Los vales petroleros de Saddam de cerca

(Publicado en Investigación y Análisis No. 93 - Irak,  el 27 de octubre de 2004, MEMRI, The Middle East Media Research Institute)

 

El periódico iraquí Al-Mada (Horizonte) fue el primer diario en publicar una lista de 270 individuos y organizaciones que se beneficiaron de los vales que el régimen de Saddam Hussein les concedió (1). La intención de la concesión era o bien que los receptores vendieran los vales a intermediarios para sacar beneficios rápido o bien que vendieran el crudo ellos mismos a precio reducido.

 

Se asumía que los vales permitirían al receptor último adquirir crudo iraquí a un precio lo suficientemente reducido como para dejar un margen de beneficio al beneficiario del vale, el intermediario o la petrolera que en última instancia canjeaba el curso y, en algún caso, a los propios regímenes que gravaban o liquidaban lo impuesto sobre las exportaciones iraquíes de crudo. Al-Mada diferencia entre usuarios 'finales' y 'no finales', refiriéndose el segundo término a los receptores de vales que carecían de refinerías y, en muchos casos, ni siquiera estaban en el negocio del petróleo. Según Al-Mada, su lista se limita a 'usuarios no finales y a las compañías intermediarias'. Esta lista publicada por Al-Mada ha desencadenado varias investigaciones.

 

Basándose en un examen en profundidad de los datos del Ministerio de Crudo de Iraq y su brazo comercial, la Organización de Comercialización del Petróleo del Estado (SOMO), el Informe Duelfer, publicado en septiembre del 2004, ha reunido una lista completa de vales petroleros entregados por el régimen de Saddam durante toda la vida útil del Programa Petróleo por Alimentos. Comienza con la primera fase del programa en 1996-7  y concluye con la 13ª fase y última, que finaliza con la caída del régimen. (2)

 

Con un puñado de excepciones, todos los que aparecen en la lista de Al-Mada aparecen también en la lista Duelfer. Esta es la primera confirmación de que la lista de Al-Mada es auténtica. Mientras que el Informe Duelfer confirma la autenticidad de la lista del diario iraquí, las dos listas de receptores de vales petroleros se diferencian en términos de especificidad y detalles.

 

Mientras que la lista de Al-Mada incluye las reservas brutas de barriles de crudo de cada vale, el informe Duelfer enumera los vales con 3 designaciones distintas:

 

a. La cifra de barriles destinados vs. la cifra de barriles canjeados. Según el Duelfer, hacia la fase final del Programa Petróleo por Alimentos, Iraq había distribuido 4,4 billones de barriles de petróleo entre los receptores aprobados. Sin embargo, solamente 3,4 millones de barriles habían sido canjeados en la práctica (facturados y exportados). (3)

 

b. Contratos que habían sido firmados pero enumerados como 'no ejecutados', lo que significa que la transacción había concluido formalmente, pero no se había canjeado el crudo, por razones que no se citan.

c. Hay también una designación 'cero', indicando que se había concedido en vale, pero que el beneficiario o el SOMO no habían tomado acción alguna. Algunos de estos receptores se negaron a pagar el recargo sobre envíos previos, y en consecuencia el SOMO les negó nuevos envíos. Pudo haber, sin embargo, otros motivos por los que un receptor no se había aprovechado del valor inherente del vale.

 

 

Los nombres de algunos receptores de vales de crudo saltan a la vista. Una de las personas es Mawlana Abd Al-Manán, a quien se le asignó un total de 43,2 millones de barriles, en su mayoría canjeados por la filial suiza de la compañía rusa Lukoil. El envío fue canjeado por 'Jordan Grain”, cuyo nombre no es usual.

 

La parte intrigante acerca de Al-Manán es una referencia que sobre él hace el servicio de inteligencia iraquí en una carta fechada el 15 de septiembre de 1999. La carta se refiere a una orden de 'Su excelencia, el Director de Inteligencia', a través del teléfono, a M5/15/2 (?), ordenándole que alojara a 'Mulana Mohammed Abd Al-Manán, de Bangladesh, y a su hijo, Mohammed Mu'een, en el Hotel Rashid de Bagdad, con gastos pagados por el Mukhabarat'. (4)

 

Otra persona implicada en terrorismo es Abú Al-Abbas, a quien se le asignó un total de 11,5 millones de barriles, algunos fueron canjeados por la Vilma Oil Consultant, una compañía española. Abú Al-Abbás también ha vendido 1,5 millones de barriles a través de la Ayad Ammora and Partnership (Siria), que aparece como receptora de vales por valor de 18 millones de barriles.

