¿Kofi Annán al rescate de Hezbolá?

por Anne Bayefsky, 30 de agosto de 2006

La Secretario de Estado americana Condolizza Rice está al borde de asestar al Presidente George W. Bush el peor desastre diplomático de su presidencia. Está decidida a acordar resoluciones de la ONU que atarán de manos tanto a Israel como a Estados Unidos en la guerra contra el terrorismo y, en particular, inhibirán cualquier acción futura contra su patrocinador estatal número uno - Irán.
 
La catástrofe es el proyecto del Secretario-General Kofi Annán, que en la práctica ha convertido Naciones Unidas en el ala política de Hezbolá. Rice y el Subsecretario de Estado para Asuntos Políticos Nicholas Burns trabajan furiosamente para satisfacer el calendario dictado por Annán, no para los intereses de Estados Unidos.
 
¿Cómo se convirtió Naciones Unidas en el foro para dar lugar a la paz entre Israel y sus vecinos, los cuales han rechazado la existencia del estado judío durante las seis últimas décadas? En las tres últimas semanas, una hydra de muchas cabezas de actores de la ONU se ha levantado para derrotar a Israel en el campo de batalla político con un desprecio sin precedentes al pilar central de la Carta de la ONU: el derecho de autodefensa.
 
Las resoluciones del Consejo de Seguridad existentes han exigido durante años que 'el Gobierno del Líbano extienda por completo y ejerza su autoridad única y práctica a lo largo del sur, [y] garantice un entorno tranquilo en el área, incluyendo a lo largo de la Línea Azul, y ejerza el control sobre el uso de la fuerza sobre su territorio y desde él'.
 
Una combinación de agresión iraní, apoyo sirio, e impotencia y malas intenciones libanesas han evitado activamente la implementación de las resoluciones existentes.
 
¿Pero cómo respondió la ONU a la agresión contra el estado miembro de la ONU de Israel, que fue lanzada una vez más desde territorio libanés y que hasta la presente fecha continúa? Acusando a Israel de crimen, genocidio en masa, crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad, ataque deliberado contra niños, y racismo. Los actores de la ONU han negado incluso que Hezbolá sea una organización terrorista y la comparan con los movimientos de resistencia anti-Nazi. En las tres últimas semanas, hemos escuchado:
 
·                    Al Secretario-General Kofi Annán: El 'uso excesivo de la fuerza por parte de Israel ha de condenarse'; Israel ha 'hecho trizas el país... El desproporcionado uso de la fuerza por parte de Israel y el castigo colectivo del pueblo libanés deben cesar'.
 
Israel es 'aparentemente' culpable del asesinato de soldados de la ONU. Los soldados de UNIFIL fueron abatidos por Israel después de que respondiera a ataques de Hezbolá contra civiles israelíes. Solamente unos días antes de morir, uno de los soldados había informado de que las acciones cercanas de Hezbolá significaban que la respuesta de Israel 'no había sido deliberada, sino que se debía a la necesidad táctica'. Pero sin ninguna investigación, Annán lo llamaba instantáneamente 'un objetivo aparentemente deliberado' - una acusación de la que tiene aún que retractarse.
 
Israel 'ha cometido graves violaciones del derecho humanitario internacional' y 'ha provocado, y está provocando, muerte y sufrimiento a una escala completamente inaceptable'.
 
·               Al Secretario-General en funciones, Mark Malloch Brown: Hezbolá, la filial iraní que actualmente luchar contra Israel, no es una organización terrorista. 'No es útil encuadrar esta guerra en el lenguaje del terrorismo internacional', decía Malloch Brown, afirmando que Hezbolá es 'una entidad completamente separada y distinta de al-Qaida'.
 
·               A Jan Egeland, Sub-Secretario-General de Asuntos Humanitarios y coordinador de la ayuda humanitaria de emergencia: 'El uso excesivo y desproporcionado de la fuerza por parte de las Fuerzas de Defensa israelíes... debe cesar'.
 
