos que ellos no quieren”. Muy ilustrativo.
 
El ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, ya ha anunciado que se irán recortando el sistema de contratación el origen hasta que se aproxime a cero en 2009… aunque pretende recolocar a unas cien mil personas en labores de ámbito público. Es decir, que lo mismo da que cobren el paro que trabajen en el ámbito público porque el dinero sale de las arcas del Estado.
 
La cuestión no es de ahora. Lo que ocurre es que ya no se puede negar por más tiempo la evidencia. Tanto, que el mismo presidente Zapatero anunció a comienzos de septiembre que comparecería en el Congreso para explicar a los españoles cuál es la situación económica real y las medidas que va a poner en marcha su Administración. Ni siquiera su ministro de Economía, Pedro Solbes, lo pudo apartar de tan amargo cáliz durante su comparecencia en el Parlamento a finales de agosto. Imposible. Durante el debate mantenido en Campaña Electoral con Manuel Pizarro hubo mucha gente que le creyó. Ya no es posible. Sería interesante que los españoles pudiéramos volver a ver dicho programa y comparar con lo que ocurre hoy… pero ya no urge, las elecciones pasaron y dentro de cuatro años… Dios proveerá.
 
Pero el tema que nos ocupa es la situación que están padeciendo los nuevos vecinos que solo sirvieron como coartada para generar titulares de prensa, pero que tienen la mala costumbre de seguir ahí, de necesitar un trabajo para comer, sin el futuro que se les dibujó y empañando los datos.
 
Ante tamaña osadía, el Gobierno ofrece un retorno voluntario a aquellos que quieran regresar a sus países, como si las personas fueran de quita y pon, como el mobiliario urbano.
 
La verdad es que el sucesor de Jesús Caldera ha demostrado desde el comienzo tener más experiencia y mayor alcance de miras para intuir la que se le venía encima. Poco a poco, ha ido haciendo pequeños anuncios, como quien no quiere la cosa, para ir preparando el terreno. El mismo 3 de septiembre, en el que los titulares no daban tregua al Gobierno sobre los datos del paro, ya dejó vislumbrar la posibilidad de que el INEM entre en déficit. También afirmó que muchos parados de la construcción no podrán volver a trabajar en este sector, puesto que las cosas serán diferentes y que habrá que recolocarlos.
 
El pasado 22 de julio, el ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, compareció en la Comisión de Trabajo e Inmigración del Congreso de los Diputados, con el fin de explicar la política de inmigración que tiene prevista llevar a cabo. Uno de los aspectos que comentó, como parte de la línea estratégica que denominó “cohesión social, integración y convivencia” es el Programa de Retorno Voluntario de Trabajadores Extracomunitarios. Un Programa cuyas líneas principales despachó en 14 líneas exactas que se reproducen textualmente:
 
“En segundo lugar, estamos en un proceso de desaceleración económica, con un fuerte impacto en ciertos sectores productivos que trae aparejada un incremento del número de trabajadores extranjeros que quedan en situación de desempleo, por lo que el pasado día 18 de julio he presentado ante el consejo de ministros un informe sobre el programa de retorno voluntario de trabajadores extracomunitarios en situación de desempleo. Como también anuncié en su día, este programa viene a complementar el conjunto de medidas destinadas a una buena gestión de la inmigración y a dar cumplimiento al compromiso manifestado por el presidente del gobierno en su discurso de investidura.
 
Como su nombre indica, el programa tiene por finalidad principal facilitar el retorno voluntario a sus países de origen de aquellos trabajadores extracomunitarios que se encuentran en situación de desempleo a través del abono acumulado de la prestación”. (Fuente: Comparecencia del ministro de Trabajo e Inmigración, Sr. Celestino Corbacho Chaves en la Comisión de Trabajo e Inmigración del Congreso de los Diputados, en Madrid, a 22 de julio de 2008).
 
