Pakistán e Irak

por Peter Brookes, 5 de diciembre de 2007

(Publicado en New York Post, 19 de noviembre de 2007)

El comando de operaciones especiales de Estados Unidos está considerando presentar un plan para ayudar y entrenar a tribus pakistaníes en operaciones contra al-Qaeda y los talibanes que hayan encontrado refugio seguro a lo largo de la frontera afgano-pakistaní.
 
Es una gran idea, pero es más fácil decirlo que hacerlo.
 
Los detalles del plan filtrados a la opinión pública indican que al menos se basa en el modelo de la operación en la provincia de Anbar y otras partes de Irak - donde las fuerzas de Estados Unidos (en estrecha colaboración con fuerzas militares y policiales iraquíes) han persuadido a las tribus locales sunníes a que tomen las armas contra al-Qaeda.
 
Otros cambios en la estrategia americana (al igual que el aumento de tropas) también eran vitales, pero el “despertar de Anbar” es un motivo muy importante por el que al-Qaeda en Irak se ha derrumbado.
 
De hecho, el ejército de Estados Unidos informó acerca de un descenso del 55% en ataques terroristas durante los últimos 9 meses, cayendo al nivel más bajo desde el verano de 2005. También hay un descenso del 60% de víctimas civiles iraquíes desde junio y, aún mejor, de un 75% en Bagdad.
 
La operación tribal de Irak tiene sentido estratégico y táctico: Las fuerzas locales, no las de Estados Unidos, libran la mayor parte de la lucha, las tribus tienen mejor inteligencia de la calle al saber el idioma y conocer la cultura, algo que facilita la selección de los tipos malos.
 
Ciertamente tiene sentido aprender del éxito de la operación tribal de Irak y hasta aplicar esas lecciones a Pakistán. Pero habrá que rehacer el modelo a la medida y necesitará muchos arreglos.
 
En Irak, al-Qaeda es, en gran parte, una operación extranjera y sus años de violencia indiscriminada contra la gente local tenía mucho que ver con los jeques (que habían protegido y ayudado a terroristas) cambiando de bando. Por el contrario, los talibanes (y, en grado inferior, al-Qaeda) están generalmente entre parientes y amigos en las regiones tribales de Pakistán.
 
Por esa razón y otras más, los “invitados” no han causado la misma matanza entre sus “anfitriones” como al-Qaeda lo ha hecho en Irak, generalmente, han coexistido pacíficamente.
 
Por tanto, reclutar miembros de estas tribus para que se enfrenten a al-Qaeda y los talibanes no va a ser pan comido. Vamos a tener que encontrar una motivación muy fuerte y perdurable (distinta al dinero puro y duro) para que las tribus se opongan a nuestros enemigos.
 
Hasta la fecha, las tribus étnicamente pashtún de las áreas tribales pakistaníes han apoyado a los talibanes mayormente pashtún, proporcionando una base para sus operaciones afganas. 
 
Al-Qaeda es bastante popular allí también. Una encuesta reciente para el grupo Terror Free Tomorrow descubrió que Osama bin Laden ostenta un aprobado del 70% en la provincia de la Frontera del Noroeste de Pakistán y otras áreas tribales pakistaníes (no es una coincidencia que allí sea donde la inteligencia de Estados Unidos cree que está escondido).
 
La publicidad sobre cualquier operación liderada o respaldada por Estados Unidos no servirá de nada. Las encuestas demuestran que no hay apoyo alguno para ninguna acción militar de Estados Unidos contra estos grupos; los pakistaníes ven la guerra contra el terrorismo como un problema de Estados Unidos, no suyo.
 
De hecho, es probable que la visibilidad de la operación haga que la maquinaria propagandística de al-Qaeda y los talibanes vaya a marchas forzadas, buscando avergonzar a cualquier miembro de una tribu por unirse a las filas del presidente de Pakistán Pervez Musharraf o de otros “infieles”. Además, con Musharraf políticamente en las últimas después casi de un mes de estado de excepción, hacer cualquier cosa en Pakistán será muy difícil.
 
En la medida de lo posible, nosotros también continuaremos buscando otros medios para contrarrestar a los talibanes y a al-Qaeda en estas áreas, como por ejemplo reforzar la capacidad de contraterrorismo del ejército pakistaní. Pero eso no ha funcionado bien hasta la fecha: El ejército pakistaní ha perdido a más de 1.000 soldados que estaban de servicio en el área y el nuevamente formado Cuerpo Fronterizo, que tiene algunos miembros tribales, tampoco ha sumado muchos éxitos todavía.
 
Al final, nos jugamos mucho en Pakistán - incluyendo extinguir las llamas del extremismo, y evitar que el arsenal nuclear de Islamabad caiga en manos de los radicales. Una operación tribal no puede ayudarnos directamente con esos objetivos.
 
Pero sí hace falta socavar las operaciones de los talibanes en Afganistán y acabar con al-Qaeda. Y, por el momento, puede que nuestra mejor opción militar para alcanzar esos objetivos sea trabajar con las tribus en algún nuevo rol.


 

 
 
Peter Brookes ha sido Vicesecretario Adjunto de la Secretaría de Defensa de Estados Unidos y asesor del Presidente George W. Bush.
Como alto miembro de la Fundación Heritage, Peter Brookes se encarga de comunicar la posición de la Fundación en temas de política exterior y de seguridad nacional de Estados Unidos, Asia, el Pacífico y de terrorismo a través de diversas apariciones en programas de televisión a nivel nacional e internacional, con entrevistas, investigación de temas específicos, testimonios ante el Congreso de Estados Unidos y conferencias internacionales. Entre sus muchos cargos es actualmente Director del Centro de Estudios Asiáticos de la Fundación Heritage.
 
 
©2007  Traducido por Miryam Lindberg