Rusia: la revolución blanca

por Rafael L. Bardají, 9 de diciembre de 2011

(Publicado en La Gaceta, 9 de diciembre de 2011)

 

Cuando más del 95% de Chechenia vota por el partido de Putin, Rusia Unida, hay un problema de credibilidad electoral. Todas las razones para imaginarse un pucherazo. Así lo creen los miles de manifestantes que se han echado a las calles de Moscú demandando que Putin se vaya. También lo ha creído la secretaria de Estado americana, Hillary Clinton, quien criticó el lunes la falta de limpieza de estas elecciones parlamentarias. Putin la ha acusado de instigar las revueltas. Y es que para él, lo que está ocurriendo es inconcebible. Pero como bien sabemos los españoles, nada en esta vida está atado y bien atado y los rusos se han hartado de la democracia tutelada de Putin y Medvedev. Sí, podían votar, pero solo a lo que ambos dos decidían a puerta cerrada. Es más, la Duma se ha mostrado siempre tan dócil que los blogueros rusos la apodan "el ministerio del asentimiento". Rusia Unida ha perdido la mayoría absoluta y apenas roza la simple en la cámara, pero podrá gobernar si la calle le deja. El problema se le presentará a Putin en marzo, con las elecciones presidenciales. Incluso la gente de Osetia del Sur, anexionados y rusos desde la guerra con Georgia, le han dado la espalda. Represión o derrota, esa es su elección. Para todos los que creían en una nueva Rusia, el sueño se ha acabado.