Prejuicio Islámico, negación islámica

por Robert Spencer, 1 de febrero de 2007

(Publicado en FrontPageMagazine, 23 de enero de 2007)

En el programa Dispatches de la semana pasada en el Canal 4 de Gran Bretaña, un reportero con cámara oculta entraba en la mezquita de Green Lane, en Birmingham, (que ha logrado elogios del caballero musulmán de Gran Bretaña, Lord Ahmed), entre otras importantes mezquitas. Descubría que predican la supremacía islámica, el odio a judíos y cristianos, y la subyugación de la mujer.
 
Las mezquitas, por supuesto, se encuentran a la defensiva. Una circular de prensa en la página web de la mezquita de Green Lane denuncia que 'es extremadamente decepcionante pero no sorprendente en absoluto que 'Dispatches' haya elegido retratar a los musulmanes bajo la peor imagen posible. 'Dispatches' ha adoptado el sensacionalismo en lugar de la sustancia con total falta de respeto a las relaciones pacíficas entre comunidades'. Y no solamente eso: 'Esta presunta 'investigación con cámara oculta' simplemente fomenta antiguos prejuicios sobre los musulmanes empleando la exitosa tradición de recoger declaraciones aisladas y presentarlas de la manera más incendiaria'.
 
La circular no trata el hecho obvio de que es difícil, por no decir imposible, encontrar por ninguna parte declaraciones aisladas tan incendiarias y llenas de odio en casas de oración judías, cristianas, hindúes o budistas, como las grabadas en la mezquita de Green Lane.
 
Entre las declaraciones grabadas en la mezquita de Green Lane se encuentran éstas, acerca de las mujeres:
 
·         'Alá ha creado a la mujer mentalmente deficiente - incluso si tiene un doctorado. Su intelecto está incompleto, es deficiente. Puede que sufra a consecuencia de las hormonas que la hacen ser emocional. Se necesitan dos testimonios de mujer para igualar al testimonio de un hombre'.
·         'A la edad de diez años, se convierte en una obligación para nosotros obligarlas a llevar el hijab, y si no llevan el hijab, hay que golpearlas”.
·         'Los hombres tienen a las mujeres como propiedad. A donde quiera que vaya él, ella tiene que seguirle, y no se le debe permitir salir de casa sin permiso'.
 
¡Qué incendiarias! ¡Qué extremistas! ¡Y cuán inconfundiblemente coránicas!
 
El libro sagrado musulmán afirma que el testimonio de una mujer vale la mitad del testimonio de un hombre: 'Encuentra dos testigos, de entre tus propios hombres, y si no hay dos hombres, entonces un hombre y dos mujeres, a tu elección, como testigos, de modo que si una de ellas se equivoca, la otra pueda corregirla', (Corán 2:282). También dice que los hombres tienen a las mujeres a su cargo, y que las mujeres desobedientes deben ser golpeadas: 'Los hombres están a cargo de las mujeres, porque Alá creó a unos para superar a otras, y porque ellos dedican su propiedad (al mantenimiento de la mujer). De modo que las mujeres buenas son obedientes, guardando el secreto que Alá les confió. Y en cuanto a aquellos de vosotros que teman una rebelión, amonestadlas y condenadlas a camas separadas, y humilladlas' (4:34).
 
Lo mismo aparece en otras declaraciones realizadas en la mezquita, incluyendo éstas acerca de Gran Bretaña y el estado islámico:
·         'Debéis vivir como un estado dentro del estado hasta que toméis el control'.
·         'Queremos que las leyes del Islam sean practicadas, queremos anular las leyes dictaminadas por el hombre'.
·         'Los musulmanes no deben darse por satisfechos con vivir en algo que no sea el estado islámico total'.
·         'Os animo a todos vosotros a destacar entre ellos, a empezar a cultivaros para el momento que se aproxima rápidamente, donde las tornas se van a volver y los musulmanes vamos a estar en la posición superior de fuerza, y cuando eso suceda, la gente no será asesinada - injustamente'.
·         'Alá ha decretado esto, y yo voy a dominar. El curso a mantener es el dominio político'.
 
Tales declaraciones han sido expresadas vivamente en los escritos de teóricos de la jihad en el siglo XX tales como el egipcio Sayyid Qutb o el paquistaní Syed Abul Alá Maududi. Qutb dice:
 
No es función del Islam comprometerse con conceptos de Jahiliyya [la sociedad de los infieles] que están en boga en el mundo, o coexistir en el mismo territorio con un sistema jahili… El Islam no puede aceptar ninguna mezcla de Jahiliyyah. O el Islam permanece, o la Jahiliyyah; no es posible ninguna situación intermedia. El mando pertenece a Alá, o de lo contrario a la Jahiliyyah; la shari'a de Alá permanecerá, o los deseos de la gente... el deber más inmediato del Islam es deponer la Jahiliyyah del gobierno del hombre...
 
