Síndrome de Yihad Súbito

por Eduard Yitzhak, 24 de mayo de 2013

 Daniel Pipes escribía en noviembre de 2001 a raíz del atentado islamista del 11-S en New York: "Los individuos yihadistas pueden aparentar ser razonables y respetuosos con la ley, pero son parte de un movimiento totalitario, y como tales, todos deben ser considerados asesinos potenciales" [.1].

A pesar de haber sido criticado por los “bienpensantes” izquierdistas y relativistas morales, Daniel Pipes reconoce haberse quedado corto. [2]

Hay una larga lista de terroristas de la pesadilla islamista en la que musulmanes supuestamente bien integrados en las sociedades occidentales aparentemente se transmutan súbitamente en asesinos de no-musulmanes. En esta serie hay médicos, como Malik Nadal Hasan, psiquiatra y comandante del Ejército de Tierra que asesinó a 13 compañeros en Fort Hood en noviembre de 2009. [3]

También eran médicos los ocho musulmanes relacionados con los atentados con coche bomba en Londres y Glasgow en junio de 2007 que trabajaban en hospitales del Reino Unido. [4] Estos son calificados erróneamente como “lobos solitarios”. [5] Entre los más reciente en la memoria colectiva, pero desgraciadamente no serán los últimos, destacan los hermanos Tsarnaev, el menor de ellos Dzhokhar ciudadano norteamericano y estudiante de Medicina, y el mayor, Tamerlan, relacionado con el triple crimen perpetrado en Waltham, cerca de Boston, el 11 de septiembre de 2011 en el que aparecieron degollados tres jóvenes judíos, Brendan Mess (25), Erik Weissman (31), and Raphael Teken (37) en el apartamento de Mess. Según había declarado el mismo TamerlanTsarnaev, Brendan Mess era su mejor amigo[6], “aparentemente” contraviniendo las ordenes de Alá a los musulmanes que prohíben a estos ser amigos de judíos y cristianos, Corán 5:51: ¡Creyentes! ¡No toméis como amigos a los judíos y a los cristianos! Son amigos unos de otros. Quien de vosotros trabe amistad con ellos, se hace uno de ellos. Alá no guía al pueblo impío.
El miércoles 22 de mayo de 2013 fue degollado en la vía pública un soldado británico sin uniforme militar de unos veinte años de edad en Londres. El crimen fue perpetrado por dos musulmanes mientras gritaban Allahú Akbar [Alá es el más grande] y que aparentemente han grabado su crimen, guiado por la aleya del Corán 8:12: Cuando vuestro Señor inspiró a los ángeles: «Yo estoy con vosotros. ¡Confirmad, pues, a los que creen! Infundiré el terror en los corazones de quienes no crean. ¡Cortadles del cuello, pegadles en todos los dedos!» [7]
 
Generación espontánea y Pasteur
 
Aristóteles, basándose en la observación superficial que indicaba que surgían gusanos del fango, moscas de la carne putrefacta, organismos de los lugares húmedos, llegó a la conclusión de que la vida se estaba originando continuamente a partir de esos restos de materia orgánica, y estableció la teoría de la generación espontánea. Esta creencia fue profundamente arraigada en la ciencia hasta la segunda mitad del siglo XIX. Los experimentos de Redi (1668), Spallanzani (1769) demostraron que no existe la generación espontánea de la vida, abriendo camino a Louis Pasteur. En la segunda mitad del siglo XIX el científico francés realizó una serie de experimentos que probaron definitivamente que también los microbios se originaban a partir de otros microorganismos y que el origen de un ser vivo solamente se produce a partir de otro ser vivo. Hoy en día la comunidad científica considera que la teoría de la generación espontánea está plenamente refutada. Otro tema es el del origen de la vida que no tiene nada que ver con el de la génesis de los gusanos o moscas. [8]
 
Hoy en día muchos políticos y líderes de opinión, aunque cada vez menos, creen en la teoría de la generación espontánea del lobo solitario islamista, y piensan que un musulmán espontáneamente deviene terrorista por mutación o desviación súbita de la corriente mayoritaria del Islam, y no reparan en que no es necesario tener un contacto directo y orgánico con Al Qaeda, aunque si es imprescindible tenerlo con círculos o ambientes yihadistas, como mezquitas, madrrassas, en la cárcel, con imanes, jeques, o por Internet.
 
