Veneno carcelario
por Stephen Schwartz, 6 de febrero de 2006
El dominio y la intimidación por parte de los religiosos fundamentalistas de los fieles musulmanes encarcelados en las prisiones de Nueva York continúa siendo un problema importante. Lo que es peor, el Departamento estatal de Servicios Penitenciarios (DCS) está luchando por preservar este peligroso status quo.
Los cargos presentados por tenencia de armas ilegales contra Warith Din Umar, el anterior capellán musulmán del sistema estatal de prisiones fue una señal. El registro el pasado fin de semana de su casa del norte por efectivos del contraterrorismo NYPD fue otra.
Nacido Wallace Gene Marks, Umar - de 61 años de edad hoy - fue una vez seguidor de Louis Farraján, con el alias de Wallace 10X. Inició sus actividades como capellán de prisiones en 1975.
El Gobernador Pataki prohibió la entrada de Umar en las cárceles en el 2003, después de que The Wall Street Journal informase de que Umar había expresado apoyo a los terroristas del 11 de Septiembre -- admitiendo que los musulmanes 'que dicen estar contra el terrorismo, aplauden y admiran en secreto' a los asesinos de masas de bin Laden. (Según Umar, el Corán no prohíbe el terrorismo ni siquiera contra el inocente. 'Este es el tipo de enseñanza que no quieren que se exprese', dijo. 'Pero esto es lo que hago').
Pero eso fue todo -- no hizo nada en absoluto con respecto al grupo de clérigos radicales asociados que Umar colocó durante los más de veinticinco años de trabajo en el sistema penitenciario.
La preocupación no se debe simplemente a las ideas -- como dan fe los cargos de armamento contra Umar la semana pasada. La policía incautó en el apartamento de Umar en Union Avenue una recortada del 12, un rifle del calibre 22 y ordenadores. El registro contraterrorista de su casa de Glenmont incautó más ordenadores.
Pero las ideas hacen más temibles las armas. Los fundamentalistas que mantienen el monopolio ideológico de los musulmanes de Nueva York están guiados por la secta totalitaria wahabí radicada en Arabia Saudí, que ha pagado a Umar para que viajara allí y estudiase los métodos de la propaganda fundamentalista.
Llevo implicado personalmente en la lucha contra el dominio wahabí de la vida religiosa musulmana de las cárceles del estado de Nueva York desde 2003. Mi organización y yo, el Centro del Pluralismo Islámico, hemos presentado un informe de asesoramiento en el caso Orafan contra Goord, en el que un reducido grupo de musulmanes chi'íes han denunciado las prácticas del estado encaminadas a mantener en el cargo a los capellanes sunníes radicales.
Mientras los terroristas sunníes radicales en Irak matan chi'íes, los clérigos wahabíes implantados en las prisiones de Nueva York aún elogian el odio a otros musulmanes, a todos los no musulmanes, y a América. Las bibliotecas penitenciarias aún están llenas de volúmenes de producción saudí que promueven la intolerancia y la violencia, del tipo denunciada en el informe de la Freedom House del año pasado acerca de la infiltración de la ideología de financiación Saudí en América a través de mezquitas y escuelas (ver el informe en freedomhouse.org).
Los imanes wahabíes también amenazan e incitan a la violencia contra los disidentes tras las rejas. Tuvo que solicitarse que un demandante chi'í del caso fuera puesto en aislamiento con el fin de detener el acoso contra él por parte de los clérigos wahabíes. Otro denunciante fue apuñalado por otro preso la noche antes de que se tomara declaración en la demanda chi'í. El mensaje era obvio: cállate o saldrás perjudicado, gravemente.
¿Hasta qué punto es responsable el Departamento de Servicios Penitenciarios? Imagine mi sorpresa cuando me presento a declarar en la demanda recientemente, para encontrar a Umar entre aquellos que me interrogaban. Cierto - el Gobernador Pataki despidió a Umar, que ha presentado denuncia con el fin de volver a su puesto - pero aún así se sienta con los abogados del estado en la lucha legal del Departamento por conservar a todos los radicales que contrató Umar a lo largo de los años. Oficialmente, el Departamento afirma que cualquier agente externo que cuestione las acciones de los imanes fundamentalistas de las prisiones es una intromisión impropia e injustificada en las funciones de la agencia. Pero su aliado Umar parece argumentar que mi organización, el Wall Street Journal y los demás estamos implicados en una conspiración con el fin de calumniarlos a todos.
Durante esa declaración, Umar me acusó de utilizar 'wahabí' como término de odio comparable a la palabra con -n. También dejó en evidencia sus prejuicios, al acusar a los musulmanes bosnios de haber abandonado el islam - presumiblemente porque no siguen los dictados saudíes.
Ahora mismo, Orafan contra Goord espera resolución en un tribunal de Albany. El tema es simple: ¿Tomará el estado las medidas apropiadas para asegurarse de que se enseña una forma pluralista del Islam y que es apoyada entre los condenados - gente que ya está en problemas - o continuará patrocinando clérigos que incitan a los convictos a causar más problemas, incluyendo potencialmente el terrorismo?
El Departamento de Servicios Penitenciarios ha sido grotescamente responsable al no retirar a aquellos que comparten las opiniones fundamentalistas y el estilo indiscriminado de Umar de las capillas penitenciarias.
La contratación de imanes fundamentalistas en el sistema de prisiones federal (y estatal), y la imposición por parte de ellos de una dictadura radical sobre los fieles musulmanes a su cargo comenzó mucho antes del 11 de Septiembre. Las autoridades penitenciarias pueden haber tenido excusa en su ignorancia de los conflictos entre las tendencias musulmanas radical y moderada dentro del islam. Pero cuatro años después de los ataques - y dos años después de que el Wall Street Journal descubriese a Umar - el rechazo de los burócratas estatales a admitir el problema del islam radical penitenciario es un ultraje.
Stephen Schwartz (Suleiman Ahmed Schwartz) es musulmán sufí y director y fundador del Centro para el Pluralismo Islámico de Washington, la principal institución islámica moderada del mundo. Formado como periodista y escritor, es autor de Las dos caras del islam y columnista regular de la revista The Weekly Standard, el Globe & Mail canadiense y el diario mexicano La Reforma.