Maududi escribía de igual manera que los no musulmanes 'no tienen absolutamente ningún derecho a llevar las riendas del poder en ninguna parte de la Tierra de Alá, ni encabezar los asuntos colectivos de seres humanos según sus propias doctrinas erradas'. Si lo hacen, 'los creyentes estaríamos bajo la obligación de hacer todo lo posible para apartarlos del poder político y obligarles a vivir en obediencia al estilo islámico de vida'.
 
Pero Qutb y Maududi no crearon estas ideas. Son una extrapolación de pasajes coránicos tales como el 9:29, que asumen que los musulmanes tendrán el poder del estado en lugar de judíos o cristianos, haciéndoles objeto de un impuesto (la jizya) y obligando a pagar 'con sumisión total, sintiéndose dominados'. No hay ningún concepto en el Corán, la tradición islámica o el derecho islámico en el que los no musulmanes convivan como iguales con los musulmanes en un estado islámico: los musulmanes tienen que estar en una posición superior. El profeta musulmán Mahoma enfatizaba esto cuando decía a sus seguidores:
 
Luchad en nombre de Alá y al estilo de Alá. Luchad contra aquellos que no creen en Alá. Librad la guerra sagrada... Cuando os encontréis a vuestros enemigos, que son politeístas, invitadles a tres elecciones. Si responden a alguna de estas, aceptadlos y absteneos de provocar perjuicio alguno. Invitadles [a aceptar] el Islam; si os responden positivamente, aceptadlos y desistid de luchar contra ellos... si rehúsan aceptar el Islam, exigidles la Jizya. Si están de acuerdo en pagar, aceptadlo y contened vuestras manos. Si rehúsan abonar el impuesto, pedid ayuda a Alá y luchad contra ellos (Sahih 4294).
 
Por supuesto, existen muchos modos de comprender todos estos pasajes y otros así. Pero el hecho de que las opiniones vertidas por los musulmanes en el documental del Canal 4 puedan encontrarse sin gran esfuerzo en las escrituras islámicas sugiere que el problema es mucho mayor que unas cuantas mezquitas que se pensaba que eran 'moderadas' pero que resultaron ser 'fundamentalistas'. Es un problema que está profundamente enraizado en el Islam tradicional, y que tiene que ser tratado como tal. Los musulmanes de Gran Bretaña que rechacen sinceramente la idea de que el Islam tiene que dominar y de que la ley islámica tiene que ser instituida en Gran Bretaña, y de que mujeres y no musulmanes tienen que ser subyugados, y que acepten la idea de que musulmanes y no musulmanes deben vivir como iguales a perpetuidad, no deben condenar el programa de Dispatches. En su lugar, deberían celebrarlo como oportunidad no solamente de expulsar de sus filas a los 'extremistas', sino también de formular un rechazo exhaustivo y la refutación a la interpretación literal del Corán y la Sunnah.
 
Pero hasta la fecha, no han hecho eso. En su lugar, el Consejo Musulmán de Gran Bretaña, el Comité Musulmán de Asuntos Públicos del Reino Unido, la Federación de Sociedades Islámicas Estudiantiles y la Misión Islámica del Reino Unido, todas han denunciado el programa como 'islamófobo'. Ninguno ha tomado medida alguna para combatir la expansión de la interpretación del Islam que aparece en el programa, o para aislar los elementos del Islam que incitan a la violencia e inculcan la supremacía islámica.
 
Y eso, en sí mismo, es muy, muy revelador.


 

 
 
Robert Spencer es director de Jihad Watch y autor de 5 libros, 7 monografías y numerosos artículos acerca del terrorismo islamista. Licenciado con honores en Estudios Religiosos por la Universidad de Carolina en Chapel Hill, lleva desde 1980 estudiando teología, derecho e historia islámicos en profundidad. Es adjunto de la Free Congress Foundation, y sus artículos acerca del islam aparecen en el New York Post, Washington Times, Dallas Morning News, el National Post de Canadá, FrontPage Magazine, WorldNet Daily, Insight in the News, Human Events o National Review Online entre otros. Entre sus textos se encuentran algunos de los libros más conocidos acerca del terrorismo islámico, como “El mito de la tolerancia islámica” (Prometheus Books, 2005. ISBN 1591022495), “La guía políticamente incorrecta del islam” (Regnery Publishing, 2005. ISBN 0895260131), o “El islam al descubierto: cuestiones preocupantes sobre la religión de mayor crecimiento del mundo.”