Los terroristas se originan a partir de círculos y ambientes de otros islamistas y el origen de un islamista solamente se produce a partir de otro islamista que se basa en los hechos y dichos de los primeros seguidores de Muhammad y de este mismo.
 
Hay musulmanes de nacimiento o conversos al Islam [9]que se islamizan, se “radicalizan”, y cuando estos quieren devenir en ejemplo y modelo de “buenos” musulmanes aceptan y practican todas las ordenanzas musulmanas, incluida la Yihad. Hay otros musulmanes que se radicalizan, se islamizan, por miedo, miedo ante sus familias y sociedad con el objetivo de limpiar ante aquellas y Alá sus graves faltas, como las adulteras árabe-palestinas que devinieron shahids -islamikazes-.
 
Otros están presionados por sus propios preconceptos, “la viuda ha de vengar al cónyuge muerto en el Yihad”, o “el hermano ha de vengar al hermano” - como las islamikazes viudas negras chechenas en Rusia, o por el deseo de integración en grupos sociales islámicos, en búsqueda de heroicismo o “subir épicamente a la familia en el altar de la fama islámica y del mundo musulmán”. También los hay que llegan al Yihad por un misticismo religioso sustitutivo a su falta de identidad propia y deseo de integración en grupos musulmanes. Y también los hay, aunque estos no son numerosos, como recurso económico por la ayuda monetaria que reciben todas las familias de los shahids -islamikazes- por parte de ONG islámicas y gobiernos musulmanes.
 
Estos asesinos, retardados y degenerados morales pero que, con alguna excepción, en absoluto son disminuidos cultural e intelectualmente, todos ellos y sin excepción tienen toda una ideología estructurada y cimentada en las enseñanzas coránicas que reciben de sus líderes religiosos.
 
Caldo de cultivo para el islamismo
 
Obviamente en primer lugar para ser yihadista es necesario ser musulmán, aunque es bien cierto que todo terrorista islámico es musulmán, no es menos cierto que no todo musulmán es terrorista.
 
El Islam es una religión con más de mil cuatrocientos millones de fieles y existe desde hace más de 13 siglos. Esta religión incluye a todos los fieles musulmanes, desde los generalmente discretos sufíes hasta los yihadistas.
 
Podríamos clasificar grosso modo a los musulmanes como nominales, moderados y radicales (o islamistas). Dentro de los islamistas destacan los yihadistas, los combatientes que practican y llevan a cabo el Yihad, siendo estos una minoría pero apoyados plena y moralmente por el resto de islamistas y justificados por gran parte de los moderados y nominales.
Únicamente los radicales están dispuestos a morir matando y perpetrar atentados en nombre del Islam y de Alá. En diversos grados, los musulmanes nominales y moderados sienten ante los crímenes religiosos desde indiferencia a justificación y complacencia y los islamistas gozan plenamente. Sólo unos cuantos son capaces de mostrar públicamente rechazo ante la barbarie del totalitarismo islámico. Se podrá aducir que muchos musulmanes tienen miedo a manifestarse contra la barbarie islámica y sus crímenes, pero nadie sabe mejor que los mismos musulmanes el verdadero ambiente se respira en el medio musulmán, y si ellos están amedrentados es porque son conscientes del gran apoyo que gozan estos islamistas.
 
Según las fuerzas de seguridad occidentales, en Occidente un quince por ciento de musulmanes son islamistas, pero este porcentaje va en aumento.
Hay una gran permeabilidad en el paso de musulmán nominal a moderado y de este a radical –islamista-, el proceso inverso es realmente muy complicado y peligroso por las represalias de los islamistas a sus ex compañeros.
 
Las escuelas religiosas musulmanas, las madrassas, tanto en Occidente como en el mundo musulmán, están financiadas mayormente por Arabia Saudita, y son los centros en los que se adoctrina a los niños en el integrismo sunita wahhabita que inculca a los infantes el odio contra el no musulmán.
 
