Perdiendo la guerra en casa, no en Irak

por Walid Phares, 10 de mayo de 2007

(Publicado en RealClearPolitics, 23 de abril de 2007)

Un análisis más exhaustivo y valioso de la guerra en Irak debería contabilizarse en la dirección de la confrontación global entre las fuerzas de la democracia y el bando autoritario-jihadista en la región.
 
Una simple declaración realizada por un líder legislativo en Washington la semana pasada indica que se está perdiendo una guerra, pero no es la guerra de Irak. Es la derrota de la guerra de ideas que tiene lugar en el Congreso.
 
Las declaraciones fueron las del líder de la mayoría en el Senado Harry Reid, acerca de que los Estados Unidos habían perdido la guerra en Irak, una conclusión dijo que había comunicado al Presidente Bush en una reunión el pasado miércoles. 'Esta guerra está perdida y el incremento no está logrando nada, como indicó la violencia extrema en Irak ayer', dijo Reid, Demócrata de Nevada, en una conferencia de prensa en Capitol Hill con legisladores pacifistas.
 
Para el Senador Reid, su conclusión es muy simple y es abiertamente simplista. Reid sostiene que la guerra está perdida porque hay 'violencia extrema en Irak'. La mayor parte de los americanos piensan lo contrario, cuando se les informa con precisión.
 
Bajo el peso de unos medios que prosperan según lemas prefabricados y no en el análisis calmado, leídas con rapidez, las declaraciones aclaran algo difícil de entender. Pero entonces, si uno coteja lo que la figura más elevada del Senado ha dicho, concluye que otros políticos de mentalidad similar y él desafían la implacable realidad de la lógica.
 
Considere esto: ¿cómo puede medirse el avance hacia la victoria en una guerra en curso según la simple existencia de violencia o según su intensidad? Mientras está teniendo lugar una guerra, está -- por supuesto, y de necesidad -- compuesta de actos violentos. Pero aún así, puesto que la pregunta planteada por el Senador Reid había versado acerca de si habíamos salido victoriosos de la guerra o no, hizo unas declaraciones innecesarias y confusas. Sí, la guerra no ha terminado aún, América no ha ganado ni ha perdido decisivamente, y es precisamente por ese motivo que uno debe esperar ver la violencia que es de esperar en tiempo de guerra. Pero en las declaraciones de Reid, concluye engañosamente que la coalición encabezada por Estados Unidos ha perdido estrepitosamente la guerra en Irak solamente porque el enemigo aún ataca y contraataca.
 
Los historiadores ciertamente desaprobarán la lógica de Reid, y los ejemplos abundan. Cuando la 101 División Aerotransportada estaba sitiada y rodeada por las tropas alemanas en la Batalla de las Árdenas, los Aliados no estaban perdiendo la Segunda Guerra Mundial, los Nazis sí. Se podría haber entendido que estábamos perdiendo la guerra en ese momento, pero la realidad era completamente diferente. Reid y muchos otros políticos, académicos y comentaristas, en un gesto producto de la farsa, se encargaron de decidir que el progreso hacia la victoria en la guerra de Irak se medirá exclusivamente si no se escuchan disparos y no explotan coches bomba. Pero si eso llegase a ocurrir, nos encontraríamos al final de la guerra, no en mitad de la guerra en curso y avanzando hacia la victoria, que es donde nos encontramos. Hasta que el estado iraquí esté funcionando, los regímenes vecinos que amenazan la paz se encuentran con que un fuerte movimiento anti-jihadista que encabeza la resistencia contra el terrorismo ha echado raíces, y contra el que el enemigo por supuesto emprende ataques incesantemente. Por lo tanto, la medida de nuestro éxito en esta guerra está relacionada con estos factores, no con la simple evidencia de violencia que no hace sino demostrar simplemente que nos encontramos en guerra.
 
Un análisis más exhaustivo y valioso de la guerra en Irak debería contabilizarse en la dirección de la confrontación global entre las fuerzas de la democracia y el bando autoritario-jihadista en la región. Desde el 2003, un régimen brutal - genocida en esencia - ha sido derrocado en Irak; los kurdos han alcanzado un nivel de supervivencia; los chi'íes fueron salvados del salvaje régimen baazista, y el elemento liberal entre los sunníes ha tenido oportunidad de emerger. Sí, debería haberse predicho, el régimen iraní está introduciéndose en Irak, el dictador sirio Bashar Assad está enviando a los jihadistas a través de las fronteras y al Qaeda está intentando hacerse con el control del Triángulo Sunní. Por tanto, se ha logrado una etapa de la guerra, el derrocamiento de Saddam; la otra etapa, la contraofensiva sirio-iraní y jihadista está evolucionando. Realmente no se necesita ningún conocimiento experto de Oriente Medio para comprender esto.
 
Si el Senador Reid y sus colegas se sumergiesen en un debate serio acerca de Irak, si el Congreso debatiera las mejores estrategias para contener a los regímenes sirio e iraní, y si los legisladores invitasen a más disidentes musulmanes al Capitolio en lugar de fundamentalistas islamistas, entonces el camino a la victoria en la guerra contra el terror estaría jalonado de evidencias significativas. Desafortunadamente, en lugar de proponer un mapa mejor hacia la victoria estratégica, los principales políticos - influenciados por la falta de conocimiento experto - están pasando por alto la lógica entera de la guerra contra el terror: su dimensión global. Y para añadir egregio insulto a la herida intelectual, un panel del Congreso sometía a votación prohibir el uso de la formulación 'guerra global contra el terror'.
 
En este contexto, las declaraciones de Reid deben entenderse de manera distinta. En la práctica se está perdiendo una guerra hoy por parte de América: es la guerra de las ideas, no la guerra de Irak. Irónicamente, la primera la está perdiendo el grupo mismo elegido democráticamente para defender a América, sus ciudadanos y sus intereses frente a sus enemigos.


 

 
 
El Dr. Walid Phares es un experto en terrorismo, fundamentalismo islámico y movimientos yihadistas. Es miembro decano de la Fundación de la Defensa de las Democracias y escribe en publicaciones especializadas como Global Affairs, Middle East Quarterly, and Journal of South Asian and Middle East Studies además de para diversos periódicos de renombre mundial y de opinar para medios como CNN, MSNBC, NBC, CBS, ABC, PBS y BBC.