·               A Louise Arbour, Comisionado de Derechos Humanos de la ONU: en comentarios que Arbour dirigía a Israel, decía: 'el bombardeo de lugares de significado presuntamente militar, pero que resulta invariablemente en la muerte de civiles inocentes, es injustificable', sugiriendo que Israel perpetraba 'crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad' por violar 'la obligación de proteger a los civiles durante las hostilidades'.
 
·               A Radhika Coomaraswamy, representante especial del Secretario-General de la ONU para asuntos de la infancia y conflicto armado: En comentarios dirigidos 'ecuánimemente' a Israel y Hezbolá, Coomaraswamy 'condenaba firmemente los ataques repetidos contra civiles, y especialmente contra niños, observando la total falta de respeto a las vidas de los niños que ha estado presente en el conflicto desde su inicio'.
 
·               A Ann Veneman, director ejecutivo de UNICEF: Veneman afirmaba que Israel está involucrado en 'el ataque continuo de civiles, particularmente niños'.
 
·               A Agha Shahi, miembro paquistaní del Comité de la ONU para la Eliminación de la Discriminación Racial: '¿Habría recurrido Israel al bombardeo de infraestructura civil si estuviera luchando contra una fuerza no-árabe? Fue una guerra entre distintos grupos étnicos, los árabes y los judíos'.
 
·               A Jose Fransisco Calitzay, miembro guatemalteco del Comité de la ONU para la Eliminación de la Discriminación Racial: Comentando los sucesos del Líbano, Calitzay decía 'el genocidio en masa es el nivel más alto de racismo que puede existir, y debieran evitar eso en el avance del presente caso'.
 
·               A Mahmoud Aboul-Nasr, miembro egipcio del Comité de la ONU para la Eliminación de la Discriminación Racial: Aboul-Nasr 'tiene objeciones a la designación de Hezbolá como organización terrorista. Hezbolá no es una organización terrorista; es un movimiento de resistencia que lucha contra la ocupación extranjera, igual que lo lleva haciendo desde la Segunda Guerra Mundial'.
 
En pocas palabras, la ONU - que hasta la fecha no puede definir el terrorismo - no llega en ayuda de un miembro de la ONU bajo ataque de una de las principales organizaciones terroristas del mundo. Llega en ayuda de los terroristas que intentan evitar que el estado miembro ejerza su derecho a responder.
 
Las Convenciones de Ginebra afirman claramente que los combatientes tienen prohibido utilizar civiles como escudos humanos, pero si lo hacen, la presencia de civiles no hace inmune el área a las operaciones militares. Soldados y civiles israelíes están pagando con su vida a diario como consecuencia de los esfuerzos de Israel por evitar la acción desproporcionada - un dramático ejercicio de contención adoptado para reducir las bajas civiles libanesas.
 
Pero ante la predilección obvia de la ONU por destruir el bienestar de Israel y los intereses de la política exterior americana, ¿a quién ha recurrido la Secretario Rice para cambiar las cosas? ¡A Naciones Unidas!
 
El resultado ha sido tan predecible como desastroso. El ataque verbal de la ONU contra Israel se acompaña de una agenda política de 3 puntos. La ONU intenta:
 
1.                  proteger a Hezbolá de más ataques israelíes,
2.                  dar lugar a una victoria política para Hezbolá entregándoles el premio territorial de las granjas de Shaba, e
3.                  incrementar la presencia, el control y la supervisión de la ONU del conflicto árabe israelí.
 
Cada elemento de esta agenda queda satisfecho en la presente resolución, que forma parte de la intención declarada de una segunda resolución a continuación (parte de la cual puede acabar incorporada).
 
La resolución pide 'un cese total de las hostilidades' y 'el cese inmediato de todas las operaciones militares ofensivas por parte de Israel'. ¿Qué operaciones militares ofensivas? ¿Se ha implicado Israel en alguna operación militar ofensiva, y no de naturaleza defensiva?
 
La resolución reintroduce la noción de que Israel ocupa territorio libanés, pidiendo acción en 'áreas donde la frontera está en disputa o es difusa, incluyendo la zona de las granjas de Shaba'. Aunque la resolución no menciona a los estados que son parte de la disputa, dejando la posibilidad de disputa territorial entre Siria y el Líbano, Siria no aparece mencionada. Teniendo en cuenta que los únicos estados mencionados en la resolución son Israel y el Líbano, o el tema de la presencia en las granjas de Shaba significa que territorio libanés está ocupado por Israel (lo que es contrario a la determinación de la ONU en el pasado) o el papel de Siria a la hora de armar a Hezbolá está siendo recompensado por la ONU hoy.
 
