El blitzkrieg político de Hezbolá

por Walid Phares, 30 de agosto de 2006

Sectores de la opinión pública y muchos en los medios se preguntan porqué Estados Unidos no es capaz de hacer que un endeble borrador francés de resolución de la ONU sea aprobado con rapidez a través del Consejo de Seguridad de la ONU. Otros están de piedra al contemplar al Primer Ministro del Líbano, Fuad Seniora, llorando frente a la cumbre de la Liga Árabe y pidiendo el rechazo a una fuerza multinacional fuerte, cediendo a Hezbolá. Los comentaristas apenas son capaces de descifrar el motivo por el que los denominados aliados de Estados Unidos en la guerra contra el terror - Egipto, Arabia Saudí y Qatar - presionan en favor de la retirada israelí y rechazan la fuerza multinacional al tiempo que mantienen el status quo para Hezbolá.
 
Suena como si el año 2005-2006 estuviera lleno de espejismos: la Revolución de los Cedros en el Líbano, elecciones libres, y formación de un gobierno anti-sirio respaldado por el hijo del primer ministro del Líbano asesinado, Saad Hariri. ¿Qué pasa? ¿Quién está al mando? Israel bombardea el sur del Líbano y muchos puentes, pero Hezbolá está en un blitzkrieg del terror, haciendo escombros políticos dentro del Líbano y por la región. Israel gana científicamente la batalla militar y Hezbolá hace tambalear de todos modos el futuro político de la guerra.
 
Allá por abril del 2006, mientras Assad retiraba a Siria su instrumental y el mundo libre celebraba la tan colorista Revolución de los Cedros en Beirut, la contraofensiva de Hezbolá se estaba diseñando como sigue:
 
·                     Absorber la furia de las masas libanesas, pero matar su proyecto político.
·                     Construir las condiciones para el no-desarme de las milicias.
·                     Infiltrarse en el gobierno post-sirio y en sus instituciones.
·                     Cristalizar los puentes entre Irán y Siria.
·                     Empezar a provocar en terror en el nuevo gobierno.
·                     Hundir la UNSCR 1559; y, en el momento elegido por Nasralah, provocar una guerra con Israel para que el apoyo vuelva a Hezbolá.
 
Finalmente, contener las reacciones de Israel y desarrollar el gran plan genial de gobierno libanés Ahmedinijad-Assad-Nasralah. Desafortunadamente, invisible para los que toman las decisiones en Occidente durante todo un año.
 
Y aquí llega el Blitzkrieg de Hezbolá:
 
A.                Seducir a los políticos libaneses de la Revolución de los Cedros para detener las manifestaciones que pedían la sustitución del pro-sirio Emile Lahoud. De ahí que los servicios de Inteligencia de Lahoud protegiesen las actividades del 'eje' (Hezbolá, los sirios, los iraníes, los demás) en el Líbano. Mantener a Lahoud en su puesto garantizaba la presión sobre el Ejército Libanés, puesto que el 'comandante en jefe' es el Presidente.
 
Primer objetivo logrado hacia julio. Brillante.
 
B.                 Presentarse a las elecciones legislativas 'antes' de ser desarmada, y con 300 millones de dólares a dedicar a los votantes, Hezbolá y sus aliados de Amal se garantizan 30 miembros del Parlamento, es el equivalente de los Talibanes presentándose a elecciones cuando estaban en el poder, pero a escala provincial.
 
C.                 Resultados: más parlamentarios de Hezbolá entran en el nuevo Parlamento, que se suponía que iba ser antisirio. E increíblemente (nunca antes visto en ningún otro país), mientras la resistencia a Siria obtiene una mayoría confortable en la asamblea - 70% - termina devolviendo al puesto de portavoz de la cámara al pro-sirio Nabih Berri: Alá sabrá cómo esta presunta mayoría tropezó dos veces en la misma piedra el mismo mes manteniendo en sus puestos a Lahoud y Berri.
 
Segundo objetivo de Hezbolá logrado a comienzos de julio.
 
D.                Intimidar al Gabinete Seniora amenazando con aislar a los chi'íes del gobierno si el bloque de Hezbolá no saca cuatro ministerios. Un bloque que puede vetar todas las decisiones concernientes a despliegues del Ejército Libanés y desarme de las milicias. Hasta un analista bachiller se da cuenta de que Hezbolá acababa de adquirir el control de la capacidad del Gabinete para desarmarle.
 
Objetivo logrado con seguridad hacia agosto del 2005.
 
E.                 Entre julio y diciembre del 2005, los escuadrones del 'eje' del terror asesinan a líderes de la Revolución de los Cedros que no aceptan la influencia de Hezbolá en el gobierno libanés, entre ellos Samir Qassir, George Hawi, y particularmente Gebran Tueni, la principal figura juvenil de la Revolución, otros periodistas y colectivos son objetivo de complots, disparos y amenazas, incluyendo a May Chidiac.
 
