La ONU emprende la guerra, contra la guerra contra el terrorismo

por Anne Bayefsky, 11 de noviembre de 2004

La Comisión de Derechos Humanos de la ONU empleó la mayor parte de los siete primeros días de su sesión anual de seis semanas en que representantes veteranos de gobiernos disertaran. El resultado fue una guerra contra el terrorismo en el mundo real, y una guerra contra la guerra contra el terrorismo en el mundo de la ONU.
 
''UN-speak'' -la inversión del lenguaje que significa lo opuesto a su significado usual- funcionaba a toda máquina.  El tema candente era la violación de Derechos Humanos por parte de la lucha contra el terrorismo. La opinión de Saddam Hussein de que Estados Unidos es culpable de 'crímenes contra Irak y contra la humanidad'' resuena en la comisión.
 
El representante libio (felicitando primero a su ''tocayo'' que sirve hoy como presidente de la comisión) pasó a berrear: ''La maquinaria de guerra que se mueve hoy en Irak es el mayor crimen cometido contra la humanidad, los seres humanos y la paz. Lo que hace Estados Unidos muestra que desprecia a la humanidad''.
 
La Organización de la Conferencia Islámica describe a Estados Unidos y a sus aliados como ''un teatro de violadores flagrantes de los derechos humanos bajo el disfraz de unas cuantas justificaciones que se tambalean''.
 
El representante de la UNESCO, Pierre Sane, (ex jefe de Amnistía Internacional) dice: ''...La lucha contra el terrorismo...ha conducido al ascenso de la intolerancia basándose en imágenes de enemigos, estereotipos negativos y abusos de los derechos humanos''.
 
El Ministro de Justicia de Zimbabwe atacó ''la guerra sin sentido de Irak sin consideración alguna hacia los derechos humanos de los niños iraquíes indefensos, madres y padres'' -al tiempo que afirma que ''el color de la piel nutre tal enfoque de las relaciones internacionales''-.
 
Un gran número de portavoces defendieron no luchar contra el terrorismo para que no condujera a más terrorismo, se entiende, cuando no son ellos mismos los que amenazan con más terrorismo. El ministro de Exteriores iraní en funciones: ''La guerra en la región del Golfo Pérsico'', 'sólo alimenta el totalitarismo, que a su vez redunda en fundamentalismo' -un fenómeno al que llama ''un círculo vicioso de violencia”-. El ministro de Exteriores ruso en funciones dijo que la guerra ''conduce a un aumento de la amenaza global del terrorismo'', y el ministro de Exteriores de Sudáfrica habló acerca de estas 'medidas extremas', 'antidemocráticas', que llevan a ''otra guerra con todo su dolor y sufrimiento''.
 
Quizá el comentario más revelador de todos fuera el de Cuba. El Ministro de Asuntos Exteriores, Felipe Pérez, se reunió con casi 1000 delegados de todo el mundo con las siguientes palabras: ''Hay un peligro común al que todos nos enfrentamos: la tentativa de imponer una dictadura mundial al servicio de la poderosa superpotencia... Luchemos todos juntos para salvar la organización de las Naciones Unidas... Nuestro deber es luchar, y lucharemos''.
 
Las animadoras de la ONU, sin embargo, no están motivadas únicamente por la antipatía hacia Estados Unidos. El rechazo de la guerra contra el terrorismo por parte de muchos en la comisión de la ONU muestra una ausencia básica de valores compartidos aún mayor. La ONU carece de una definición común de terrorismo. La razón es la insistencia de los miembros de la Organización de la Conferencia Islámica y los de la Liga Árabe en que matar israelíes no cuenta.
 
O como  dijo la semana pasada el representante del ministro de Exteriores saudí, Torki Al-Kabeer: ''Deberíamos distinguir entre terrorismo y el derecho de los pueblos a resistirse a la ocupación'. Así que, ni siquiera después del 11 de Septiembre, la ONU ha sido capaz de adoptar una convención común contra el terrorismo.
 
La Comisión de Derechos Humanos del año pasado llegó a apoyar la opinión de la OIC. La comisión adoptó una resolución afirmando la legitimidad de la lucha armada por todos los medios disponibles -terrorismo suicida- contra Israel. Era de esperar que Francia, Rusia y China votaran afirmativamente, junto con miembros de la comisión también presentes en la lista de estados patrocinadores del terrorismo del Departamento de Estado: Cuba, Libia, Sudán y Siria.
 
En los pasillos de la comisión hoy hay debates acerca de una sesión especial de Estados Unidos, y acerca de una resolución que condene las violaciones de derechos humanos de Estados Unidos.
 
Los delegados norteamericanos están a la defensiva, teniendo que bregar con el tema de la fuerza de su respuesta, en lugar de tratar de hacer una contribución constructiva de alguna naturaleza.
 
Hacia el fin de semana, la cuestión de la relevancia de Naciones Unidas se habrá extendido más allá del Consejo de Seguridad de la ONU, hasta la Comisión de Derechos Humanos. O, en la clásica declaración británica de Bill Rammell en privado: ''La credibilidad de la comisión está hoy en tela de juicio''.

Anne Bayefsky es Profesora en la Universidad de York, Toronto, Canadá. Ha recibido el premio de investigación del gobierno canadiense en derechos humanos, “the Bora Laskin National Fellowship in Human Rights Research”.