La izquierda mediática se despeña

por Ana Ortiz, 21 de junio de 2010

 
Si alguien hubiera dicho algo así hace un par de años nadie lo hubiera podido imaginar. En estos días hemos sabido que los medios diseñados ex profeso para servir de altavoz al inquilino de la Moncloa, están suspensión de pagos. Sí, el todopoderoso Grupo Mediapro, (Público, La Sexta) que desde la primera legislatura de Rodríguez Zapatero en Moncloa no había dejado de crecer como la espuma, ahora no tiene liquidez y se presenta ante un “concurso voluntario de acreedores”.

La causa: un escrito presentado por PRISA el lunes 14 de junio, en el que le comunicaba que no le pagará los cerca de cien millones de euros que corresponden al contrato por derechos de emisión de la Liga de Fútbol. A Jaume Roures no le han dolido prendas para despacharse ante esta operación. Afirma que “Sogecable, por el afán de destruirnos o porque no tiene dinero, no paga lo que nos tiene que pagar. Frente a esto, hemos hecho un movimiento defensivo que nosotros creemos que no tiene ningún impacto”.
A juicio de Roures, hay más gente que tiene la culpa de su situación. No, en esta ocasión, no es José María Aznar, como usted está pensando. En esta ocasión son sus “primos hermanos”: los medios de la derecha extrema, como los califica el dueño de Mediapro, que están haciendo una campaña contra su Grupo.
Pero, una vez pasado el primer impacto de la noticia, solo repesar la historia que desde el GEES hemos ido desgranando a lo largo de estos años (1), nos lleva a pensar que el calvario por el que está pasando el Grupo de Jaume Roures era algo que podía pasar, si atendemos a la esencia de la operación. Zapatero quiso tener su propio vocero, libre de ataduras pasadas con la vieja guardia del PSOE. Para ello, nada mejor que favorecer el crecimiento de otro grupo de comunicación plenamente afín, haciendo de menos, a su vez, al catecismo del PSOE, es decir, al Grupo PRISA… aunque no del todo, por aquello de guardar las formas.
Primero se crearon las condiciones legales necesarias para el nacimiento de otros medios, como el diario Público o La Sexta. El papel del marido de la actual ministra de Defensa, Miguel Barroso, fue clave. Dejó todo atado y bien atado… y abandonó su cargo de secretario de Comunicación de Moncloa unos meses antes que la Ley de medidas urgentes para el impulso de la televisión digital terrestre, de la liberalización de la televisión por cable y de fomento del pluralismo viera la luz. Un hombre cuya influencia en Moncloa le ha valido el sobrenombre de “ministro en la sombra”.
Nada importó que otros medios de comunicación se pusieran en pie de guerra, cuando el Gobierno Socialista hablaba de adelantar el apagón analógico, mientras concedía licencias en sistema convencional a Mediapro y a Prisa, que propició el nacimiento de La Sexta y Cuatro. Nada inmutó el gesto del presidente Zapatero cuando PRISA y algunos de sus más allegados amigos- Felipe González a la cabeza- empezaran a hablar del “fuego amigo”, ante la romería de paseos, reuniones y viajes que algunos hacían con demasiada asiduidad al despacho presidencial.
Nada importó al inquilino Moncloa que el Grupo PRISA tuviera serias dificultades para mantener Digital +, a cuenta de los derechos del fútbol, que hoy, han puesto la puntilla al magnate catalán, autodenominado “troskista”, fiel a los postulados de ERC y la PSC, pero que circula en helicóptero, según dicen.
Nada borró la sonrisa de Zapatero cuando el verano de 2009, con “premeditación y agostidad”, como le dimos en llamar en el GEES (2), se promulgó el Real Decreto que daba vía libre para acelerar el apagón analógico de acuerdo a la hoja de ruta marcada por Roures, que ya se había hecho con el Canal Gol TV y que pedía a voces TDT de pago.
Nada desvió del camino del actual presidente del Gobierno Socialista cuando todos supimos que el Grupo Mediapro se había hecho con la producción de buena parte de los programas de RTVE- televisión pública pagada de nuestros bolsillos- producción para el Canal 24h, producción para el Canal Internacional y hasta el canal interno del Congreso de los Diputados.
Incluso, la producción cinematográfica apoyada por Mediapro, en línea con los postulados y artistas afines al nuevo régimen, no hizo pestañear a Zapatero.
Ante la impotencia de muchos y la atónita mira de otros tantos, Mediapro ha crecido a un ritmo vertiginoso…hasta que la crisis de su principal enemigo le ha estallado en el corazón de sus finanzas.
La situación del Grupo de La Sexta y Público es un ejemplo más de la política seguida por Rodriguez Zapatero durante sus seis años de mandato, tejida a golpe de sectarismo, capricho, conveniencia política y chequera, donde la visión de Estado y el interés general de los españoles ha brillado- y brilla- por su irresponsable ausencia. Una política tejida al amparo del superávit encontrado en las arcas del Estado, gracias al buen hacer del equipo económico de Aznar y de los españoles, que supimos estar a la altura de lo que se nos pedía: hacer País, hacer Nación, hacer Estado, hacer España… conceptos discutidos y discutibles que este Gobierno, con Zapatero a la cabeza, ha disuelto como un azucarillo en agua caliente.
El GEES publicaba estos días un interesantísimo editorial titulado “La izquierda se descompone” (3). El ejemplo de Mediapro es uno más… ¿quién será el siguiente de la lista?
 
 
(1)   Quién informa en España: la disputa en favor del César:
(2)   TDT de pago: con premeditación y “agostidad”: http://www.gees.org/articulos/tdt_de_pago_premeditacion_y_“agostidad”_6717