La España dignada

 

Ha costado siete años, pero finalmente los españoles han puesto punto y final a la era Zapatero, unos largos años donde el socialismo español nos embarcó en un rumbo de destrucción de España. En lo económico, en lo institucional, en lo social y en lo que es España en el mundo. Ha llegado la hora del cambio. Seguir como hasta ahora era suicida.

 

El reto de Mariano Rajoy ahora es el de devolver la dignidad a España, en lo interno y en lo externo. Devolver a los españoles la confianza perdida en nosotros mismos y en recuperar la imagen de seriedad y credibilidad ante nuestros socios y aliados. No va a resultarle fácil.

 

España está más sola y aislada que nunca gracias a las extravagancias socialistas. Europa nos ve como un problema del que hay que protegerse y nuestra voz es apenas escuchada; América, presa de sus propias tensiones, nos ignora como aliado estratégico y nos trata como Estados Unidos trató a Franco, con un desdén sólo atenuado por intereses militares concretos.

 

Los mimbres internos tampoco ayudan. No sólo una economía en declive, poco competitiva y dependiente del tirón –o parón- de Alemania, sino una España logsizada que ha tendido a hacer de nuestros hijos unos auténticos analfabetos funcionales y de la juventud en general una generación desalmada. Palabras como sacrificio, esfuerzo, valor, entrega, trabajo bien hecho, respeto, autoridad, suenan totalmente extrañas en una España rendida al famoseo, al sueño dorado del pelotazo y a vivir de las intimidades de cada uno.

 

Se ha acabado el reinado de Zapatero, pero no todavía la noche del socialismo viviente. Limpiar a España de las lacras de la izquierda llevará tiempo. Pero es una terapia que hay que acometer cuanto antes. Austeridad frente a la crisis, pero también regeneración frente a la decadencia moral. La nueva España dignada posible con Rajoy.