Revolución de los Cedros decapitada hacia finales de año.
 
F.                  Hacia marzo del 2006, Hassán Nasralah firma 'un acuerdo de entendimiento' con el General Michel Aoun, antes político antisirio, separando su movimiento de los partidos pro-gubernamentales y dividiendo en dos bandos a la comunidad cristiana. La oposición a Hezbolá queda reducida a migajas. El líder druso Walid Jumblat y unos cuantos diputados cristianos disparan aún contra Siria y educadamente contra Hezbolá. Nasralah acompaña sus victoriosas ofensivas de dinero iraní en muchos proyectos socioeconómicos fuera de los puntos fuertes chi'íes tradicionales.
 
G.                Hacia abril del 2006, la doble operación de Hezbolá gana velocidad mientras el gobierno está prácticamente paralizado en la implementación de la UNSCR 1559. Por una parte, Nasralah y su aliado Nabih Berri coaccionan a los restos de los políticos antisirios a sentarse a 'una mesa de diálogo' para discutir 'el futuro del Líbano' lejos de manifestaciones callejeras. En otras palabras, abandonar la Revolución de los Cedros, léase lo que se hizo frente a la comunidad internacional, y dejar de desperdiciar nuestro tiempo en discusiones bizantinas.
 
Hezbolá ganó tres preciosos meses más.
 
Mientras tanto, a través de las muy porosas fronteras sirio-libanesas, Irán enviaba todas las armas solicitadas por Hezbolá para emprender 'una guerra de despiste' contra Israel.
 
El Plan A de Nasralah era una guerra limitada contra Israel seguida de un vuelco contra el gobierno Seniora y su toma de control. Israel lo convirtió en una guerra más larga. De modo que el Plan B de Hezbolá es una guerra más larga contra lo que quiera que Israel esté cocinando, con el control del gobierno aún en el futuro próximo. Hoy el blitz jihadista está dando lugar a resultados regionales e internacionales, o está a punto de hacerlo.
 
Hezbolá amenaza al gobierno Seniora con la desintegración si no asume su plan. Nasralah y Al Manar hablan de batalla abierta hasta el final. Pero el verdadero plan del eje sirio-iraní es en la práctica utilizar como rehén al gobierno Seniora. El plan de 7 puntos del gabinete libanés ha sido aprobado, algunos dicen que sugerido por Hezbolá: nada de fuerzas multinacionales, de capítulo 7, o de resoluciones del Consejo de Seguridad que sueñan con desarmar a la milicia, etc.
 
Seniora llora delante de los árabes, Nasralah controla calmadamente la situación, y la mayor parte de los políticos libaneses pasan a ser irrelevantes en la ecuación.
 
El gobierno árabe sunní en su mayoría escucha al Primer Ministro sunní del Líbano pidiendo ayuda para su plan de 7 puntos (la receta de Hezbolá para sobrevivir y contraatacar) y corre a Manhattan a convencer a Francia y Estados Unidos de rebajar el tono del texto.
 
Irónicamente, el Nasralah entre escombros bombardea al Consejo de Seguridad de la ONU con 'diplomáticos árabes'. Sabe completamente bien que, en ausencia de Revolución de los Cedros (abandonada por sus políticos pero aún con respiración), se pasa a la ofensiva política.
 
Puesto que nadie se opone su agenda en el Líbano y dado que sus servicios tienen controladas las 'salas de prensa' de la mayor parte de los medios libaneses, y dado que como sabemos progresivamente, las agencias de Hezbolá tienen la mayor parte de las crónicas de corresponsales extranjeros prácticamente bajo su control, al tiempo que la influencia petrolera y jihadista se extiende por todos los contratistas de agencias de noticias de todo el mundo, Nasralah sigue en el negocio. Su operación es avanzar políticamente, por ahora.
 
Con la UNSCR 1701 sometida a votación, las opciones de Hezbolá han sido reducidas a dos, porque la resolución, una ensalada de medidas en todas direcciones, depende casi por completo de la determinación del gobierno libanés de recuperar el control del país con apoyo de la ONU.
 
a)                  Nasralah tendrá que luchar contra la resolución de frente, o asumir el control del gobierno libanés de modo que pueda paralizar la implementación de la resolución. Mi instinto me dice que va a intentar ambas cosas: controlar el gobierno y continuar la guerra.

Notas:
[1] Alemán, de blitz, relámpago, y krieg, guerra; ofensiva rápida de rigidez militar perfectamente calculada
 
 
El Dr. Walid Phares es un experto en terrorismo, fundamentalismo islámico y movimientos yihadistas. Es miembro decano de la Fundación de la Defensa de las Democracias y escribe en publicaciones especializadas como Global Affairs, Middle East Quarterly, and Journal of South Asian and Middle East Studies además de para diversos periódicos de renombre mundial y de opinar para medios como CNN, MSNBC, NBC, CBS, ABC, PBS y BBC.