Raíces problemáticas

por Stephen Schwartz, 25 de junio de 2007

(Publicado en The Weekly Standard, 7 de junio de 2007)

El islam radical tiene largo alcance y bolsillos llenos. La planificación de atrocidades en masa continúa, tanto en el territorio americano como en el extranjero. Ninguna comunidad musulmana es demasiado pequeña o está demasiado al margen.
 
Uno de los aspectos más problemáticos del complot terrorista del Aeropuerto JFK son sus raíces caribeñas.
 
Los cuatro hombres mencionados en el caso no proceden de Oriente Medio ni de ninguna otra zona de mayoría musulmana. En su lugar, son productos de las minorías musulmanas del Caribe - uno vivía en Trinidad, una isla alejada de las costas de Venezuela que fue el presunto centro para su planificación; el ex proceden de la Guayana, un territorio cercano.
 
La Guayana y Trinidad tienen cada una alrededor de un millón de habitantes. Según las cifras oficiales, la población musulmana de Trinidad constituye el 6%; la de la Guayana, el 10%. Ambas son sociedades pobres e inestables al margen de la corriente principal de países con minorías musulmanas. Toda la región es famosa por las extrañas combinaciones de política radical y religión fundamentalista - célebremente, los rastafaris. Las primeras informaciones de los medios se han concentrado en los vínculos de los sospechosos del JFK, Abdul Kadir y Karim Ibrahim, con la Jamaat al-Muslimín - un excéntrico culto sunní que en 1990 llevaba a cabo una tentativa de derrocar al gobierno de Trinidad. Pero Kadir, de 55 años, e Ibrahim, de 56, son musulmanes chi'íes - y por tanto miembros de una minoría reducida dentro de una minoría reducida. (Los musulmanes de la Guayana y Trinidad son sunníes de madera abrumadora, con ascendencia étnica en la India y el este de África). Aparentemente este es el primer caso de musulmanes chi'íes que planean un ataque terrorista contra Estados Unidos.
 
Cuando el pasado viernes era detenido en Trinidad, Kadir embarcaba en un avión camino de Venezuela con destino a una conferencia religiosa en Irán. Ibrahim también es un clérigo chi'í que sirve como imán de una mezquita de Trinidad. Nacido como Michael Seaforth, Kadir se convirtió el musulmán a comienzos de los años 70. Se marchó a Irán en busca de estudio exhaustivo en teología y volvió convertido en clérigo. (Más tarde envió a su hijo Salim y a su hija Sauda al centro religioso iraní de Qom para su formación teológica). Pero él también desarrollaba ambiciones políticas, habiendo salido elegido al Parlamento de la Guayana como miembro del izquierdista Congreso Nacional del Pueblo - Reforma, y tiene un amplio historial como teórico de la ideología socialista del partido.
Hasta que sepamos más, será difícil saber exactamente cómo componer las piezas de esto. Pero la imagen general es clara, y preocupante.
 
La gente en comunidades musulmanas aisladas y económicamente marginales es especialmente susceptible a la radicalización. Estas naciones tienen pocas instalaciones para la educación religiosa musulmana; hasta las escuelas seculares carecen de equipamiento moderno. La mayor parte de los clérigos musulmanes que sirven en comunidades del Caribe o bien carecen de formación, o acuden para formarse a Arabia Saudí, el centro global del fundamentalismo musulmán sunní.
 
El imán natural de la Guayana Jalil Mohammed, profesor de religión en la Universidad Estatal de San Diego, señala que cuando los musulmanes de la Guayana vienen a Norteamérica, 'se encuentran con un imán de origen árabe... Lo que sabe, o presume saber... procede de algún intérprete musulmán medieval. Así que vuelve a la mezquita y dice a los jóvenes musulmanes lo que creen los cristianos y lo que creen los judíos, y todo está distorsionado'.
 
Mientras tanto, de vuelta en su país de origen, la asociación con fundamentalistas saudíes o extremistas iraníes no solamente ayuda a extender lo de Trinidad o la Guayana; proporciona una base de apoyo financiera. El islam radical tiene largo alcance y bolsillos llenos. La planificación de atrocidades en masa continúa, tanto en el territorio americano como en el extranjero. Ninguna comunidad musulmana es demasiado pequeña o está demasiado al margen. El caso de Fort Dix case, recién descubierto el mes pasado, involucraba a musulmanes albaneses procedentes de Macedonia, que habían emigrado a América hacía décadas.
 
Solamente existe una solución, con dos caras: los gobiernos bajo ataque tienen que mantener una vigilancia estricta, y los musulmanes moderados - tanto chi'íes como sunníes - deben vigilar activamente sus mezquitas, denunciando y excluyendo a los predicadores del terror.
 
Algunos moderados están haciendo precisamente eso. Agha Jafri, secretario general del Congreso Musulmán Americano radicado en New Jersey, la organización chi'í más antigua en Estados Unidos, tiene esto que decir acerca de la presunta implicación de musulmanes chiíes en el complot del JFK: 'Categórica y vehementemente condenamos el complot maligno, criminal y repugnante, que amenazaba a América así como a la seguridad de los musulmanes de todo el mundo'.


 

 
 
Stephen Schwartz es Director Ejecutivo del Centro del Pluralismo Islámico de Washington y periodista autor (entre otros libros acerca del islam y sus subdivisiones y diferencias) del bestseller “Las dos caras del islam: fundamentalismo saudí y su papel en el terrorismo (Doubleday). Tras ser editor de opinión y columnista del San Francisco Chronicle durante 2 años y secretario del sindicato de periodistas de San Francisco, sus artículos han aparecido en The New York Times, The Wall Street Journal, el New York Post, el Los Angeles Times, el Toronto Globe and Mail y muchos otros. Como periodista destacó especialmente en la cobertura de la guerra de Kosovo, y desde entonces se ha convertido en uno de los principales especialistas en la región de los Balcanes y su relación con el islam.