Sigue teniendo lugar una guerra

por Victor Davis Hanson, 24 de mayo de 2007

(Publicado en National Review Online, 19 de mayo de 2007)

Ellos no pidieron necesariamente esta guerra; sin embargo los soldados americanos y el cuerpo de oficiales vencieron de forma brillante a Saddam Hussein en 3 semanas bajo los estrictos parámetros que habían puesto los líderes políticos. Luego se les pidió que impulsaran un gobierno consensuado en el corazón del antiguo califato, al mismo tiempo de asegurarse de que enemigos como Siria e Irán y “amigos” como Arabia Saudí y Jordania no destruyeran la frágil democracia con guerras proxy - aunque la aparición de una exitosa sociedad libre amenazara a los 4 vecinos en diversas formas.
 
Luego esa iniciativa se transformó otra vez cuando todos los actores de Oriente Próximo subieron sus apuestas, convirtiendo Irak en un nuevo campo de batalla donde al Qaeda se lo juega todo y los islamistas de diversa índole se dieron cuenta que su propia existencia estaba en la cuerda floja.
 
Y ahora estamos aquí, después de 4 años de dura lucha, a menudo trágica, caracterizada por equivocaciones, réplicas, nuevos desafíos y réplicas aún más avezadas.
 
El ejército americano de hoy, en su composición, tácticas, experiencia y forma de ser dirigido, es tan distinto del que invadió Irak en marzo de 2003, como el Ejército del Oeste en 1865 lo era del de 1861, o el ejército americano que cruzó el Rin en 1945 lo era del que llegó al Norte de África a finales de 1942. Todos los ejércitos cambian en las guerras; los victoriosos cambian para mejor y el ejército americano bajo el mando de Petraeus también lo ha hecho.
 
Dado que las apuestas regionales repercuten mucho más allá de Irak, ( y van desde la fuente de una parte considerable del petróleo que propulsa la economía mundial, pasando por la proliferación de armas nucleares así como la seguridad de Estados Unidos y sus aliados regionales, hasta el futuro del islam en el mundo moderno) al general Petraeus ciertamente le debemos el apoyo necesario para que el efecto total de su estrategia pueda ser evaluado - cayendo en la cuenta que mientras que al Qaeda no puede derrotar a las fuerzas militares americanas, sí busca secuestrar, decapitar y envenenar de forma tan horrenda y publicitada para así desmoralizar a suficientes de los nuestros y que se evite una valoración justa y completa de los esfuerzos de Petraeus.
 
Para algunos de nosotros que teníamos dudas de si el aumento de tropas en fecha tan tardía, sin cambios radicales en estrategia y reglas de enfrentamiento, eran la respuesta y que sólo podría servir para aumentar la dependencia iraquí, hemos de decir que nos habíamos equivocado ya que el aumento, tanto en número como en nuevas tácticas, ha demostrado ser la fórmula adecuada del triunfo. En cualquier caso, el general Petraeus y las tropas americanas necesitan nuestro total apoyo en este verano y otoño tan decisivos para la causa ya que parece ser que Irak y la región en general están llegando a su punto culminante.


 

 
 
Victor Davis Hanson es historiador militar y ensayista político. Actualmente es miembro permanente de la Hoover Institution tras haber impartido clases en la California State University desde 1984 al frente de su propio programa de cultura clásica. Entre otros medios, sus artículos aparecen en The Washington Post, The Washington Times, Frontpage Magazine, National Review Online, Time o JWR.
 
 
©2007 Victor Davis Hanson
©2007 Traducido por Miryam Lindberg