La esquizofrenia socialista

por Rafael Ortega González, 3 de abril de 2007

En la lucha entre lo que pide el corazón y lo que recomienda el cerebro ganó el corazón revolucionario que aun late en gran parte de la progresía, una revolución bañada en champán, noches de caviar, coches de gran cilindrada y chalets en zonas privilegiadas.
 
El pasado sábado 17 de marzo, el Partido Socialista, encabezado por algunos de sus principales cargos, como el candidato a la Alcaldía de Madrid, Miguel Sebastián (conviene aclararlo porque sólo por su nombre no le conoce nadie), Pedro Zerolo, Cándido Méndez, Rafael Simancas, junto son sus socios parlamentarios y un escaso público, se manifestaron una vez más a favor de los que día a día asesinan en Irak a los iraquíes (la mayor parte de las víctimas del terrorismo iraquí son iraquíes), de los que asesinan a tropas norteamericanas y de los que asesinan a tropas británicas. Y hablo del PSOE ya que son los principales cargos de ese partido (como José Blanco), los cargos representativos los que sostienen y han apoyado esta postura.
 
La manifestación fue seguida de un acto aun más grave para las relaciones internacionales si cabe, una “manifestación” de diputados delante del Congreso el pasado martes 20 de marzo, sí, diputados pidiendo la salida de las tropas extranjeras de Irak.
 
Estas manifestaciones, en realidad, no se hacen como respuesta a una posible preocupación por la situación del pueblo de Irak, que no importa lo más mínimo como no les importaba cuando Sadam Hussein asesinaba a los habitantes de Irak, o se enriquecía mientras su pueblo moría de hambre, sino con vistas mucho más cercanas, con vistas a las elecciones municipales. Como se hizo antes del 14 de marzo, se vuelve a enarbolar inconscientemente la bandera anti-americana y anti-judía para tapar las vergüenzas interiores, con el fin añadido de eclipsar la exitosa manifestación del sábado anterior en contra de la actitud del gobierno de Zapatero en lo referente a ETA.
 
Estas no son más otras muestras del anti-occidentalismo del PSOE y su obsesión con eliminar al PP y a sus militantes de cualquier puesto antioccidental. Era una manifestación personificada, como de costumbre, contra los Estados Unidos y contra Israel. Es evidente que en esa manifestación no había sólo socialistas o comunistas, los lemas son compartidos por la ultraderecha y los neonazis, ambos extremos unidos en su odio hacia Estados Unidos e Israel. En todas estas demostraciones la táctica del calamar, se limitaba la protesta convenientemente a la ocupación de Irak[1], no se hablaba de la ocupación de Afganistán (tropas enviadas por el PSOE) o las tropas desplegadas en el Líbano (también las tropas enviadas por el PSOE).
 
Hasta aquí nada que no se sepa, pero lo realmente preocupante es la situación de esquizofrenia colectiva que vive el Partido Socialista.
 
El PSOE y sus socios se manifestaban a favor de los “rebeldes” o “insurgentes” como les bautizaron los medios voceros del gobierno, en un recordatorio de cuando la izquierda llamaba “lucha armada”, “banda armada” o “ejecución” al terrorismo de la banda terrorista ETA y a sus asesinatos, una situación que vuelve al día a día con la luna de miel de este gobierno y la banda asesina.
 
Conviene recordar que los que asesinan en Irak a sus compatriotas, a las tropas norteamericanas o británicas son los mismos que los que en Afganistán asesinan a tropas canadienses, británicas, norteamericanas, italianas, etc.; los mismos que asesinan en Israel a la población civil o secuestran militares. Los que asesinaron a los 5 agentes del CNI en Irak son los mismos que en Afganistán asesinaron a Idoia Rodríguez. Una simple aplicación de la propiedad transitiva[2] nos lleva a concluir que, en el fondo y paradójicamente, el sábado, el PSOE que envía tropas está apoyando moralmente a los que asesinan a estas tropas y causan estragos entre la población civil, pañuelitos incluidos.
 
Y ese es sólo uno de los puntos de la esquizofrenia del PSOE, ya que estos dirigentes socialistas, que alguien se lo diga, compartían el griterío[3] de “Fuera tropas de Afganistán”, “Fuera la OTAN de Afganistán” o “No a la ocupación de Irak y Palestina”. Es este mismo PSOE el que por la mañana habla de imperialismo y ocupación y por la tarde es el fiel aliado, este partido es capaz de ser al mismo tiempo el más pro-americano a la vez que “anti-yankee”, el más pro-israelí, a la vez que anti-sionista, el más pro-británico, a la vez que habla de los “hijos de la Gran Bretaña”.
 
Resulta curioso, cuando no patético, encontrarse con que, mientras el partido intenta humillar e insultar a todo lo que recuerde a Estados Unidos o sus aliados, intentando incluso proponer que George Bush, Tony Blair y José María Aznar sean juzgados por crímenes (en concreto José Blanco, Secretario de Organización), corren luego a enviar emisarios a embajadas y consulados, a actos de asociaciones de amistad con los países denigrados, a intentar copar todos los asientos en cuantas conferencias, ceremonias y actos tienen lugar, con el único fin de vetar y perseguir, como no podía ser menos, a cualquier referencia o representación del Partido Popular, lucha en la que cuentan con alguna inestimable ayuda de algún que otro funcionario español (no del país de la delegación diplomática), secuestrado por una especie de Síndrome de Estocolmo o más fiel a la su corazoncito ideológico que buen profesional, que llega a extremos de consultar listas de invitados con personas afines al progresismo a fin de que se de el visto bueno y se elimine a “elementos” no bien vistos la progresía, es decir, al PP[4].
 