La resolución sobre la presente crisis afirma que el Consejo de Seguridad 'expresa su intención... de autorizar una resolución adicional bajo el Capítulo VII de la Carta con el despliegue de una fuerza internacional bajo mandato de la ONU para... contribuir a la implementación de un alto el fuego permanente y una solución a largo plazo'.
 
Pide la implicación renovada de UNIFIL, las tropas de la ONU que se quedaron mirando mientras Hezbolá se rearmaba y planeaba su mortal asalto contra un estado miembro de la ONU durante los seis últimos años.
 
Tal fuerza internacional ha de estar autorizada bajo una resolución del Capítulo VII por primera vez - una resolución vinculante que puede implementarse a través de sanciones por el uso de la fuerza - en la historia del conflicto árabe israelí. En otras palabras, la Secretario Rice ha aprobado una fuerza de monitorización autorizada por la ONU que tiene también sus miras en Israel, junto con la afirmación de que Israel está implicado actualmente en operaciones 'ofensivas'.
 
La misma ONU que acusa de Israel de crímenes y odiosas violaciones del derecho internacional es ahora encargada de juzgar el cumplimiento de un instrumento legalmente vinculante que pretende definir los términos y las condiciones de la autodefensa de Israel. La idea original de una fuerza del Capítulo VII era que desarmar a Hezbolá se acompañase de una presencia seria de la OTAN. El presente texto es el peor de ambos escenarios - una fuerza completamente rebajada con control considerable de la ONU, con un mandato del Capítulo VII que puede volverse rápidamente contra el chivo expiatorio de la ONU - Israel. Además, el texto de la resolución:
 
·No pide en su sección operativa la liberación inmediata de los soldados israelíes.
 
·Introduce la noción de que todos los presos libaneses detenidos en Israel - sin que importen sus crímenes - serán el quid pro quo de la liberación de los israelíes, y habla solamente de asistencia financiera y humanitaria exclusivamente al pueblo libanés, al tiempo que ignora compensaciones como ayudas para el millón de israelíes en refugios aquí bombardeos a lo largo de las tres últimas semanas y los 300.000 desplazados.
 
·Presta credibilidad a otro agravio prefabricado, el retorno por parte de Israel de 'los restantes mapas de minas en el Líbano' - aunque Israel ha devuelto los mapas de minas antiguas hace años, y no menciona que Hezbolá proporcione a la ONU los mapas de campos de minas nuevas recién colocadas.
 
·Mejora la posición de Kofi Annán para juzgar a Israel extendiendo una invitación abierta a  informar al Consejo de Seguridad continuamente acerca de cualquier acción que él crea que 'afectará perversamente a la búsqueda de una solución a largo plazo'.
 
·No menciona el terrorismo o a 'Hezbolá' ni siquiera una vez, por no decir afirmar que Hezbolá es directamente responsable de las bajas civiles que promueve de manera cínica.
 
·Omite por completo cualquier referencia a Irán o Siria, como si incluir a la fuente de armamento y los jefes de Hezbolá fuera demasiado sensible.
 
Solamente habrá un resultado de esta maniobra - la dotación de poder a los terroristas cuyo objetivo último es Estados Unidos, Israel y todos los valores democráticos. La creencia por parte de la Secretario Rice de que existe una convergencia real entre la agenda de Naciones Unidas y la política exterior americana en la era del terrorismo es un error profundo de juicio por el que las sociedades democráticas de todo el mundo se verán forzadas a pagar un elevado precio.

 
 
Anne Bayefsky es profesora de la Facultad de Derecho de Columbia especializada en Derecho internacional y la convención de derechos humanos, y es miembro permanente del Instituto Hudson. Fue la primera mujer en doctorarse simultáneamente en dos universidades, la Universidad de Toronto y la Universidad de Oxford.