La respuesta del Partido Demócrata

por Walid Phares, 6 de febrero de 2007

(Publicado en World Defense Review, 29 de enero de 2007)

La respuesta Demócrata a la guerra de Irak era difundida por el Senador Dick Durbin (D-Michigan). El agit-prop izquierdil la predica como una retirada. Sin embargo, también en esto, dejando a un lado los estilos partidistas tradicionales y naturales, la mayor parte de los puntos del Senador son lógicos. Y nada en común con lo que se dice. Esta es una versión resumida.
 
1.      Escalada y 'una nueva dirección': mientras que es cierto que Estados Unidos necesita 'una nueva dirección' en la Guerra contra el Terror, la 'dirección' real debería estar en línea con una respuesta global y estratégica a los planes jihadistas. De ahí que la medida no tenga que ver con escaladas o desescaladas, sino con debilitar al enemigo y adaptarse a su mutación. Cualquier analista estratégico recomendará que cuando el enemigo se crece, se debe encontrar una solución a la escalada, sin lavarse las manos. El próximo paso del enemigo es llevar a cabo otra escalada. La constelación de Irán, Siria, Hezbolá y al Qaeda está haciendo precisamente eso.
 
2.      La doctrina Abizaid: el Senador Durbin aludía a la recomendación del General John Abizaid de no incrementar los efectivos americanos a menos que los iraquíes incrementen su participación. El argumento no es filosófico. El General Abizaid no afirmaba que incrementar el número de efectivos sea un principio erróneo (y yo estoy de acuerdo con él por completo), sino que sugería que este incremento gradual tiene que formar parte de una iraquización clara. Esta ecuación parece ser un punto común entre la administración y la nueva mayoría del Congreso, pero ambos partidos parecen tímidos a la hora de admitir que tienen en común un análisis significativo: pedir un compromiso iraquí con la campaña.
 
3.      Los sacrificios: la respuesta del Senador ponía de nuevo el dedo en la llaga más sensible: las vidas americanas que se están perdiendo y el precio elevado. Nadie discutirá este hecho ético, filosófico y humano. Perder vidas, hasta 3000, en cualquier circunstancia, es doloroso, al margen de cuáles sean las circunstancias. Pero de nuevo, en la perspectiva de una guerra contra un enemigo concreto, la cuestión general es: ¿detener en seco la campaña en la región garantiza la seguridad absoluta de Nueva York, San Francisco y la América media a medio y largo plazo? El debate aún resuena en Estados Unidos y en todo el mundo. Los argumentos son firmes y contundentes en todos los bandos, pero al final, la parte a la que creo son los jihadistas: ellos quieren destruir la seguridad nacional de América y la esperanza de libertad de la región. Hasta que los expertos en jihadismo demuestren lo contrario a lo que dicen Bin Laden o Ahmedinijad, el enfoque racional es continuar liberando, o al menos intentándolo. Cualquier elección alternativa debe proporcionarnos un plan completo en cuanto a la protección de la comunidad internacional de la nueva amenaza del siglo.
 
4.      Los iraquíes tienen que avanzar: la declaración más poderosa quizá realizada por el Senador fue dirigirse con firmeza al gobierno iraquí. En este tema, el Senador Durbin daba en el esclavo: aquellos que han sido 'liberados' de Saddam tienen que levantarse y asumir sus responsabilidades. Las palabras de Durbin no podrían ser más brillantes. Sí, América pagó un precio elevado durante los últimos cuatro años: 3000 vidas y decenas de miles de millones de dólares para derrocar a Saddam Hussein y permitir que el nuevo sistema iraquí de justicia le juzgase. Estados Unidos ayudó a los iraquíes a votar en tres ocasiones, redactó una constitución y constituyó un ejército nuevo. En este cuarto año, es hora de que los iraquíes aparezcan. En muchas entrevistas en medios iraquíes en árabe, desafié a intelectuales y líderes locales a pasar el frente de la lucha a manos iraquíes. He llamado a académicos y figuras publicadas iraquíes a visitar Estados Unidos y hablar con su gente. Era ilógico ver el debate en América teniendo lugar sin voces iraquíes. El Senador Durbin tocó otro tema importante: el gobierno iraquí tiene que ser valiente y desmantelar las milicias. Los líderes iraquíes son en última instancia los únicos 'para conducir su nación a la libertad'. Como destacaba la respuesta Demócrata, 'no puede invocar el 11 de Septiembre' para asegurar vecindarios y mezquitas. Esa es la visión Abizaid: soldados iraquíes luchando por sus ciudades. Con frecuencia argumento que los sacrificios iraquíes se estaban realizando en los lugares equivocados: esperando a ser reclutados en fila en las comisarías de policía; delante de escuelas, en autobuses, en el mercado. En su lugar, si el pueblo iraquí está consintiendo estos sacrificios, permitámosle ofrecer sus mártires en el campo de batalla frente a las milicias iraníes o al Qaeda. Pero en el fondo, es una decisión iraquí, y una vez más, tanto del Presidente como los Senadores parecen estar unidos a este respecto.
 
5.      El compromiso americano: las palabras del Senador fueron elegidas cuidadosamente al hablar de compromiso americano. Anunció claramente un fuerte apoyo bipartidista para las tropas: serán equipadas, respaldadas y bien armadas. Eso no debe ponerse en duda. Asimismo, debería haber un compromiso claro y tajante con los iraquíes para un flujo continuo de hombres y mujeres luchando por ellos, y en lugar de ellos. Pero al mismo tiempo, el nuevo Congreso tendría que darse cuenta de que el péndulo no oscila entre 'arreglar Irak' o 'volver a casa'. El mundo no funciona así.
 
Estados Unidos acudió a Irak a enfrentarse a 'una amenaza', no a reparar una constitución o arrestar a un Noriega. Nuestros legisladores tienen que celebrar todas las audiencias, resúmenes y reuniones que puedan con tal de ver más claro en esta Guerra contra el Terror. Cierto, no tiene que ver con armas de destrucción masiva que aún no se han encontrado, pero al mismo tiempo tampoco está relacionado con poner fin abruptamente a un conflicto de manera unilateral en función de la conveniencia del enemigo. Ambos partidos tienen que reunirse al margen de la política y preparar al país para afrontar una amenaza que no va a desaparecer de la noche a la mañana simplemente porque esperemos que lo haga.


 

 
 
El Dr. Walid Phares es un experto en terrorismo, fundamentalismo islámico y movimientos yihadistas. Es miembro decano de la Fundación de la Defensa de las Democracias y escribe en publicaciones especializadas como Global Affairs, Middle East Quarterly, and Journal of South Asian and Middle East Studies además de para diversos periódicos de renombre mundial y de opinar para medios como CNN, MSNBC, NBC, CBS, ABC, PBS y BBC.
 
 
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