Unos días después, la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, anuncia durante una visita oficial a Centroamérica que, una vez explicadas las bondades de la inmigración, ahora no es el mejor momento para ello, puesto que las cosas “a nivel mundial” han cambiado a peor:
 
“Seguramente todos ustedes conocen muy bien las dificultades económicas por las que atraviesan todas las economías avanzadas en estos momentos. Unas dificultades que nos afectan a todos, que están lastrando el crecimiento en Europa entera, y que se está traduciendo en pérdida de empleos.  Y esta situación está teniendo un especial impacto sobre sectores en los que tradicionalmente se ha concentrado el empleo de los trabajadores extranjeros. Ante esa situación de especial vulnerabilidad de los inmigrantes debida a la nueva coyuntura económica, el Gobierno de España ha lanzado una iniciativa para facilitar el retorno a su país a aquellos  que así lo deseen. Y repito, a aquellos que lo deseen y lo decidan de manera voluntaria.
 
Se trata de un Programa de retorno voluntario que se aprobará en septiembre y que se traducirá, básicamente, en reconocer a los inmigrantes que hayan perdido su empleo y deseen retornar a su país de origen la posibilidad de percibir, de forma acumulada y anticipada, la prestación por desempleo que tengan reconocida. De este modo, contarán con una cantidad de dinero que les permitirá empezar de nuevo en su país. Quienes se acojan a este programa tendrán, eso sí, el compromiso de no retornar a España en el plazo de tres año”. (Fuente: Intervención de la Vicepresidenta Primera, ministra de la presidencia y portavoz del gobierno en el centro cultural de España sobre la política migratoria española, en Santo Domingo, República Dominicana, 7 de agosto de 2008).
 
Esto es todo lo que sabemos de dicha iniciativa, pero, ¿en qué consiste realmente? ¿Se puede llevar a cabo con facilidad? ¿Se pueden acoger todos aquellos que realmente desean regresar? ¿Están dispuestos a marcharse los que de verdad, sería beneficioso que lo hicieran? ¿Cómo afecta a las economías de los países emisores? ¿Será fácil instalarse de nuevo en su país? ¿Qué repercusión tiene sobre el erario público?
 
Sombras del Programa
 
Para empezar, el programa no es nuevo en España. La misma vicepresidenta del Gobierno afirmó que este Plan 'no anula ni sustituye', sino que 'complementa' a los otros planes de retorno previstos en el Reglamento de la Ley de Extranjería. Sin embargo, ante la crisis que se está padeciendo ya desde hace meses, la demanda ha crecido exponencialmente: entre 2003 y 2007, 2.054 personas se beneficiaron de este tipo de programas, según cifras aportadas por la Organización Mundial para las Migraciones (OIM)- organización intergubernamental que gestiona este proceso en España-.
 
Este dato demuestra que el Gobierno no ha hecho más que desempolvar una vieja iniciativa que se estima como solución en tiempos de crisis económica. Un programa que le urge poner en marcha cuanto antes, si comparamos el dato anterior con el de este año: el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero ha recibido 2.100 peticiones entre enero y julio de 2008 de inmigrantes que dicen que no pueden permitirse seguir en estas condiciones, casi el doble que en todo 2007, peticiones que sumaron 1.184.
 
Con todo, aceptemos que una de las maneras de ayudar a todos los que han llegado a España es facilitarles el retorno a su país. El plan de ayudas para el viaje de retorno, presupuestado con 1,7 millones de euros.
 
Es lo menos malo que les puede pasar porque la situación a la que se enfrentan es la siguiente:
 
Según los datos facilitados por el Gobierno en agosto de 2008, el paro está subiendo tres veces más rápido entre los inmigrantes que entre los trabajadores nacionales: 266.548 desempleados (un 69%) registrados el pasado año.
 
Según los mismos funcionarios de la Secretaría de Estado de Inmigración y Emigración, los fondos del programa de subsidios para 2008 están agotados. Este dato lo corroboran tres organizaciones que están implicadas directamente en el proceso de retorno: Cruz Roja, la Organización Internacional para la Migración (OIM) y la Asociación Católica Española de Migración (ACCEM).
 