 

Abú Al-Abbás se menciona por primera vez en una carta 'top secret y personal' (No.110/2/43 del 25 de enero de 1993) enviada por el servicio de inteligencia iraquí al secretario del presidente de la República. La carta enumera las organizaciones terroristas que podrían ser empleadas por Iraq para llevar a cabo actividades de sabotaje y terrorismo contra intereses norteamericanos en el mundo árabe.

 

Está también el caso de la autora siria Hamida Na'na, que escribió una biografía acerca del ex primer ministro en funciones de Iraq, Tariq Aziz, y de quien se informa estaba escribiendo una biografía de Alí Hassan Al-Majid, conocido como Alí el químico. Na'na hacía su negocio petrolero a través de Gemmar (una compañía suiza), Devon Petroleum (una compañía panameña) y también aparece en la lista con African Petroleum Ltd (Namibia). Su último contrato figura como 'no ejecutado'.

 

Gemmar era también la compañía comercial utilizada por la Sociedad de Amistad Franco-Iraquí (15,1 millones de barriles), el ex Ministro del Interior francés Charles Pasqua (12 millones de barriles) y el libanés Alias Al-Fxrzali (múltiples vales), que aparece enumerado en Francia.

 

Khalid Gamal Abdul Nasser (el hijo del ex líder egipcio Gamal Abdul Nasser), un receptor de vales por valor de 16 millones de barriles, había operado a través de la compañía suiza Lex Oil, así como a través de la Compañía Egipcio- Iraquí y de otra compañía bajo el inusual nombre de Income Company, que también aparece como receptora de vales. Este podría ser un caso de doble contabilidad, pero debe ser examinado en profundidad.

 

El Partido Laborista de Rumanía (5,5  millones de barriles) optaba por hacer sus negocios de crudo mediante la National Oil Wells de Qatar.

 

También debe mencionarse el caso de Bassim Qaqish, con múltiples vales que aparecen enumerados en España. Los papeles españoles tienen que ver fundamentalmente con Javier Rupérez, del Partido Popular español, otro receptor de vales, [y no tienen que ver] casi nada con Qaqish.

 

Lo más intrigante de todo es el caso de Benon Seván, el director del Programa Petróleo por Alimentos de la ONU. Seván, que fue identificado en las listas con Naciones Unidas, pero que aparece enumerado en la lista bajo África- Oriente Medio (Panamá), recibió varios vales. El último, por valor de 1,5 millones de barriles, parece coincidir con la visita de Seván a Iraq y su reunión con el Presidente en funciones, Taha Yassin Ramadán, en febrero de 2002.

 

En la reunión, Seván es citado por Babil, el diario propiedad del hijo de Saddam, Uday, afirmando que el programa 'sufre parálisis'. Tras su reunión con Seván, Ramadán declaró: 'Pedimos a Naciones Unidas que ejerza su papel para asegurar la correcta implementación del memorando de entendimiento del Programa Petróleo por Alimentos'. (5)

 

El diario del gobierno iraquí Al-Thawra comparaba a Seván con “otros empleados honestos de Naciones Unidas”, Dennis Haliday (un nacional irlandés) y Hans von Sponeck (un nacional alemán), que trabajaron, uno detrás del otro, como Representante de Asuntos Humanitarios de la ONU en Irak. (6)

 

Tras la caída de Saddam, estos dos funcionarios de la ONU concedieron numerosas entrevistas en medios escritos y televisión, denunciando las sanciones de la ONU como perjudiciales para el pueblo de Irak.

 

 

Hay individuos que aparecen enumerados como inmigrantes iraquíes que aparecen en el Informe Duelfer pero no en Al-Mada. Está Zkyad al-Hadi, con dos cargamentos, de un millón de barriles cada uno, canjeados en su nombre por la que parece ser la misma compañía, aunque citada con dos acrónimos distintos, una vez como Berinco y la otra como Perenco. Se identifica como una compañía británica. Un segundo inmigrante es Riad Al-Taher, con 2 millones de barriles canjeados por Bulla Resources, una compañía irlandesa.  Un tercer inmigrante es Fa'iq Sharif, a quien se asignó 3 millones de barriles, pero canjeó 3.588 millones mediante una compañía malaya llamada Trade Year. Este no es el único caso en que se canjea más crudo del asignado a un vale. Sin embargo, no se ofrece explicación a las discrepancias.

