Lo último acerca de la calle árabe
por Mark Steyn, 14 de diciembre de 2005
Puede que los rumores de la muerte de Abú Musab al-Zarqawi sean exagerados. Varias cadenas árabes de televisión difundieron que se encontraba entre los ocho terroristas que se inmolaron en Mosul el domingo. Pero ya esté durmiendo con los peces o con las 72 vírgenes, ha sobrevivido a cualquier utilidad que pudiera tener para la jihad.
El pasado viernes, la presuntamente explosiva calle árabe finalmente explotaba, en la mayor manifestación contra Al-Qa'ida o sus afiliados vista en Oriente Medio. Zarqawi, gritaban 200.000 jordanos, desde Ammán te decimos, ¡eres un cobarde!. También enemigo de Alá - que, para un jihadista, no es lo que lo que se dice dar el taquillazo en Broadway.
El viejo estratega fue tan vapuleado por las críticas de sus atentados de hotel jordano que publicó la primera disculpa al estilo IRA de la historia de al-Qa'ida. Pueblo de Jordania, no pretendimos volar ninguna fiesta nupcial, decía. Por esos musulmanes que perdieron la vida, pedimos a Alá que sea clemente, puesto que no eran objetivos.
Ya, vale. Cuéntaselo a los civiles. Para Alí Husein Alí al-Shamari y señora, Sajida Mubarak Atrous al-Rishawi, lo que ocurría cuando entraron en el salón de baile del Hotel Radisson era perfectamente obvio.
No obstante, Zarqawi ha anunciado ahora su intención de decapitar al rey Abdaláh. Tu estrella se apaga, declaró. No escaparás a tu destino, descendiente de traidores. La dinastía hachemita es descendiente de Mahoma, así que no estoy seguro de a qué ascua puede estar arrimando su sardina. Pero fue solamente un desliz, y Zarqawi cortó rápidamente al corte: Lograremos alcanzar tu cabeza y la rebanaremos.
Sí, tú y los insurgentes de quién. No conozco lo que Terrorismo suicida para tontos define como blanco fácil, pero una boda palestino-jordana en la zona pública de un hotel de un país musulmán sin tropas infieles tiene que acercarse bastante al blanco más fácil de todos los tiempos. Lo que es aún más revelador, examínese a quién despachó Zarqawi a volar por los aires a sus hermanos musulmanes: ¿por qué enviaría a Shamari, uno de sus lugartenientes de mayor confianza, a morir en una operación que prácticamente no requiere habilidades? Bien, por definición, encontrar terroristas suicida con experiencia es difícil. Pero la presencia de Shamari sugiere cuando menos que la rama de al-Qa'ida en Irak está pasándolas canutas para cumplir sus objetivos de reclutamiento.
Aunque la insurrección es bastante admirada en los salones de Occidente, los insurgentes de sillón como Michael Moore no parecen tener deseos de dar el paseíllo. Moore comparaba al grupo de Zarqawi con los Minutemen de la revolución de América, que prometían saltar al campo de batalla en cuestión de un minuto desde el anuncio. Lamentablemente, el concepto de Minutemen autodestructivos depende del optimismo a menudo fuera de lugar de la parada de un autobús: habrá otro dentro de un minuto.
El hermano de Rishawi, Thamir al-Rishawi, mano derecha de Zarqawi y denominado el emir de al-Anbar (el Triángulo Sunní), perdió la vida frente a las tropas norteamericanas en Faluyah el año pasado. Sus otros dos hermanos y su cuñado fallecieron en roces con el enemigo este año.
Enviar a un miembro superviviente de tu círculo más próximo en caída libre a volar una boda palestina por los aires no es señal de fuerza.
Enviar a un miembro superviviente de tu círculo más próximo en caída libre a volar una boda palestina por los aires no es señal de fuerza.
Cierto, Shamari sí que logró matar a un par de docenas de musulmanes: ni siquiera chi'íes o kurdos, sino correligionarios sunníes. ¿Y cuál es el valor estratégico de eso? Presumiblemente es el modo de un peso pesado mafioso de mantener a los locales a raya. Y funcionó bien, ¿eh? Centenares de miles de correligionarios jordanos de Zarqawi llenaron las calles para exigir su muerte.
