Las encuestas, contra Santos

por GEES, 17 de septiembre de 2013

 Colombia tenía una miríada de expresidentes a los que los presidentes en ejercicio apartaban de conspiraciones y antesalas con embajadas u otras canonjías. Las leyes constitucionales imponían un único mandato de cuatro años; pero los partidarios del presidenteÁlvaro Uribe, elegido en 2002, promovieron una reforma constitucional que introdujo la reelección consecutiva por un único período. Uribe obtuvo la reelección en 2006, pero como la Corte Constitucional no permitió una nueva reforma que ampliase los mandatos presidenciales en uno más, le sucedió en 2010 su ministro de Defensa, José Manuel Santos.

Desde el principio de su mandato, Santos empezó a apartarse de Uribe. La mayor ruptura consistió en la apertura de negociaciones de paz en diciembre de 2012 con las FARC, que habían intentado asesinar a Uribe, bajo la protección de Cuba, en La Habana. Los conocedores de la política colombiana apuntaron que detrás de la prisa de Santos por conseguir la paz estaba su obsesión de ganar la reelección sin ampararse en la sombra de Uribe.
 
En las últimas semanas, Santos se aleja más de su sueño debido auna conjunción de protestas y causas de descontento: reclamos campesinos, huelgas de maestros, disidencias parlamentarias ante los proyectos de cambios legales para encajar a los reinsertados de las FARC, un fallo de la Corte de La Haya favorable a Nicaragua en el Caribe…
 
Según una encuesta de la empresa Datexco, el 64% de los colombianos tiene una imagen desfavorable del presidente, frente al 28% que la tiene favorable. Además, el 77% de los colombianos rechaza su reelección y el 63% no está de acuerdo con la forma como conduce el proceso de paz.
La reacción de Santos ha consistido en arremeter contra los partidarios del uribismo. El precandidato presidencial Luis Alfredo Ramos ha sido acusado de tener lazos con los paramilitares. Sorprende que el mismo Gobierno que está dispuesto a indultar a los guerrilleros de las FARC quiera encarcelar a un senador por su supuesta relación con guerrilleros anti FARC. Sobre las FARC, que siguen asesinando a militares, policías y campesinos, Santos está dispuesto a decretar "inmediatamente" el alto el fuego "si hay acuerdo de paz".
 
Para mantenerse en el poder, Santos aceptaría abrazarse con las FARC hasta el punto de expulsar de la vida pública a sus antiguos aliados y cambiar la Constitución. En estas circunstancias, el Gobierno se ha convertido en Colombia en un factor de desestabilización que puede arruinar todo lo bueno construido en los últimos años.