Una vez conocida la situación, los que han tenido suerte de entrar en la lista para acogerse a las medidas de este programa, deben saber que el programa está destinado para un colectivo muy concreto: los inmigrantes extracomunitarios. Fuera quedan los rumanos, por ejemplo, que ya están presentado sus quejas, puesto que  no se les está facilitando ayudas para marcharse a su país. Si tenemos en cuenta que la comunidad rumana es mayoría en España- más de 700.000- es un aspecto interesante que conviene tener en cuenta. Rumanos y ecuatorianos son los colectivos que más interés están mostrando en este programa. Con una diferencia: los ecuatorianos se podrán acoger al mismo y los rumanos, no.
 
Este Programa tampoco contempla a otros colectivos, como aquellos que no cobran el paro por encontrarse en situación irregular o trabajando en la economía sumergida. Lo único que pueden esperar es que sean expulsados si son descubiertos.
 
El Plan no habla de emprendedores, aquellas personas que han adquirido un conocimiento y una experiencia que quieren trasladar a sus países de origen. Sobre este particular, pueden acogerse a programas como el que desarrolla la Comunidad de Madrid desde su Consejería de Inmigración, que si está desarrollando planes de ayuda al desarrollo para aquellos que desean establecerse en su país, desde hace algunos años.
 
A pesar de que el número de inscritos en este Programa ya ha superado con creces las previsiones del Gobierno, lo cierto es que todavía quedan muchos que se marcharían pero su realidad se impone sobre su deseo: los hijos, que ya son españoles y están dispuestos a marcharse. Tampoco aquellos que han conseguido integrarse social y económicamente en España, pagan hipotecas, créditos personales, han comenzado un pequeño negocio que ahora pasa por dificultades pero cuyas deudas deben asumir… obligaciones, en suma, difíciles de desatender que no mejoran su situación, ni mucho menos.
 
El desarrollo de los trámites
 
Aquellos que sí que puedan acogerse a este Plan, deben dirigirse a Cruz Roja, la Organización Internacional para la Migración (OIM) o la Asociación Católica Española de Migración (ACCEM).
 
El proceso se ejecuta en cuatro pasos: asesoramiento, tramitación de documentos, apoyo económico para costear el viaje y el asentamiento en el país, y seguimiento de la situación de los retornados. Estas organizaciones tienen en cuenta la experiencia vital del inmigrante en España y aspectos como las dificultades de integración, el desarraigo, los desequilibrios emocionales provocados por la pérdida y la separación de la familia, o la denegación de las solicitudes de asilo.
 
El proceso que se está viviendo en estas tres organizaciones no está siendo nada fácil. Cruz Roja Española gestionó en 2007 la repatriación voluntaria de 447 personas. En 2008 Cruz Roja ya ha retornado a 238 personas, 119 están autorizados y pendientes de viajar, y un centenar más está a la espera de que la Dirección General de Migraciones les dé el visto bueno. Vistos los datos, se puede comprobar que en septiembre de 2008 el número de inmigrantes que están en esta situación supera ya al total registrado en 2007. A estos inmigrantes que ya se encuentran en el desarrollo de todo el proceso, hay que añadir otros 150 expedientes que Cruz Roja tiene que estudiar y que afectan a 300 personas como mínimo, ya que cada expediente es una unidad familiar de, al menos, dos personas. En definitiva, Cruz Roja espera repatriar a más de un millar de personas durante este año.
 
En la Oficina Española de la Organización Internacional de las Migraciones la situación es parecida: durante mayo de 2008, la oficina agotó el presupuesto de este año para el programa de retorno voluntario de inmigrantes- como ya han señalado las personas encargadas de toda esta tramitación- y ya tiene 1.800 solicitudes en lista de espera para acogerse a la iniciativa. Mientras que este año el presupuesto se ha agotado antes de tiempo, el año pasado la OIM dispuso de dinero suficiente que hasta sobró, según el delegado de la OIM en Madrid, Manuel Pombo.
 
La tercera  organización que se ocupa de este Programa es la Asociación Comisión Católica Española de Migración (ACCEM), que también está teniendo dificultades para atender a todas las demandas. En 2007, ACCEM  repatrió a 104 personas (58 inmigrantes y 46 solicitantes de asilo), principalmente colombianos (36), hondureños (19) y rusos (9). En el primer semestre de este año, ACCEM ha gestionado ya el regreso a su país de origen a 74 personas (65 inmigrantes y 9 refugiados).
 
