¿Un Estado para Palestina? Fíjese bien

por Jeff Jacoby, 6 de marzo de 2007

(Publicado en The Boston Globe, 14 de febrero de 2007)

La larga guerra entre Fatah y Hamas rugía el mes pasado cuando el líder de la Autoridad Palestina Mahmoud Abbás se dirigía a una concentración de Fatah en Ramala. 'La prioridad para mí es preservar la unidad nacional y evitar la lucha interna', decía a la multitud el 11 de enero. 'Disparar a tu hermano está prohibido'.
 
Pero Abbás dejaba claro que se oponía exclusivamente al derramamiento de sangre intra-palestinos. Matar judíos seguía estando bien.
 
'Deberíamos dejar a un lado nuestra lucha interna y levantar nuestras armas solamente contra la ocupación israelí', decía según una información de WorldNetDaily. En un gesto hacía sus rivales árabes, elogiaba al architerrorista Ahmed Yassin, cofundador de Hamas abatido por Israel en el 2004. Para asegurarse, añadió algo de formulación antisemita: 'Los hijos de Israel son mencionados como aquellos que están corrompiendo a la humanidad sobre la Tierra'.
 
La mayor parte de los relatos mediáticos de la concentración de Fatah mencionaban exclusivamente las declaraciones 'de unidad' de Abbás, dejando al margen lo sórdido de levantar las armas contra los corruptores de la humanidad (titular de AP: 'Abbás pide respeto en concentración de Fatah'). En línea similar, las informaciones de prensa raramente señalan que en la Franja de Gaza, donde los combates callejeros Fatah-Hamas han tenido lugar, la 'ocupación' terminó en agosto del 2005, cuando Israel demolió 21 asentamientos judíos y expulsó a todo judío del territorio. A todos los efectos y propósitos, ha habido un estado palestino soberano en Gaza durante los 18 últimos meses. La anarquía y la violencia, los secuestros, las miriadas de bandas armadas -- eso es el verdadero estado palestino. Examínelo de cerca.
 
'En el Estado de Palestina', escribe Caroline Glick en el Jerusalem Post, 'los niños de dos años son asesinados y a nadie le importa. Los niños son despertados en mitad de la noche y asesinados delante de sus padres. Los fieles de las mezquitas son abatidos por terroristas que asisten a las mezquitas de la competencia... En el Estado de Palestina, las mujeres son desnudadas a la fuerza y obligadas a desfilar por la calle con el fin de humillar a sus maridos. Las ambulancias son detenidas camino de hospitales y los heridos son asesinados a sangre fría'.
 
La maravilla no es que la Autoridad Palestina incite a la violencia y la inestabilidad; hay otros lugares en donde el derramamiento de sangre es también el pan nuestro de cada día. La maravilla no es que los palestinos, que reciben cantidades ingentes de ayuda internacional -- más de 1.200.000.000 dólares solamente el año pasado procedentes de gobiernos occidentales -- dediquen tantos de sus recursos y energías a armamento y guerras. La maravilla es que tantas voces pidan aún un estado palestino.
 
¿Pero alguna población ha sido alguna vez menos apropiada para tener estado que los palestinos? Desde los terroristas que eligen como líderes hasta la jihad promocionada en sus escuelas, su cultura está empapada de violencia y odio. Cada vez que el mundo les ha ofrecido soberanía -- una oferta que kurdos, chechenos o tibetanos aceptarían sin pensar -- los palestinos han optado en su lugar por el baño de sangre y el rechazo del derecho de Israel a existir.
 
'¿Qué más queréis', preguntaba una vez un frustrado Shimon Peres a Yasser Arafat, 'un estado palestino o una lucha palestina?' Una y otra vez, los palestinos han elegido la 'lucha'. La esencia misma de la identidad nacional palestina es el apetito por la destrucción de Israel. Tanto los estatutos de Fatah como los de Hamas piden la destrucción del estado judío a través del derramamiento de sangre. Una solución de dos estados -- Israel y Palestina viviendo juntos pacíficamente - es explícitamente lo que no quieren los palestinos. Ninguna cantidad de concesiones israelíes, tentativas americanas de persuasión o llamamientos del Cuarteto va a cambiar eso de manera plausible.
 
De modo que, ¿por qué sigue simulando lo contrario la administración Bush?
 
'Simplemente no hay motivo para evitar el tema de cómo llegamos a un estado palestino', afirmaba textualmente el 2 de febrero la Secretario de Estado Condolizza Rice, incluso al mismo tiempo que el mejor motivo para no hacerlo -- lo inusual de los palestinos para el autogobierno -- era evidente en las calles de Gaza. La pasada semana, Abbás acordaba constituir un gobierno 'de unidad' con Hamas, haciendo aún más distante cualquier perspectiva de paz con Israel. Pero la próxima semana Rice celebrará una cumbre con Abbás y el Primer Ministro israelí Ehud Olmert, y habrá más material fresco de palabras huecas sobre paz y estados.
 
James Woolsey, que sirvió como director de Inteligencia bajo el Presidente Clinton, decía recientemente que se necesitarían 'muchas décadas' antes de que la sociedad palestina sea lo bastante civilizada, para tener estado. Hasta algunos palestinos están de acuerdo. 'Todo el mundo aquí está disgustado por lo que está sucediendo en Gaza', declaraba al Jerusalem Post Shirin Atiyeh, de 30 años, empleada gubernamental de la Autoridad Palestina. 'Estamos mostrando al mundo que no nos merecemos un estado... Hoy me avergüenza decir que soy palestina'.
 
¿Cuándo será el momento de considerar el estado de Palestina? Cuando esté encabezado por personas más del estilo de ella.