¿Sacó eso la ABC? ¿O las manifestaciones sólo son noticia cuando son anti-Bush, anti-Blair y anti-Howard? Y mírelo de este modo: si la ocupación es tan impopular en Irak, ¿dónde están las manifestaciones masivas en contra? No hablo de 200.000, o ni siquiera de 100.000 o 50.000. Pero, si unos cuantos cambios en las leyes de relaciones industriales pueden sacar a la calle a 20.000 colegas de Perth y 10.000 en Adelaide, seguramente dos años de vorágine, guerra civil, catástrofe humanitaria, conflictos de poder sin fin, coches bomba en la mezquita cada viernes, etc. etc. persuadirían, digamos, a 1500 amigos de copar los bulevares de Bagdad o Mosul al grito de ¡Gran Satán, vete a casa!
Después de todo, eso es todo lo que se necesita para hacer ese pequeño truco en el que graban la concentración en primer plano para que parezca que el lugar está abarrotado. Pero aún así, no tienen lugar tales manifestaciones, ya fueran del tamaño de Ammán o de Adelaide.
Felizmente para Zarqawi, no importa lo mucho que se desesperen los estrategas, los derrotistas occidentales siempre pueden rematarlo. En Estados Unidos, un congresista Demócrata, Jack Murtha, ha pedido la retirada norteamericana inmediata de Irak. Es veterano de Vietnam, así que los medios insisten naturalmente en que sus opiniones merecen especial respeto, la experiencia militar en una guerra que América perdió es la única experiencia militar que Demócratas y prensa valoran estos días. Por lo tanto, exigen que el Presidente comparezca con una estrategia de salida.
En la guerra, normalmente existen solamente dos estrategias de salida: la victoria o la derrota. La segunda es más fácil. Basta con decir, guao, somos la potencia dominante del mundo pero no sabemos capear un nivel de bajas reducido a niveles sin precedentes, así que si no te importa, simplemente nos bajaremos pronto en la siguiente parada.
Manifestar la voluntad de perder tan claramente como hizo América en Vietnam no fue un movimiento inteligente, pero puesto que los medios no parecen poder ir más allá de esta antigua guerra en la jungla, puede valer la pena subrayar la principal diferencia: Osama bin Laden no es Ho Chi Minh, y al-Qa'ida no es el Viet Cong. Si sales, te seguirá. Y los americanos morirán - en embajadas extranjeras, barracones, barcos de guerra, igual que pasó durante los años 90, y en clubes nocturnos de Bali, y con el tiempo, también en las calles de ciudades americanas.
Mientras el 11 de Septiembre se difumina en el pasado, ese es un argumento cada vez más difícil de hacer. Coger tu pelota e ir a casa es un argumento seductor en una superpotencia paradójica cuyas inclinaciones en la Derecha tienen una fuerte vena aislacionista y en la Izquierda una fuerte vena transnacional, que es aislacionismo con cara de tonto y banquetes de etiqueta cada dos años en capitales europeas. Transnacionalismo significa soluciones poseur, la Kiotificación de la política exterior.
Así que, igual que las cosas van teniendo mejor color en el distante frente oriental, se tambalean mal en el frente nacional. Los continentales anti-Bush, por no mencionar a Paul McGeough, el estimado viñetista agorero del The Sydney Morning Herald que promueve asiduamente la percepción del fracaso norteamericano en Irak, tendrían que recordar algunos de los restantes frentes de esta guerra: Europa es tanto un frente nacional como un campo de batalla exterior, como han descubierto los holandeses al contemplar la tierra de la Reina en bicicleta transformada en seguridad armada 24 horas al día hasta para los funcionarios municipales de menor importancia.
En esta guerra, el país distante del que saben poco resulta ser el suyo propio para los europeos. Tanto como les pueda gustar a los negacionistas de Estocolmo a Sydney, una América que da la espalda al mundo es lo último usted necesita.
Mark Steyn escribe sobre política, arte y cultura y sus textos se pueden leer en en medios de habla inglesa en todo el mundo. Es columnista de The Chicago Sun-Times, el quinto diario más leído en America, también aparece en The New York Sun, The Washington Times, y The Orange County Register en California. Mark realiza colaboraciones habituales para The Jerusalem Post.