Los oficiales del Líbano bajo ataque

por Walid Phares, 21 de diciembre de 2007

(Publicado en FrontPageMagazine.com, 14 de diciembre de 2007)
 
El 12 de diciembre, un alto mando del ejército libanés, el General Francois Hajj, era asesinado en un atentado terrorista en el suburbio de Baabda, al sureste de Beirut. Hajj, de 54 años de edad cercano al comandante del ejército Michel Suleiman y designado como sucesor suyo, era asesinado junto a su guardaespaldas en una deflagración en hora punta. Este es el primer asesinato de un alto mando de las fuerzas armadas libanesas en décadas. El primer grupo de preguntas es: ¿por qué es asesinado, quién puede haber perpetrado este ataque terrorista, y cuáles podrían ser las consecuencias de este dramático suceso?
 
El General Francois Hajj nació en la ciudad cristiana de Rmeish, al sudeste del Líbano. Su aldea natal tiene un historial de resistencia contra las fuerzas del terror que se remonta a finales de los años 60. Muchos de sus habitantes se alistaron en el ejército libanés durante las últimas décadas. Un buen número de ellos están implicados en la oposición a la ocupación siria y a Hezbolá. Hajj ingresaba en la academia general del ejército libanés en 1972 y se licenciaba en 1975. También capitaneó las brigadas de las fuerzas especiales (Maghawir) antes de ser ascendido a jefe de operaciones de las fuerzas armadas. Según fuentes en el Líbano, fue elegido para convertirse en el próximo comandante del ejército libanés, de ahí que el asesinato se encaminara a evitar que Francois Hajj fuera nombrado por el próximo Presidente, a ser elegido aún, como el principal hombre del ejército en el Líbano. El General Michel Suleiman, que había sido nominado por la coalición mayoritaria en el Parlamento a la Presidencia, preparaba a Hajj para ser su sucesor. Además, el difunto comandante había rechazado en los últimos meses y años la aceptación de zonas exclusivas de control de Hezbolá en el sur del Líbano y el valle de la Bekaa. Por otra parte tuvo el mérito de coordinar la ofensiva del ejército libanés contra el grupo Fatah al Islam en el campamento de Nahr al Bared, en el norte del Líbano, a lo largo del verano. El ataque se puede interpretar como mensaje al ejército libanés de no intentar plantar cara a los grupos terroristas en el futuro, incluyendo a Hezbolá.
 
Los actores que pueden ejecutar operaciones así en el Líbano y que tienen interés en ello se encuentran bajo el paraguas del eje sirio-iraní (Mihwar), que incluye a la Inteligencia siria, la red pasdarán, Hezbolá, el grupo palestino de Ahmed Jibril, así como otras milicias pro-siria más pequeñas. Este eje ha sido acusado por la Revolución de los Cedros de perpetrar una serie de asesinatos desde el 2005, incluyendo el del Primer Ministro Rafiq Hariri y un buen número de líderes y diputados, siendo los últimos Walid Eido y Antoine Ghanem, todos contrarios a la ocupación siria y a favor de desarmar a Hezbolá.
 
Con el asesinato de Hajj, la mayoría pro-democracia afronta ahora de nuevo la realidad del terrorismo. Pero esta vez la violencia se dirige contra la institución misma que se supone que protege a esta democracia, el futuro Presidente, el Parlamento y la sociedad civil: el ejército libanés. Lo que parece ser el próximo paso lógico es que el actual gobierno del Líbano y su mayoría legislativa soliciten al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que redacte una nueva resolución pidiendo las siguientes medidas vitales:
 
Disponer la resolución 1559 (retirada de los sirios, desarme de Hezbolá y elección de un nuevo Presidente) bajo el Capitulo 7 de la Carta.
 
Supervisar la elección de un nuevo Presidentes de la República bajo protección de la ONU.
 
Extender apoyo de la ONU al ejército del Líbano para hacer frente a la campaña terrorista.
 
Al margen de que la Coalición del 14 de Marzo y el gabinete Seniora se hayan visto intimidados por muchos asesinatos, la probabilidad de verles iniciar estas maniobras dramáticas no es elevada en este momento, pero con el tiempo no es imposible. El apoyo internacional, incluyendo el apoyo norteamericano, europeo y árabe, está amparado por un buen número de resoluciones de la ONU, un tratado franco-norteamericano, y un conjunto bipartidista de resoluciones promulgadas por el Congreso de los Estados Unidos, con la frustración árabe y moderada con la violencia de patrocinio iraní en el Líbano. Todo se reduce a la llegada de un grupo valiente de líderes del Líbano que soliciten ayuda exterior. Y ese es precisamente el grupo objetivo del ataque del eje.


 

 
El Dr. Walid Phares es un experto en terrorismo, fundamentalismo islámico y movimientos yihadistas. Es miembro decano de la Fundación de la Defensa de las Democracias y escribe en publicaciones especializadas como Global Affairs, Middle East Quarterly, and Journal of South Asian and Middle East Studies además de para diversos periódicos de renombre mundial y de opinar para medios como CNN, MSNBC, NBC, CBS, ABC, PBS y BBC.