¡Vaya talante!
por Florentino Portero, 29 de diciembre de 2005
(Publicado en La Razón, 29 de diciembre de 2005)
Nadie les puede negar que tienen un estilo propio de gobierno, un talante, como señaló el Presidente. El último ejemplo nos lo ha proporcionado el ministro Bono. Después de darnos lecciones de democracia y de comprometerse a que en adelante el Parlamento discutiría cualquier acción que implicara el uso de la fuerza en política internacional, tenemos que enterarnos a través de terceros de que nuestra fragata más moderna se encuentra formando parte de un grupo de combate norteamericano asignado a la campaña de Iraq.
No sólo no ha llevado este caso concreto al Congreso, es que lo ha ocultado. Ha intentado privar a los españoles de una información relevante de nuestra política exterior, que entra en contradicción con los postulados oficiales del Gobierno. Todos sabemos que el ministro cuida mucho sus relaciones particulares con el secretario de Defensa norteamericano, Mr. Rumsfeld, pero en un país como España un comportamiento así no sólo no es de recibo, es humillante.
¿Dónde han quedado todos los insultos a Aznar y compañía por la cumbre de las Azores? ¿Dónde la denuncia por el envío de un contingente, tras el final formal de las hostilidades, para colaborar en el proceso de reconstrucción? Aquel destacamento no sólo enervó a nuestros pacifistas, también trajo dificultades al Gobierno con Estados Unidos. La autoridad norteamericana pidió en aquellos días a las fuerzas españolas que entraran en una de las ciudades santas para eliminar los núcleos de guerrilleros radicales seguidores del mulah al-Sadr. La respuesta fue negativa, porque la misión se salía del limitado marco establecido por el presidente Aznar. Sin embargo, ahora resulta que los que entonces denunciaban sitúan una fragata española dentro de un grupo de combate aero-naval norteamericano para realizar acciones de combate contra los resistentes, porque esos terroristas hasta hace nada eran resistentes, aunque ahora hayan sido degradados a insurgentes. Todo un ejemplo de coherencia ideológica y, sobre todo, de democracia.
Se comprometieron a defender los derechos del pueblo saharaui, para reconocer a continuación los inexistentes derechos de Marruecos a ser parte en la negociación. No sólo engañaron a saharauis y españoles, además incumplieron sus obligaciones con el Consejo de Seguridad. El Presidente prometió visitar Ceuta y Melilla, como prueba de su más que dudoso compromiso con la españolidad de ambas ciudades, para luego reconocer que piensa comunicar previamente sus intenciones al Rey de Marruecos ¿Desde cuándo un presidente de Gobierno español informa a potencias extranjeras de sus visitas nacionales?
La mentira se ha instalado en el Gobierno. Se dice una cosa y se hace la contraria. Los valores son meros instrumentos para justificar una decisión, pero ni están en los corazones ni se cree en ellos. Sólo creen en el poder.