Magreb. Creciente presión de la inmigración irregular

por GEES, 13 de julio de 2012

El intento de traspaso irregular de la valla de Melilla por alrededor de 350 subsaharianos el pasado día 10 no es un fenómeno aislado. Además, se produjo al poco de la visita al perímetro fronterizo realizada por el ministro del Interior, y constituyó por ello una nueva puesta a prueba de la seguridad de las fronteras meridionales de la Unión Europea (UE) y otra llamada de atención sobre algo que debemos gestionar en principio solos, pero para lo que tendremos que requerir también un mayor compromiso de los demás miembros de la UE, así como, por supuesto, de Marruecos. También se hace necesario, como vamos a comprobar a continuación, un reforzamiento de la colaboración entre España y Argelia en la materia.
 
El día 9 otro centenar de irregulares intentó saltar la valla melillense. Lo lograron diez, y cinco en la intentona del día siguiente. Lo lograron pese a las dificultades físicas de la empresa (dos vallas de seis metros de altura cada una, reforzadas con sirgas y otros medios disuasorios) y al esfuerzo de las Fuerzas de Seguridad del Estado para impedirlo.
 
En ambos episodios se contó con la colaboración de las Fuerzas Auxiliares de Marruecos desde su lado de la frontera, pero la concentración de aspirantes a dar el salto es tal, que es previsible que se produzcan nuevos intentos. Recordemos que el 15 de junio entre 300 y 400 irregulares hicieron otro intento, también en la frontera de Melilla; pero entonces fueron rechazados por las fuerzas marroquíes antes incluso de que tocaran la valla.
 
En cualquier caso, en el primer semestre del año un total de 618 personas, la inmensa mayoría subsaharianas, lograron entrar irregularmente en la ciudad autónoma. Como siempre, la llegada de estas fechas estivales permite prever que muchas otras lo van a intentar.
 
Aparte de la presión sobre Melilla, hay que tener presente también el mar. Así, este miércoles el Servicio Marítimo de la Guardia Civil interceptó una patera con 57 subsaharianos a bordo al norte de la isla de Alborán.
Este fenómeno requiere una visión más amplia en lo que a nuestras fronteras meridionales respecta, y no perder por ello de vista a los irregulares procedentes del otro gran país del Magreb: Argelia. Estos suelen arribar a las costas españolas en pateras que, procedentes de la región oriental del gigante magrebí, acceden a las costas de Almería y Murcia –y, desde hace algunos años, incluso a Baleares–. Aunque se trata de cantidades muy inferiores, lo destacable es que se ha convertido ya en un flujo de carácter permanente. De la creciente importancia de esta cuestión da prueba la violenta huida de 25 irregulares de origen argelino del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Murcia, el pasado 23 de junio, y la interceptación, este mismo miércoles, de una patera con 23 argelinos en el término almeriense de Cuevas de Almanzora.