ACDEM dispone de un presupuesto de 100.000 euros procedentes de la Dirección General de Integración de los Inmigrantes, la Secretaría de Estado de Servicios Sociales, Familias y Discapacidad, y el Fondo Europeo para los Refugiados (FER), así como de donaciones particulares.
 
La otra cara de la moneda: los países de origen
 
En el otro lado del asunto se encuentran los países de origen de estos inmigrantes que finalmente han decidido regresar. Su colaboración en esta operación es fundamental. Teóricamente, es posible, dado que España tiene convenios bilaterales de Seguridad Social con una veintena de países. Sobre ese particular no hay problema. La cuestión cambia si tenemos en cuenta que las leyes son diferentes en cada país. Por ejemplo, Colombia, uno de los países con los que recientemente se ha firmado un convenio bilateral- el 1 de febrero de 2008. El convenio suscrito acuerda que los trabajadores que se acojan al Plan percibirán el 40% de su prestación de desempleo antes de abandonar España, y el resto, un mes después de llegar a su país. Además, tendrán que esperar tres años antes de pedir una nueva autorización para vivir y trabajar en España aunque pasados cinco años tendrán derecho preferente para volver.
 
Sin embargo, de ese dinero que reciben fruto de su cotización en la Seguridad Social española deben pagar una serie de impuestos a la llegada a su país por ser un ingreso ocasional que traen de fuera. Una cantidad que puede alcanzar hasta el 30%. En suma, nada alentador para aquellos colombianos que han decidido regresar.
 
No está de más recordar que un convenio es un “acuerdo entre voluntades”, a diferencia de un tratado, que se celebra entre dos o más países, para regular ciertas situaciones especificas que pueden suceder entre estos y tiene un carácter coercitivo (fuerza) para que se cumpla con el mismo. La fuerza que tiene una figura jurídica y otra también es digna de tener en consideración.
 
Un último apunte sobre las sombras que se apuntaban al comienzo tienen que ver con el envío de remesas. Desde el comienzo de la crisis, el envío de remesas de inmigrantes ha caído un 17%. El Banco de España asegura que  el volumen de remesas no había dejado de aumentar desde hace diez años. Desde enero de 2008 está ocurriendo lo contrario.
 
Sabemos que las remesas constituyen una de las principales fuentes de ingresos en países como Colombia, que es el tercero que más dinero recibe por ese medio, después de Brasil y México. Para hacerse una idea de los que estamos hablando, los países latinoamericanos y del Caribe recibieron 62.300 millones de dólares en remesas durante 2006. En ese mismo año, el Fondo Multilateral de Inversiones (Fomin), del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) estipularon que se esperaba que la cifra alcanzara los 100.000 millones de dólares en 2010, cifra que hoy, está lejos de ser una realidad, según están las cosas.
 
Otro dato: Ecuador reservo seis escaños a representantes de sus ciudadanos en el exterior, lo que da una idea de la importancia de este colectivo en el conjunto del país.
 
Conclusiones
 
Pintan bastos para la economía española, no ya la gran economía, sino para la economía familiar que es la que nos afecta a todos. También a los inmigrantes, que suman el 16% del paro, según el propio ministro del ramo. Si a estas personas que vinieron atraídos por la facilidad de quedarse les hubieran dicho que se iban a quedar a merced de los caballos seguramente no lo habrían creído y habrían tratado a sus “avisadores” de catastrofistas, antipatriotas y demás lindezas.
 
El ministro Corbacho está afrontando el problema de la mejor manera posible. Con honestidad, hay que señalar que es más realista y tiene más experiencia que su antecesor en el cargo, que no le ha dejado una buena herencia y que pasará a la historia como el que generó el efecto llamada que tan malas consecuencias está teniendo durante todos estos años en todos los ámbitos en los que podía tenerlas.
 
Durante una entrevista mantenida en televisión (Intereconomía, Programa El gato al agua), afirmó que la crisis comenzará a remontar en el segundo semestre de 2009 y que para entonces, también la situación de estas personas mejorará también.
 
Nada nos gustaría más que darle toda la razón.

 
 
Ana Ortiz es Analista Adjunta en el área de Medios de Comunicación.