Pekín y Taipei: enfriamiento de la tensión. Nuevas perspectivas

por Ángel Maestro, 23 de mayo de 2008

De algo extraordinario e insólito puede calificarse el hecho de la entrevista  entre el presidente de la República Popular de China y secretario general del partido comunista, Hu Jintao, y el vicepresidente electo  de Taiwán, Vincent C. Siew, con ocasión del VIII Foro de Biao para Asia, celebrado en la isla de Hainan.
 
Nunca desde el fin de la guerra civil en 1949 se había producido una reunión a tal nivel entre ambas partes. Es un hecho sin precedentes la reunión de ambos dirigentes en dicho foro económico patrocinado por Pekín. La mayoría de los analistas y comentaristas políticos interpretan este histórico encuentro como un descongelamiento de las relaciones entre China continental y Taiwán.
 
La reunión de 20 minutos de duración entre Hu y Siew (un experto en el tema de las relaciones con el Continente) constituye la primera respuesta de Pekín después de las concluidas elecciones presidenciales de Taiwan. A pesar de no haber llegado dado el breve espacio de tiempo de la entrevista a soluciones concretas acerca de los intercambios comerciales y la cooperación entre ambos lados del Estrecho de Taiwán, Hu Jintao respondió en forma positiva a los requerimientos que le presentó Siew.
 
Un aspecto muy importante observado durante la reunión fue el de la no insistencia de Pekín en que Taiwán acepte su política de “una China”. En su lugar Hu Jintao dejó de lado los asuntos políticos y se concentró exclusivamente en los asuntos económicos. La decisión de ambos lados de no tocar los asuntos políticos parece apuntar a una línea de consenso. Si bien Hu Jintao no aceptó inmediatamente las solicitudes presentadas por Siew, señaló que Pekín continuará negociando con Taipei.
 
El triunfo en las elecciones presidenciales de los dirigentes del Kuomintang, Ma Ying- jeou como presidente y Vincent C. Siew como vicepresidente, ha supuesto un giro significativo en las relaciones entre ambos lados del estrecho. La situación anterior con la política independentista de Chen Shui- bian había llegado a una escalada de la tensión muy peligrosa. Taipei es reconocido sólo por 23 países y además Pekín cuenta con poder de veto en las Naciones Unidas.
 
Ma Ying- jeou manifestó al poco tiempo de ser elegido (tomará posesión el próximo 20 de mayo) que no aboga por una exportación directa de la democracia al estilo occidental porque el incremento de la interacción a ambos lados del Estrecho conducirá “naturalmente“ a cambios positivos en China, recalcando que esta era la forma de fortalecer la seguridad nacional.
 
Cuando los sucesos del Tibet han puesto a Pekín a la defensiva, Ma no ha insistido demasiado en los mismos, poniendo de relieve sus pasos para iniciar un acercamiento al continente ya que una de las mayores metas propuestas por la nueva Administración será la de promover el establecimiento de un mercado común entre Taiwán y China continental. Esta ocupa el primer puesto en las exportaciones de Taiwán y también el primer lugar en sus inversiones. Más de un millón de ciudadanos de Taiwán viven hoy en el continente.
 
Ma posee una situación muy ventajosa y una buena preparación para el acercamiento a China. Nacido en Hong Kong, fue vicepresidente del Consejo de Relaciones con el Continente entre 1991 y 1993. Posteriormente ministro de Justicia y alcalde de Taipei entre 1998 y 2006 donde desarrolló una labor eficaz. Muy bien visto en los EE.UU, donde existe un poderoso lobby taiwanés, estudió Derecho en Nueva York y Harvard. Fue interprete del presidente Chiang Ching -kuo (hijo de Chiang Kai- chek).
 
En el nuevo equipo de Ma dedicado a la mejora de relaciones y acuerdos con China continental destaca el presidente del Kuomintang, Wu Poh- hsiung, quien ha prometido que intentará continuar el acercamiento entre el Kuomintang y el Partido Comunista Chino, que restableció en 2005.
 
Al asumir su cargo hace un año recibió la felicitación de Hu Jintao, y anteriormente como vicepresidente de su partido visitó China durante 12 días, con toda clase de consideraciones por las más altas jerarquías políticas chinas, algo también insólito.
 
Por parte política continental ,y bajo la dirección del presidente y secretario general del partido comunista, Hu Jintao, destaca el ministro de asuntos Exteriores Yang Jiechi (miembro del Comité Central del Partido, destacado especialista en las relaciones con los EE.UU. y antiguo embajador en Washington) quien parece ser una figura de concordia en las relaciones con Taiwán.
 
Y otro líder que conoce el tema taiwanés, entre otras razones por su vinculación en puestos de gobierno en provincias costeras, es la figura ascendente de la quinta generación, Xi Jinping, 1953, (a quienes observadores ven como posible sucesor de Hu Jintao en 2012), miembro del máximo órgano de poder en China, el Comité Permanente del Politburó. Xi Jinping .pertenece a la casta de hijos de dirigentes políticos históricos del partido comunista, y en su caso particular, su padre, veterano dirigente histórico , sufrió las consecuencias de las purgas derivadas del extremismo maoísta en la revolución cultural.
 
Tales jóvenes dirigentes son conocidos dentro del partido como los “taizidang”, partido de los príncipes en chino, y poseen una formación forjada en el exterior.
 
Caso similar es el del hijo del anterior máximo dirigente chino, Jiang Zemín, Jiang Mianheng, el “príncipe digital”, con muy importantes intereses empresariales en las nuevas tecnologías.  En el año 2000 se asoció en Shanghai con uno de los más importantes empresarios de Taiwán, W. Wang, fundando una de las más importantes empresas de semiconductores.
 
Aunque se ha comentado que a nivel político, la sombra de su padre, hoy en retiro, puede haberle perjudicado, sin embargo la transición entre Jiang Zemín y Hu Jintao se ha realizado sin sobresaltos, y sin las críticas habituales a los dirigentes salientes en otros partidos comunistas.
 
Con ocasión del XVII Congreso Nacional del Partido Comunista de China, Jiang Zemin ha tenido intervención señalada y ha sido objeto de elogios a su labor. Y no sólo sus ideas básicas no han sido objeto de crítica, sino que Jiang ha sido destacado como dirigente político.
 
Ambos líderes saliente y actual, Jiang y Hu, así como los dirigentes de la cuarta y la quinta generación entrante son coincidentes y seguidores decididos de la línea y de la figura decisiva en la China actual, la de Deng Xiaoping.
 
Con el triunfo en Taiwan de Ma como presidente y de Siew como vicepresidente, la situación de crisis y de tensión, de la era de Chen Shui-bian, con la amenaza de los mísiles apuntando a Taiwán, y el estallido de un conflicto bélico parece alejarse.
 
Hay que insistir en que una de las mayores metas propuestas por la nueva Administración será la de promover el establecimiento de un mercado común entre Taiwán y China continental. La sorprendente recepción de Hu Jintao a Shiew parece augurar que algo está cambiando en las relaciones a ambos lados del Estrecho de Taiwán.