¿Qué hace un tipo como tú en un acto terrorista como este?

por Robert Spencer, 30 de abril de 2007

(Publicado en FrontPageMagazine, 18 de abril de 2007)

La reticencia tajante de los medios y de la mayor parte de los funcionarios del orden a examinar su ideología, solamente refuerza la idea de que estas personas son maniacos sueltos, interesados únicamente en el caos gratuito.
 
Según el ex superintendente de los centros educativos públicos de Detroit, Eddie Green, Kifah Jayyousi era 'un gran tipo, una de las personas más agradables que he conocido nunca'. Mientras Green fue superintendente, Jayyousi supervisaba el programa de mejoras de inversión de las escuelas del distrito de Detroit, que disponía de un presupuesto de 1.500.000.000 de dólares.
 
Jayyousi está ahora acusado, según el Detroit Free Press, de 'conspiración para secuestrar, mutilar y asesinar, proporcionando el dinero, los reclutas y el equipamiento para la lucha islámica en Bosnia, Kosovo y Chechenia entre 1993 y el 2001'. Podría ser condenado a cadena perpetua.
 
Christopher Paul, un profesor de artes marciales de una mezquita de Columbus, Ohio, también es un tipo increíble. Ahmed Al-Akhras, vicepresidente de la sede en Columbus del Consejo de Relaciones Americano-Islámicas, decía: 'De lo que yo sé, es un amante marido y tiene esposa y parientes en la ciudad. Forman una buena familia juntos'.
 
Aún así, Paul, musulmán, ha sido acusado, según Associated Press, de 'proporcionar apoyo material a terroristas, conspiración para proporcionar apoyo a terroristas, y conspiración para utilizar armamento de destrucción masiva'. Está acusado de entrenar junto a Al-Qaeda durante los primeros años 90 y entrenar a gente para cometer ataques jihadistas en Europa y Estados Unidos, entre otras cosas.
 
Otro de los amigos de Paul, Hisham Jenhawi, era escéptico: 'No creo que actuar según algo así se aproxime siquiera a su personalidad. Es una persona muy amable, te lo encuentras por la calle y quiere abrazarte, con el enorme corazón que tiene'. Uno de sus vecinos, Mike James, añadía: 'me parecía un tipo agradable, siempre saludando'.
 
Este tipo de cosas son corrientes. Un amigo recordaba a Gojan Elaltuntas, un musulmán que perpetró el atentado suicida contra una sinagoga de Estambul en el 2003: 'Nos íbamos a cazar perdices juntos. Aún no puedo creer que una persona tan tranquila pueda haberse visto involucrada en un incidente así'. Un amigo de Navid Haq, el asesino jihadista que mató a una persona e hirió a cinco en la Federación Judía de Seattle en julio del 2006, le describía como 'un tipo corriente sobre todo... Era el tipo de tío que siempre se reía cuando le hablabas'.
 
Según un amigo del sur de California de Raed Albanna, quien asesinara a 132 personas en un atentado suicida en los exteriores de una clínica en Irak en el 2005, 'Siempre estaba de fiesta. Solíamos acudir con asiduidad a algunos clubs de marcha en Hollywood'. Frank Lindh, el padre de John Walker Lindh, alias Suleyman Al-Faris, el converso al Islam del condado de Marin que se unió a los Talibanes y fue capturado en Afganistán luchando contra las tropas americanas, ha dicho: 'En términos sencillos, es la historia de un joven decente y honorable embarcado en una búsqueda espiritual'.
 
Grandes tipos todos. Algunos se iban de fiesta y algunos se embarcaban en búsquedas espirituales, pero todos acabaron en el mismo sitio, cometiendo actos dedicados a impulsar la causa de la jihad o afrontando cargos judiciales por haberlo hecho.
 
Una pista de este fenómeno podría provenir del músico de jazz Tarek Shah, que recientemente se declaraba culpable de proporcionar entrenamiento en artes marciales y combate cuerpo a cuerpo con armas a operativos de Al-Qaeda. En el 2004, Shah explicaba a un hombre que pensaba era un correligionario jihadista, pero que resultó ser un agente encubierto, 'podría bromear y sonreírles y después cortar sus cabezas al segundo siguiente'.
 
O podrían ser tipos genuinamente decentes. Fue el cerebro genocida Nazi Heinrich Himmler quien dijo a un grupo de líderes de las SS: 'La mayor parte de vosotros sabe lo que significa ver 100 cadáveres tendidos juntos, 500 o un millar. Haber pasado por esto y aún así -- aparte de unas cuantas excepciones, ejemplos de debilidad humana -- haber seguido siendo tipos decentes, eso es lo que nos hace fuertes. Ésta es una página gloriosa de nuestra historia que nunca se ha escrito y nunca se escribirá...'
 
¿Eran tipos realmente decentes estos asesinos de masas de las SS? Para sus familiares y amigos, probablemente lo fueran. Después de todos, no estaban interesados en una masacre indiscriminada. Eran suscriptores de una ideología genocida y totalitaria que les convenció de que los asesinatos que estaban cometiendo tenían fines buenos. En lo que a ellos concernía, sus objetivos eran racionales y buenos, y los crímenes eran el medio para llegar a ese objetivo. No solamente era un logro digno de mención para ellos, sino una necesidad, seguir siendo 'tipos decentes', puesto que estaban ocupados intentando construir lo que ellos percibían como una sociedad decente. Que su visión de una sociedad decente incluyera el genocidio y la tortura no les quitaba el sueño, puesto que todo era -- en su opinión -- un objetivo que seguía siendo válido.
 
Los terroristas jihadistas de hoy son de igual manera suscriptores de una ideología genocida y totalitaria que les enseña que los crímenes cometidos bajo circunstancias concretas son algo bueno. Y ésos crímenes, de nuevo aquí, no son cometidos gratuitamente, sino por el bien de una visión social igual de draconiana y perversa que la de Hitler, pero una que se retrata como exponente del todo lo bueno -- como nos enseñaron los Talibanes. La continua referencia a tales personas como 'terroristas' simple y llanamente, y la reticencia tajante de los medios y de la mayor parte de los funcionarios del orden a examinar su ideología, solamente refuerza la idea de que estas personas son maniacos sueltos, interesados únicamente en el caos gratuito. La sociedad que quieren construir, y los medios que además de las armas y las bombas están utilizando para construirla, hasta la fecha pasan desapercibidos a la mayor parte de los analistas. Estas personas son simplemente 'terroristas', interesados exclusivamente en el 'terror'. Y así nos vemos sorprendidos continuamente cuando después de todo, resultan ser tipos agradables. Colegas decentes. Como las SS.


 

 
 
Robert Spencer es director de Jihad Watch y autor de 5 libros, 7 monografías y numerosos artículos acerca del terrorismo islamista. Licenciado con honores en Estudios Religiosos por la Universidad de Carolina en Chapel Hill, lleva desde 1980 estudiando teología, derecho e historia islámicos en profundidad. Es adjunto de la Free Congress Foundation, y sus artículos acerca del islam aparecen en el New York Post, Washington Times, Dallas Morning News, el National Post de Canadá, FrontPage Magazine, WorldNet Daily, Insight in the News, Human Events o National Review Online entre otros. Entre sus textos se encuentran algunos de los libros más conocidos acerca del terrorismo islámico, como “El mito de la tolerancia islámica” (Prometheus Books, 2005. ISBN 1591022495), “La guía políticamente incorrecta del islam” (Regnery Publishing, 2005. ISBN 0895260131), o “El islam al descubierto: cuestiones preocupantes sobre la religión de mayor crecimiento del mundo.”