Sería de esperar que manifestaciones como las de este mes, y las que se han producido anteriormente, y las que se producirán, abran los ojos en alguna delegación, hagan entender que esa aparente “conversión” a lo occidental no es más que parte de la lucha anti-Partido Popular y no tienen otro fin que ocupar espacios en su lucha contra el Partido Popular.
 
Esa esquizofrenia que les lleva a enviar tropas y pedir al mismo tiempo su retirada, o insultar a países occidentales y al mismo tiempo intentar aparentar ser sus aliados, o expresar apoyo a pueblos y al mismo tiempo manifestarse a favor de quienes les matan, o pretender juzgar a José María Aznar, George Bush y Tony Blair como criminales mientras dejan libre a Otegi, De Juana Chaos o permiten la resurrección de Batasuna, asistir a funerales y negociar con los que asesinan. Los que llaman “dictadores” al Partido Popular añoran a Sadam Hussein, se hacen fotos con Chavez o Fidel Castro o Evo Morales. Los artistas que escupen a la bandera de las Barras y Estrellas corren luego a Hollywood a suplicar algún papelito y alguna invitación a fiestas donde se mezclaran con la “denigrante industria del imperialismo cultural yankee”.
 
Los progres (muchos de ellos con pasado de camisa azul y yugo y flechas) que se autoerigen en la libertad personificada no tienen problemas en expulsar y perseguir a periodistas o medios de comunicación por criticar al pensamiento único y eterno del progre, o persiguen en sus trabajos a quienes osan expresar ideas discrepantes. Los que se dicen socialistas y obreros nadan en coches de gran cilindrada, son los ídolos de las mayores fortunas y no dudan en enfrentarse a la Comisión Europea (ellos, que son Europa en sí mismos) con el fin de manipular una operación empresarial a fin de que se beneficien los suyos y no dudan en cambiar las reglas económicas aunque eso suponga romper la seguridad jurídica y la confianza del mercado internacional en España.
 
Son los que están a la vez con el frente Polisario y con el Gobierno de Marruecos; que están a favor de los homosexuales al mismo tiempo que apoyan el islamismo radical que los lapida; el que está a favor de la igualdad de la mujer y mira a otro lado ante el avance de ideologías que consideran a la mujer poco menos que como a un animal.
 
Es una suerte que el occidente democrático ganara la lucha contra el nazismo, es una suerte que el occidente democrático ganara la lucha contra el comunismo, y será una suerte cuando con toda seguridad gane también la lucha contra el fundamentalismo y contra el terrorismo. Y es de desear que así sea por el bien y el futuro de todos, incluso, de aquellos que se manifiestan a favor de sus verdugos.
 
El grado de involución democrática ha llegado a extremos insostenibles. Hasta ahora el pueblo llano era, con mucho, más tranquilo y calmado que los que poblaban hemiciclos, pero incluso eso está cambiando. Ese ciudadano está preocupado por dificultades cotidianas como la seguridad, la subida de los precios y de las hipotecas (su economía, no la de las grandes fortunas) la educación. Y para que ese ciudadano no pida responsabilidades por la incompetencia de los gobernantes a la hora de resolverle sus preocupaciones se le bombardea a través de los medios afines supuestos con problemas aparentemente trascendentales para su vida, pero que sencillamente no existían y al ciudadano no le importaban, han sido inventados. Si usted no llega a final de mes, la respuesta es Irak; si usted tiene inseguridad, la respuesta es Estados Unidos; si sus condiciones laborales van de mal en peor, la respuesta se Israel.
 
El Partido Socialista sufre de esquizofrenia por la actitud de la nueva hornada de dirigentes, que apartó a los más moderados y encumbró a antiguos comunistas y socialistas más radicales a asumir unas posturas ideológicas que nunca compartieron pero que fingen abrazar (el voto centrista es necesario). El resultado es un partido que es radical intentando dar imagen de centrista, algo absolutamente imposible. En la lucha entre lo que pide el corazón y lo que recomienda el cerebro ganó el corazón revolucionario que aun late en gran parte de la progresía, una revolución bañada en champán, noches de caviar, coches de gran cilindrada y chalets en zonas privilegiadas.
 
Esta nueva hornada de progres ha roto al Partido Socialista, esta hornada dirigente huye hacia delante con desesperación, intentando cubrir con cortinas de humo los vacíos ideológicos y la ineficacia. Cortina de antiamericano, de pro-palestino, de anti-occidental, de enfocar al Partido Popular como antesala del infierno.
 
Esta esquizofrenia está causando muchos damnificados que esperan en la sombra. Veremos lo que pasa en caso de descalabro electoral en las municipales y autonómicas (aunque Moncloa está poniendo en marcha todo tipo de maquinaria para evitarlo, el fin justifica los medios), veremos lo que tardan en salir barones que han preferido retirarse para no verse arrastrados al vacío, lo que tardan federaciones regionales ninguneadas en lanzarse a hacer leña del Zapatero caído.
 
Mientras tanto se están abriendo muchas Cajas de Pandora que no sabemos cómo podremos cerrar, ni si quiera tenemos la seguridad de que tengamos la oportunidad de intentarlo.

 
 
Notas:


[1] Conviene recordar, como recordó el diputado y portavoz del PP, Gustavo de Arístegui que la intervención de las tropas españolas en Irak  “contaba con la cobertura de Naciones Unidas a través de las resoluciones 1483, 1500, 1511 y 1547”
[2] Si A implica B y B implica C, entonces A implica C. Nota para los que han tenido la desgracia de estudiar algún plan moderno de educación.
[3] http://www.abc.es/20070317/madrid-madrid/madrid-manifiesta-contra-guerra_200703171824.html
[4] Se eliminan de listas, se avisan tarde, se “olvidan” de avisar, se eligen fechas en función de la disponibilidad de “ellos”. Hay mil y un trucos.