Parásitos

por Rafael L. Bardají, 12 de febrero de 2020

Como español me hubiera gustado que Antonio Banderas se hubiera llevado el Oscar al mejor actor, aunque fuese en una película de Almodóvar.  Creo que los dos están hechos de muy distinta pasta y su interpretación se lo merecía. No pudo ser. Ahora bien, que Parásitos, del Surcoreano Bong Joon-ho resultase la más galardonada por Hollywood no me ha desagradado nada.  Que la aplaudan los farandulistas españoles me gusta incluso más, habida cuenta de su parasitismo estructural del dinero público. Al margen, me gusta porque Parásitoses la mejor metáfora de la vida política española que podíamos imaginar: Los miembros de una familia deciden ponerse de acuerdo y hacerse pasar por perfectos desconocidos a fin de acercarse a otra familia de nivel superior. Es decir, engañar y mentir para con seguir su confianza. Y bajo el pretexto de servirles en distintas tareas, aprovecharse de una ausencia para disfrutar de la casa y otras riquezas que ellos nunca habían poseído antes. Usurpadores, mentirosos y ocupas. ¿No les recuerda a alguien?

 

El film, que esconde otras subtramas, acaba en un baño de sangre sinsentido del que todos salen perjudicados, como en una guerra civil. Me gustaría que nosotros hubiéramos aprendido de la Historia para no volver a repetirla, pero por lo que se desprende de Cataluña, no pondría mi mano en el fuego por nuestra inteligencia colectiva. Tenemos un gobierno de desalmados, truhanes, mentirosos y adictos al poder del que cabe esperar cualquier cosa. De momento, más de la mitad de españoles hemos pasado a engrosar la disidencia, que es como nos ven los que mandan, nos guste o no.

 

Hace unos años, se hizo popular un libro, La Opción Benedictina, en el que vaticinaba una nueva edad oscura de la que sólo se saldría si se preservaba el conocimiento y los valores adecuados en algún lugar a salvo del ataque de la sociedad y las autoridades. En la época de San Benedicto fue un convento aislado, Montecassino, esa foco de resistencia; en la cultura pop actual, la aldea gala de Asterix y Obelix, indómita frente a las legiones romanas, sería el ejemplo comparable. La pregunta es: ¿nos dejarán en paz en algún sitio esta vez? ¿Podremos hacernos fuertes en algún lugar?  Los parásitos que han infectado España saben que sólo vivirán si se hacen con todo el organismo y acaban con los anticuerpos. Los hastags no acabaron con la temida Estrella de la Muerte, la rebelión, sí. Sólo es necesario una buena estrategia y gente dispuesta a no dejarse avasallar. Inteligencia y compromiso. ¿Los tenemos?