Maquillando a Hamas

por Caroline Glick, 13 de mayo de 2008

(Publicado en The Jerusalem Post, 1 de mayo de 2008)

Otra semana normal en el sur de Israel. Bombardeados con los proyectiles procedentes del Hamastán en Gaza, los residentes de Sderot, Ashkelón y las ciudades colindantes contemplaban mientras sus líderes nacionales celebraban negociaciones a distancia con Hamas para liberar a cientos de terroristas en cárceles israelíes, y consolidar las líneas de abastecimiento de armamento de Hamas suspendiendo las operaciones contraterroristas israelíes durante 'un alto el fuego'. Entre los viajes al refugio anti-bombardeo más cercano, contemplaban camiones israelíes repartiendo combustible y bienes a Hamas en Gaza por la mañana y contemplaban a Hamas almacenando el combustible y los bienes en depósitos cerca de la frontera por la tarde. Por la noche contemplaban las noticias recogiendo las denuncias de Hamas de que Israel está privando a los hospitales de Gaza de combustible y a los civiles de Gaza de suministros básicos.
 
La noche del miércoles intentaban celebrar una ceremonia de Yom Hashoah en Sderot pero era interrumpida por la caída de proyectiles. Por su parte, Hamas conmemoraba el Holocausto con una serie documental que afirma que el genocidio de la comunidad judía europea fue un complot judío satánico para purgar a su población de los discapacitados y manipular a los medios el mundo.
 
Hamas ocupaba los titulares esta semana con sus alegaciones de que Israel es responsable de la muerte de una mujer y cuatro de sus hijos en una explosión en Bet Hanoun mientras el ejército israelí atacaba a los terroristas de Hamas desde el aire. El ejército llevaba a cabo dos investigaciones demostrando que la mujer y sus hijos habían muerto a consecuencia de algo diferente: una segunda explosión provocada por las bombas que los terroristas de Hamas -- uno de los cuales era su marido -- transportaban encima en el momento en que atacó el ejército.
 
Las alegaciones de Hamas de que el ejército había matado a cuatro niños y su madre fueron difundidas como hechos tanto en los medios nacionales como internacionales. Esos 'hechos' solamente fueron cuestionados cuando el ejército inició sus pesquisas. Ni los medios locales ni los medios internacionales pensaron que el hecho de que la fuente de sus relatos fuera Hamas debería moverles a cuestionar la veracidad de las informaciones iniciales.
 
Cuando sus portavoces no están acusando a los judíos de planear un genocidio y a Israel de matar a madres y niños, Hamas dedica sus esfuerzos a acusar a Israel de matar a palestinos enfermos negándoles el paso a Israel en busca de tratamiento médico gratuito. Dado que ninguna buena obra de los judíos pasa sin castigo de Naciones Unidas, al comienzo del mes pasado la Organización Mundial de la Salud castigaba a Israel por admitir que más de 7000 palestinos procedentes de Gaza recibieron atención médica gratuita durante 2007. Haciéndose eco de la propaganda de Hamas, la Organización Mundial de la Salud acusaba a Israel de provocar las muertes de 33 palestinos enfermos entre octubre de 2007 y marzo de 2008. Fallecieron, afirma la Organización Mundial de la Salud, debido a la encarecida negativa del estado judío a permitirles el acceso a sus hospitales.
 
El informe de la Organización Mundial de la Salud no hacía ninguna mención al hecho de que Hamas controla los hospitales y las clínicas de Gaza. No se hacía ninguna mención al hecho de que Israel no tiene ninguna responsabilidad de abastecer a los centros sanitarios en territorios enemigos, o al hecho de que en ninguna parte del mundo esa atención se proporciona aparte de en Israel. No se hacía ninguna mención a que Hamas intercepta y hace acopio de los suministros médicos para fines propagandísticos. No se adjudicaba ninguna responsabilidad a Egipto -- el otro país con frontera con Gaza -- que no admite a ningún paciente palestino. El informe nunca cuestiona la credibilidad de sus fuentes de Gaza.
 
Como observaba esta semana Andrea Levin, directora ejecutiva del Committee for Accuracy in Middle East Reporting in America (CAMERA), en el Jerusalem Post, que Israel no fuera ampliamente condenado por matar enfermos se debió únicamente a la respuesta rápida y detallada de los funcionarios israelíes que refutaron las alegaciones de Hamas.
 
