Irak: preguntas frecuentes

por James Phillips, 8 de agosto de 2007

(Publicado en The Heritage Foundation, 24 de julio de 2007)

Hay muchos conceptos erróneos sobre la guerra que distorsionan el debate actual sobre la política de Estados Unidos en Irak. Mientras aquellos que buscan puntuar políticamente, intentan a menudo reducir la guerra a simples eslóganes y/o posiciones estratégicas, la situación en el terreno es compleja y no es descrita adecuadamente en debates llenos de lemas o de retórica de campaña electoral. La guerra en Irak es ahora un frente importante en la guerra global para combatir a Al Qaeda y es vital para el resultado de las iniciativas de Estados Unidos para hacerle frente a Irán. Al mismo tiempo, Irak es el sitio donde se está desarrollando una insurgencia sangrienta que amenaza con estallar en una verdadera guerra civil. Estados Unidos se juega mucho en este conflicto y una retirada en estos momentos provocaría graves consecuencias: violencia sectaria en masa, una catástrofe humanitaria y la creación de un estado fracasado que  serviría como trampolín a las fuerzas islámicas radicales para desestabilizar a estados vecinos y lanzar ataques terroristas contra una amplia variedad de objetivos incluyendo posiblemente alguno dentro de Estados Unidos. Como parte de un esfuerzo para fomentar un debate informado sobre la guerra en Irak y las consecuencias de perder esta guerra, este informe cubre los conceptos erróneos más comunes sobre la situación en Irak.
 
No encontramos armas de destrucción masiva (ADM) ni conexión directa con Al Qaeda. Sabiendo lo que ahora sabemos, ¿deberíamos haber invadido Irak?
 
Sí. El régimen de Sadam Hussein era una amenaza importante para los intereses americanos y para la región en su totalidad. Estados Unidos no estaba solo en la creencia de Sadam Hussein tuviese ADM, razón por la que el Consejo de Seguridad de ONU había adoptado más de una docena de resoluciones desde 1990 para obligar a su régimen a desarmarse, amenazándolo si no lo hacía con “serias consecuencias” e incluso autorizando a los estados miembros de la ONU a “la utilización de todos los medios necesarios” para obligar a Irak a acatar las resoluciones.
 
Aunque no se encontraron ADM, algunas pudieron haber sido enviadas a Siria en los convoyes de centenares de camiones que cruzaron la frontera justo antes de la intervención liderada por Estados Unidos y durante las primeras semanas de lucha. Por otra parte, se encontró misiles prohibidos dentro de Irak, una clara violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y del alto el fuego que terminó la primera guerra del Golfo en 1991. Y la amenaza para Estados Unidos no era solamente de ADM o de misiles. El régimen de Irak intentó asesinar al anterior presidente Bush durante su visita a Kuwait en 1993, apoyado por una amplia variedad de grupos terroristas contra aliados americanos, incluyendo a Israel y disparaba rutinariamente contra los aviones de guerra de Estados Unidos que hacían respetar las zonas prohibidas de vuelo. Durante su paso por el poder, Sadam invadió dos países, disparó misiles contra otros tres países, usó armas químicas ilegales contra su propia gente e Irán y dejó tras él por lo menos unas 300.000 víctimas en fosas comunes.
 
Derrocar a Sadam fue lo correcto. El hecho de que el Consejo de Seguridad de la ONU sigue autorizando la presencia militar de Estados Unidos en Irak es señal de que la comunidad internacional sigue deseando la presencia de Estados Unidos allí. Estados Unidos está mucho más seguro ahora, a pesar de todas las actuales dificultades, porque se ha librado para siempre de la amenaza potencial que planteaban los programas de ADM de Sadam, los cuales habrían podido rehacerse fácilmente si su régimen hubiese sobrevivido.
 
¿Es Estados Unidos capaz de ganar la guerra en Irak y qué aspecto tiene la victoria?
 
Sí, la guerra en Irak se puede ganar. Ganar sería ayudar a los iraquíes a establecer un gobierno estable que sea un aliado en la guerra contra el terrorismo - a diferencia de un Irak con Sadam que era un enemigo en esa guerra. Esto sería una victoria importante. Es verdad que Irak será un lugar violento por muchos años. Pero algunas de las fuerzas que lo hacen violento - islamistas radicales y partidarios baazistas de Sadam - son enemigos jurados de Estados Unidos. Si les damos la espalda en este momento, su amenaza sólo crecerá.
 
Después de capturar con éxito a Sadam Hussein, ¿no debería centrarse Estados Unidos en encontrar a bin Laden en vez de intentar imponer la democracia en una sociedad que no la desea?
 
