Las criaturas del pantano

por Rafael L. Bardají, 5 de noviembre de 2020

En los años 50 proliferaron en Estados Unidos cómics y películas de terror que tenían por protagonistas a la o las criaturas del pantano. Deformes, horribles, sedientos de sangre y carne humana, hacían de la vida normal un imposible. En 2016, las aguas cenagosas del pantano volvieron al imaginario estadounidense de la mano de la campaña de Donald Trump como metáfora de la corrupción de un sistema político que se tragaba al ciudadano normal a fin de preservar sus privilegios. Cuatro años más tarde, el pantano y las diabólicas criaturas que lo habitan parecen seguir muy vivas y listas para darle un buen bocado al presidente Trump.

En el momento de escribir este artículo, las elecciones americanas siguen pendientes del recuento de los votos por correo y aunque todo apunta a que Donald Trump es el ganador, no sabremos nada oficialmente mientras los demócratas no acepten su derrota.  En cualquier caso, varias lecciones se pueden fijar ya por escrito. Para empezar, la famosa ventaja de más de 10 puntos del candidato Biden se puede interpretar ya como una gran mentira destinadas a motivar más voto hacia él con una falsa imagen de claro ganador. Trucos pueriles con los que muchos se habrán embolsado un buen puñado de dólares y muchos otros, especialmente en la prensa -sobre todo en la internacional- habrán sublimado su frustración ante un presidente al que odian.

En segundo lugar, la ilusión de un tsunami demócrata no se ha materializado. El senado sigue en las manos de los republicanos y en el Congreso las diferencias se han recortado a favor de éstos.

En tercer lugar, la esperanza de que Trump fuese una anomalía, también se ha evaporado. No sólo no es que haya sido castigado por los votantes, es que le han apoyado más ciudadanos que en 2016. Y eso que Trump se ha tenido que enfrentar a todos los medios de comunicación (incluida la Fox); a los gigantes tecnológicos que han censurado su mensaje y el de sus seguidores con total impunidad; a muchos republicanos que no aceptan a un outsider guiándoles políticamente; al mundo, de Europa a China; y, no se puede olvidar, al virus chino con todas sus consecuencias sanitarias, sociales y económicas. A pesar de todo ese frente común antiTrump, ha vuelto a rebasar todas las expectativas que le daban los encuestadores.

Ahora bien, pase lo que pase, y quiero creer que seguirá ocupando la Casa Blanca a pesar de las tentaciones de fraude electoral, también ha quedado claro que la resistencia del establishment, de la ciénaga, sigue siendo impresionante. Si revalida su mandato, Trump debe poner toda su energía en doblegar todas esas fuerzas que actúan antidemocráticamente para evitar que los americanos, esos “deplorables”, sigan eligiendo a quien más les gusta. Por cierto, que para la prensa española esos “deplorables” que decía Hillary son ya “la escoria”.  Hay que esperar de momento para ver quién acaba de verdad en el estercolero.