Autor: Juan F. Carmona y Choussat

Occidente debe defenderse como crea oportuno, pero para luchar contra los terroristas quizá sería útil entender qué los motiva.

Para que haya guerra, basta con que uno quiera, aunque no seamos nosotros

No intervenimos pues en Siria, cuando lo hicimos en Libia, porque para la mentalidad estratégica posmoderna hay que pensar dos veces hacer algo si es favorable a nuestros intereses. Contentar a los oponentes es menos oneroso.

Se han intensificado los contactos con los rebeldes sirios, especialmente por el lado británico, pero con suma cautela tras desvelar la inteligencia americana la participación de Al-Qaeda - suníes paradójicamente apoyados por Irán que a su vez sigue siendo el principal aliado de Asad.

Quien crea que lo más necesario hoy, para la historia y para tantas cosas más, era una historia optimista de España, reconocerá contento que lo más cercano a ello es una historia patriótica.

El rechazo constante a la realidad que pasa por pensamiento económico sofisticado entre nuestras elites es especialmente despreciable y condenable por el efecto que tiene sobre los más humildes

Antes de votar un Estado palestino para “obligar” a Israel a negociar en oposición a una solución de dos Estados fruto del acuerdo, ¿no sería más sensato votar un Estado judío tan consistentemente cuestionado?

No es, según la favorita expresión de Obama en campaña, esta una guerra por elección, sino por necesidad. No nos queda más remedio. En la sucinta expresión de Bernard Lewis: O les llevamos la libertad, o nos destruyen.

Uno ha aprendido que los judíos tienen devoción a la sabiduría pero duda, joven sabra, si hoy conoces bien tu historia. Porque oye también, y no sabe si creer, que Israel sufre idénticos males en la enseñanza que las sociedades occidentales.