Gran parte de las mezquitas y sus imanes en Occidente reciben fondos y son costeadas por Arabia Saudita. En muchas mezquitas se infunde el yihadismo.
 
Muchos de estos musulmanes en Occidente ven televisión de Al Yazira, de Qatar, y de otros países islámicos. Arabia Saudita e Irán son el modelo de país para los sunnitas y chiítas respectivamente, ambos  estados financian organizaciones terroristas que asesinan en nombre del Islam.
 
En las cárceles muchos musulmanes son reorientados en el islamismo como camino de redención social ante su colectividad.
 
En muchas ciudades europeas existen zonas Shari´a en las que se aplican las leyes y códigos del Islam. También los musulmanes que no observan la Shari´a son amonestados o se les inflinge castigos físicos por parte de islamistas que ejercen el rol de policía religiosa islámica.
 
Silencio cómplice
 
Ante crímenes religiosos cometidos en nombre de Alá o del Islam, a veces hay algún lacónico comunicado de entidades musulmanas, pero no se han producido movilizaciones por parte de musulmanes en contra del yihadismo ni de la presunta “malinterpretación” por parte de los presuntos “desviados del Islam”, como algunos líderes musulmanes afirman cuando se refieren a sus correligionarios islamistas, con el fin de congraciarse con la población occidental.
 
El silencio e indiferencia de la gran mayoría de los musulmanes ante los crímenes perpetrados por sus correligionarios y en nombre de su religión deviene un silencio cómplice que refuerza a los islamistas, ya que la falta de rechazo es entendido, y posiblemente puede que tengan razón al interpretarlo así, como un apoyo real al terror del totalitarismo islámico.
 
Si en lugar de ser dos islamistas los asesinos del soldado británico degollado hubieran sido dos argentinos o dos españoles los criminales y que lo hubieran justificado a causa de la guerra y ocupación de las Malvinas y de Gibraltar, respectivamente, los líderes políticos y plenamente la sociedad argentina o española hubiera manifestado su claro y total repudio y rechazo a este asesinato.
 
Este silencio sólo ocurre entre musulmanes. ¿Porqué este silencio, si es que en verdad ellos están en contra del yihadismo y sus crímenes?
 
 
Combate contra el yihadismo
 
El Islam a lo largo de su historia todavía no ha tenido una reforma que reinterprete la religión y respete la alteridad, separe la religión de la política, reduzca la religión al ámbito de lo privado y abandone el proselitismo violento. El Islam se mantiene como en tiempos de la Yihad, la Guerra Santa, de Muhammad y sus primeros seguidores.
 
La guerra contra el yihadismo es ideológica, y será únicamente en este campo donde se decidirá el resultado. Previamente es imprescindible derrotarlo en el campo policial y militar, especialmente donde el combate es bélico y terrorista, como en Mali, Nigeria, Afganistán, Filipinas, Israel. Mientras haya estados poderosos como Arabia Saudita e Irán, que financian y alientan el islamismo a nivel planetario, la derrota militar no está garantizada. Los cuerpos y fuerzas de seguridad de los estados occidentales y los servicios de inteligencia tendrán que conocer el Islam y el islamismo y sus entresijos y colaborar estrechamente.
 
Para combatir el yihadismo es necesario ayudar a los reformistas musulmanes, tener exclusivamente como interlocutores de las comunidades musulmanas a los moderados, impedir la financiación de mezquitas e imanes por parte de países islamistas como Arabia Saudita e Irán, observancia de los discursos de los jeques e imanes que lideran a sus fieles, exigir a los líderes y miembros de las comunidades musulmanas su explícito y manifiesto rechazo a estos crímenes, tratar con leyes antiterroristas a los líderes religiosos y fieles que alienten el islamismo y el odio al “infiel”, exigir la reciprocidad a los países musulmanes en la construcción de iglesias y sinagogas en Arabia Saudita y países musulmanes y exigir el respeto real y factual a las minorías cristiana y judía en los países musulmanes.