El aspecto más interesante de estas informaciones mediáticas es que en su mayor parte, las agencias de noticias que informaron de las exageradas alegaciones de Hamas ni siquiera tienen corresponsales en Gaza. La costumbre que Hamas de secuestrar a los periodistas occidentales -- incluso a los que son pro-Hamas -- hizo que la mayor parte de los medios occidentales retirasen a sus corresponsales de Gaza hace más de un año. Los medios israelíes no han tenido corresponsales sobre el terreno desde que Israel se retirara de Gaza en septiembre de 2005.
 
Pero los mismos canales mediáticos que descubrían que Hamas es demasiado radical como para confiarle la integridad física de sus propios periodistas, se niegan a cuestionar la veracidad de las historias de Hamas y están más que dispuestos a informar de estas historias como hechos mucho más allá del punto de vergüenza profesional. En la práctica, ningún medio de comunicación -- ya sea israelí o extranjero -- se ha planteado nunca si tiene algún sentido difundir la propaganda de Hamas para empezar. Ciertamente no se molestan en informar a sus audiencias de que la fuente de sus informaciones es un grupo terrorista genocida que actualmente emprende una campaña con misiles contra civiles israelíes, cuyo objetivo es aterrizarlos y matarlos simplemente porque son judíos.
 
Tal vez entonces se podría perdonar a los medios su negativa a admitir que sus informaciones procedentes de Gaza generalmente no son nada más que propaganda terrorista y de que no están solos en absoluto en su negativa a reconocer el significado del régimen de Hamas. Desde Jimmy Carter hasta la administración Bush pasando por el gobierno Olmert-Livni-Barak, la negativa es el pan nuestro de cada día.
 
Carter defiende su decisión de reunirse con los líderes de Hamas en Siria y Judea observando que el grupo terrorista genocida jihadista de patrocinio iraní ganó las elecciones palestinas. Puesto que la mayoría de los palestinos votó a Hamas y aún lo apoya, el grupo terrorista genocida jihadista de patrocinio iraní es legítimo, argumenta Carter. Seguramente no se pueda alcanzar ningún acuerdo de paz sin él.
 
Pero justo después de que sus líderes se reunieran con Carter, Hamas aclaraba que cualquier acuerdo que pueda alcanzar con Israel es simplemente una táctica en su conflicto actual por destruir a Israel. De manera que mientras que puede ser cierto que ninguna paz palestino-israelí será posible sin Hamas, es absolutamente cierto que ninguna paz palestino-israelí es posible con Hamas.
 
Lejos de demostrar la necesidad de negociar con Hamas, la popularidad de Hamas demuestra lo absurdo de las tentativas de fomentar la coexistencia pacífica con una sociedad de palestinos comprometidos con la destrucción de su vecino. Al igual que los medios y Carter se niegan a reconocer el significado del régimen terrorista de Hamas, la administración Bush se niega a reconocer el significado de su amplio apoyo popular entre los palestinos.
 
En sus declaraciones el martes ante el American Jewish Committee, la Secretario de Estado Condolizza Rice reconocía que la sociedad de los palestinos apoya de manera aplastante la aniquilación de Israel a través del terrorismo cuando decía: 'Cada vez más, los palestinos que hablan de una solución de los estados tienen mi edad. Y no soy tan mayor, pero soy mucho mayor que la mayor parte de la población de palestinos'.
 
Pero después, tras reconocer que la mayoría de los palestinos no apoya la coexistencia pacífica con Israel, Rice argumentaba que Israel tiene que dar más territorio, más armas y más dinero porque, tal como ella lo ve, es el momento de un estado palestino y los líderes 'tienen que tomar decisiones difíciles con confianza por el bien de la paz y por el bien de sus pueblos'.
 
Rice proseguía para explicar que este apaciguamiento tiene que hacerse al tiempo que se permite que el régimen de Hamas permanezca en el poder. Según sus palabras, 'La única política sensata es aislar a Hamas y defenderse frente a sus amenazas, hasta que Hamas tome las elecciones que apoyan a la paz'.
 
De manera que desde la perspectiva de Rice, Hamas no solamente no debe ser derrotado, sino que sería irresponsable intentar derrotarlo siquiera. La única política 'responsable' por parte de Israel es permitir que Hamas siga haciendo acopio de amasando y levantando su ejército al tiempo que intenta alcanzar un alto el fuego con él. También entonces, en lo que respecta a Rice, Israel tiene que limitar sus operaciones de contraterrorismo en Judea y Samaria, eliminar a las comunidades israelíes allí y en los vecindarios post-1967 de Jerusalén y permitir que las milicias armadas de Fatah entrenadas por Estados Unidos (que también son partidarias del terror) se desplieguen en las ciudades palestinas por miles. Esto, dice ella, es la mejor manera de hacer que Hamas se transforme en un partido político pacífico dispuesto a vivir en paz con los judíos.
 
