Autor: Robert Spencer

La expulsión de Holanda de Hirsi Ali será vista enseguida como un paso significativo hacia la extinción de la luz no solamente en ese país, sino en toda Europa.

Casi todo el mundo cree que Zacarias Moussaoui está loco, a excepción de Zacarias Moussaoui, y ahora tendrá una vida para darle vueltas a este hecho curioso.

Es sorprendente para la gente que desconoce, o para la que no quiere que otros conozcan, las profundas raíces que la pena capital por apostasía tiene en la tradición islámica.

Sami al-Arián, el ex profesor de la Universidad del Sur de Florida, ha sido durante años un diestro mani-pulador, logrando apoyo firme y abierto en la izquierda americana. Pero su suerte se ha acabado com-pletamente. Cuando se declaró cul-pable no hace mucho de 'conspira-ción para realizar o recibir contribu-ciones de fondos para, o en benefi-cio de, la Jihad Islámica palestina, una organización designada especí-ficamente terrorista', la pena máxi-ma estaba en cuatro años y nueve meses.

Desafortunadamente, lo que es 'precioso y sagrado' para el islam es su desprecio institucional hacia otros.

¿Estoy diciendo que el Corán debería ser ilegalizado, como se intentó hace mucho en Calcuta, acerca de lo cual ha habido algunos rumores recientemente en Alemania?

Los occidentales pueden encontrar difícil de creer que este régimen controlado por el clero pisotee tan despiadadamente lo que es aceptado en el mundo no-musulmán como principios morales universales; pero en Teherán “todo depende del objetivo”.

Nadie representa con mayor exactitud el ethos de Hamas que Mariam Farhat, una madre que desea la muerte de sus propios hijos y de los hijos de otras.

La jihad es la agenda de Hamas, y ahora de la Autoridad Palestina en conjunto. Mientras que Mahmoud Abbás ha podido distanciarse de los ataques de terror en Israel y afirmar que él no podía pararlos, ahora el propio gobierno de la Autoridad Palestina estará dominado por una organización que ha celebrado tales ataques.

La semana pasada, en Nueva York, Oriana Fallaci indicaba que el Corán era el Mein Kampf del movimiento jihadista. Señaló que el libro santo del Islam exige la aniquilación o la subyugación del otro, y que quiere sustituir la democracia con el totalitarismo.