 

La designación de estos individuos como 'inmigrantes iraquíes' es igualmente intrigante, teniendo en cuenta las relaciones de Saddam con los iraquíes en el exilio. Sólo cabe suponer que estos tres individuos servían a los intereses del régimen de un modo u otro.

 

 

El Informe Duelfer enumera algunos individuos y organizaciones que, por su designación, parecen ser receptores no finales, y que habrían sido incluidos en la lista Al-Mada. Lo que sigue es la lista por países y el número de barriles de crudo aprobados:

 

Abdaláh Badawi (2 millones), actual Primer Ministro de Malasia que lucha contra acusaciones de corrupción en su país.

 

Mujahidín Khalq, múltiples vales. Es una organización terrorista iraní, patrocinada por Saddam, que opera en suelo iraquí contra objetivos iraníes.

 

Vendieron sus vales a través de Century Marketing, que aparece enumerada como compañía británica.

 

Ion Cristian Nicolae (1,5 millones de barriles).

 

Sr. Yeloshin (3 millones de barriles) -director de la Oficina del Presidente ruso-.

Sr. Gutzariv, Miembro de la Duma (parlamento), 2 millones de barriles canjeados por Slavneft.

Partido Paz y Unidad (múltiples vales) - canjeados por Lukoil.

 

Partido Radical de Yugoslavia (4 millones de barriles).

 

 

Entre los de la lista de Al-Mada aparecen algunos individuos y organizaciones que, según el Informe Duelfer, no han ejecutado el derecho a vender los vales y son enumerados bien como 'no enumerados' o 'cero'. No obstante, su inclusión en el sistema de vales sugiere el grado al que el régimen iraquí de Saddam habría llegado para hacerse con la amistad de los que trataba como potenciales inversiones políticas.

 

Entre éstos se encuentran el Ministro de Exteriores armenio, el Partido del Interés Húngaro, Najah Wakim y Osama Ma'rouf (Líbano), el embajador nigeriano en Irak, el Partido Social Demócrata de Ucrania y 'los hijos  del Presidente Congoleño' (no está claro si era El Congo, Kinshasa, o El Congo, Brazzaville). También se debería mencionar que muchos individuos y entidades sólo ejecutaron parte de sus asignaciones de crudo.

 

 

Mientras que el informe Duelfer trató de ser legible, ha planteado sin embargo algunas cuestiones sin respuesta:

 

a. ¿Cómo se distingue entre un receptor de vales que tenía intención de sacar un beneficio rápido y cuantioso a través de la venta del vale, de un intermediario (usuario no final) -particularmente una compañía- que puede haber recibido vales para canjear por crudo a precio reducido bajo condición de que pague al régimen un recargo o lo finiquite?.

 

b. ¿Quiénes eran los intermediarios y cómo operaban?. ¿Cuál era el margen de beneficios, y tenían que compartirlos con alguna entidad iraquí?. ¿Había alguna restricción de a quién se podía vender los vales?

 

c. ¿Cómo funcionaba el proceso?. ¿Quién sacaba los vales y cómo circulaban por los canales?. ¿Existen copias de los vales para revisión?.

 

 

El Programa Petróleo por Alimentos ha generado un escándalo internacional a gran escala que implica a gobiernos, partidos políticos y a individuos de muchos países. Ha sacado a la luz la extensión de hasta dónde estaba dispuesto a llegar el régimen iraquí para sobornar a individuos y organizaciones, algunas de las cuales se encontraban en el centro de poder de sus países, y para saltarse las sanciones impuestas a Iraq por el Consejo de Seguridad tras su invasión de Kuwait.

 

Como se mencionó anteriormente, hay en marcha muchas investigaciones simultáneas del programa. Es la punta del iceberg del escándalo, y este informe toca por encima la punta de él.

 

 

Muchos documentos continúan en poder de organismos de investigación, y una gran cantidad de detalles no se conocen o están clasificados.

 

La ONU ha amasado, en grueso, 1 billón de dólares por administrar el programa. Se han planteado preguntas legítimas acerca de la solidez de la contabilidad de algunos que estaban a su cargo. El producto de las investigaciones podría tener un impacto profundo sobre las propias Naciones Unidas.