En cuanto a Israel, el gobierno Olmert-Livni-Barak está patentemente de acuerdo con Rice, dado que está siguiendo su política.
 
El miércoles, el Primer Ministro Ehud Olmert se negaba a hacer comentarios sobre la implicación de su gobierno en las conversaciones de alto el fuego con Hamas durante la reunión del gabinete de seguridad. Cuando era confrontado frontalmente por el Ministro del Interior Avi Dichter sobre su decisión aparente de permitir que Hamas permanezca a cargo en Gaza con su ejército del terror armado y entrenado por Irán, Olmert decía simplemente que sería inapropiado debatir cosas así.
 
El jueves, el Jerusalem Post informaba que el gobierno está entusiasmado con el acuerdo de alto el fuego propuesto con Hamas, afirmando extrañamente que podría despejar el camino a un segundo acuerdo sin relación en el cual Israel paga el rescate del rehén Gilad Schalit en cautiverio de Hamas liberando a centenares de terroristas.
 
También entonces, el gobierno afirma triunfalmente que Hamas ha accedido a permitir desplegar las fuerzas de Fatah en la frontera internacional con Egipto. Pero puesto que tanto Hamas como Fatah disfrutaron de un flujo de armamento sin obstáculos a través de la frontera cuando Fatah estaba a cargo de ella, está lejos de quedar claro que esto sea un avance positivo.
 
La verdad sencilla que los medios, Jimmy Carter, la administración Bush y el gobierno Olmert-Livni-Barak son completamente reticentes a reconocer es que Hamas es un grupo terrorista genocida decidido a la destrucción de Israel y que representa la voluntad de la mayoría de los palestinos que lo eligieron en el 2006 y que sigue apoyándolo hoy.
 
Esta realidad sencilla manifiesta que solamente existe una política sensata a seguir por Israel y que la comunidad internacional tiene que apoyar si está verdaderamente interesada en la paz entre Israel y los palestinos. Esa política consiste en que Israel deje de perder el tiempo con el ejército terrorista de Hamas en Gaza y derroque a su régimen. Solamente cuando se vean obligados a pagar un precio real por su apoyo al terror y la jihad -- en contraste con ser recompensados con mayores cesiones territoriales israelíes -- los palestinos se verán obligados a reconsiderar ese apoyo. Solamente cuando se den cuenta de que el terror no les conduce a ninguna parte -- en contraposición a conducirles a donde quieren ir -- los palestinos se verán obligados a aceptar Israel como una realidad inamovible con la que tienen que convivir en paz.
 
La condena de Dichter el miércoles de las políticas pro-Hamas de su gobierno no fue la primera vez que un residente de Ashkelón y antiguo director del Shin Bet ha afirmado que las políticas del gobierno Olmert-Livni-Barak son peligrosas para el país. Y Dichter, junto al hoy Ministro de Transporte y antiguo ministro de defensa Shaul Mofaz, que ha criticado de manera parecida a las políticas del gobierno por peligrosas, podría poner fin a la situación actual si tuviera el valor de actuar según sus convicciones. Si cerrasen filas junto a ocho de sus colegas en la formación del Kadima en la Knesset y abandonasen el gobierno, podrían provocar unas elecciones nuevas.
 
Pero hasta la fecha, se han negado a tomar cualquier medida. Hasta que lo hagan, Dichter, Mofaz y sus camaradas están permitiendo que Olmert, la Ministro de Exteriores Tzipi Livni y el Ministro de Defensa Ehud Barak sigan poniendo en peligro las vidas de centenares de miles de israelíes a través de su apaciguamiento de Hamas y sus sesiones. Hasta que lo hagan, son igual de culpables que los medios, Carter, la administración Bush y sus camaradas del gobierno de maquillar y proteger a Hamas en detrimento de su propio país y de la causa de la paz.


 

 
 
Caroline Glick es periodista por la Universidad de Columbia y editor jefe en funciones de The Jerusalem Post. Tras finalizar sus estudios, ingresó en el ejército y alcanzó una consejería en las negociaciones de Oslo junto al ex primer ministro Rabin. Tras abandonar la esfera política, Glick pasó al periodismo con una columna semanal de portada en el diario. Durante el reciente conflicto de Irak, fue la periodista empotrada del medio, estando en el primer escuadrón americano que entró en Bagdad y siendo la primera mujer en poner el pie en la capital durante el conflicto.