Siria, hay algo que hacer?

por Manuel Coma, 20 de agosto de 2012

(Publicado en La Razón, 20 de agosto de 2012)

 

Lo único que crece respecto a Siria es el clamor de muy diversos e incluso opuestos sectores americanos de que algo hay que hacer. Tras tantos meses pidiendo lo mismo, cada vez con mayor intensidad, el objeto de la demanda se ha moderado. No ya una intervención militar, sino algo que se le queda bastante por debajo, excepto, y la excepción se importante, en el establecimiento de la consabida zona de exclusión aérea que ni harte de vodka aprobaría Putin en el Consejo de Seguridad, con lo chinos aplaudiendo con las orejas. ¡Lo que le faltaba a Obama! ¡Actuar sin alguna bendicioncita de Naciones Unidas! Por más que ni en sus peores pesadillas se lo plantee, como mínimo hasta después de las elecciones, así Kofi Annan se le tire al suelo abrazándosele a los pies, que nunca hará porque tiene muy claro que no se le pagan. Como su sueldo ha quedado vacante, ya tenemos nuevo enviado del alto organismo internacional, exministro de exteriores argelino y experto en estas lides, dispuesto a continuar con entusiasmo la farsa diplomática.

Sin la decisiva intervención aérea, queda poco de ese algo que hay que hacer. ¿Santuarios? Ya los hay para miles de refugiados al otro lado de la frontera turca. Desde ahí se organiza y coordina, en la modesta medida que puede, el Ejército Libre Sirio. Sería un gran paso extenderlos lado sur, pero ¿cómo sin intervención aérea? ¿Suministrar equipo no letal: médico, comunicaciones, ayuda humanitaria? Se viene haciendo desde hace tiempo, pero puede intensificarse. Sin embargo incluso lo no letal, especialmente lo de aplicación bélica inmediata, como las comunicaciones, puede ser peligroso en manos pecadoras. ¿Armamento? Ya lo están pasando saudíes y cataríes, sin duda con activo apoyo americano. ¿Qué queda? El copioso arsenal de armas químicas, que tiene ya muy ocupados a la CIA y al Mosad. Y de gran urgencia es averiguar que parte de los rebeldes son aceptables y cómo se les puede ayudar a que no se los coman en las cenas de ramadán. Si es que los hay y si es que se puede.