La guerra en Irak es un tipo de lucha distinto a la búsqueda de bin Laden. Requiere diversos recursos y una estrategia diferente. Ambas cosas se pueden llevar a cabo de forma simultánea, no son excluyentes. Estados Unidos ha estado centrado en capturar o matar a Osama bin Laden desde el 11-S. Eso no ha cambiado. Algunos opositores de la guerra en Irak argumentan que centrarse en Irak desvió la atención de la búsqueda de bin Laden. Pero bin Laden ya se había escondido refugiándose en la frontera afgano-pakistaní 18 meses antes de la guerra de Irak. No hay razón para creer que Osama bin Laden habría sido capturado si no hubiese habido guerra en Irak. También es erróneo concluir que los iraquíes se oponen a la democracia. La mayoría de los iraquíes quieren la democracia y cada vez han sido más los votantes en cada nueva cita electoral. Si Estados Unidos se retira de Irak antes de que tenga un gobierno estable capaz de defenderse por sí mismo, tipos como bin Laden contarán con un refugio seguro desde el cual atacar a Estados Unidos otra vez.
 
¿Por qué los soldados de Estados Unidos deben perder la vida librando la guerra civil de otro país?
 
Nuestro enemigo, Al Qaeda, busca provocar una guerra civil bombardeando mezquitas y santuarios chiítas. Si nos vamos y permitimos que los terroristas de Al Qaeda tengan éxito, convertirán Irak en una base para atacarnos, al igual ellos convirtieron Afganistán en una base para atacarnos. La administración Clinton decidió que Estados Unidos no tenía nada que hacer en la guerra civil de Afganistán en los años 90. Solamente después que los talibanes permitieron que Al Qaeda operase desde su territorio es que descubrimos - demasiado tarde - que sí teníamos intereses allí. Un Irak talibanizado sería como un Afganistán anabolizado y alimentado con las ganancias petroleras iraquíes. Estados Unidos  no puede permitir esto.
 
¿Cómo puede uno llamar a esto de todo menos guerra civil?
 
Aunque Al Qaeda intenta provocar una guerra civil, Irak no está en una verdadera guerra civil. El conflicto actual es una lucha por el poder entre un gobierno elegido y muchas organizaciones diversas que intentan imponer sobre otros sus opiniones totalitarias usando la violencia. La mayoría de iraquíes desea ver el fin de las hostilidades y apoyar al gobierno. Tampoco es inevitable que explote una verdadera guerra civil. Si sucediese, no obstante, esa guerra será mucho más violenta que el actual conflicto. Evitar que eso suceda es crucial para la seguridad de Estados Unidos a largo plazo. Está en el interés nacional de Estados Unidos evitar que Irak se convierta en un estado fallido donde Al Qaeda  y otros grupos terroristas prosperen y construyan bases desde donde puedan lanzar sus ataques.
 
Las encuestas demuestran que más de la mitad del pueblo iraquí quiere que nos vayamos. ¿No deberíamos respetar su deseo?
 
La mayoría de iraquíes desea una mejora en su situación de seguridad y algunos creen equivocadamente que una retirada de las tropas norteamericanas ayudaría a mejorar la seguridad de alguna manera, quizás porque piensan que sus milicias locales podrían hacer un trabajo mejor. Pero potenciar milicias rivales socavaría finalmente la seguridad de todos los iraquíes. Washington debe respetar los deseos del gobierno que los iraquíes eligieron y cooperar con él para restaurar la seguridad. Las tropas norteamericanas no deben irse hasta que el gobierno de Irak sea lo bastante fuerte como para proteger a los iraquíes contra insurgentes y terroristas.
 
¿No es hora ya de que el gobierno y el ejército iraquíes asuman el control?
 
El gobierno y el ejército iraquíes están asumiendo gradualmente el control de Irak pero siguen siendo demasiado débiles para encargarse del país entero. Darles demasiado para que lo hagan demasiado pronto sería arriesgarse a caer en una situación peor. Estados Unidos ha entrenado y equipado a 346.000 iraquíes en las fuerzas armadas (152.000) y en las fuerzas policiales (194.000). Las fuerzas de seguridad iraquíes están constantemente mejorando y llevando a hombros una mayor parte de la responsabilidad. Participan en la mayoría de las operaciones militares de la coalición y sufren mayores bajas que las fuerzas norteamericanas.
 
¿Qué se puede hacer para acelerar la retirada de las tropas de Irak?
 
Cuanto más pronto se entrene, se equipe y sean capaces de operar de forma autónoma las tropas iraquíes de seguridad, más pronto podrán irse las tropas de Estados Unidos. Una mayor participación árabe sunní en el gobierno iraquí también ayudaría a minar el apoyo sunní a la insurgencia y fortalecería al gobierno, permitiendo retirar las tropas norteamericanas más rápidamente. Aún no está muy claro exactamente cuándo las tropas de Estados Unidos puedan retirarse sin arriesgar un revés a la seguridad de Irak y a los intereses nacionales de Estados Unidos. Probablemente hará falta tener tropas de combate por lo menos otros tres años más, en cantidad decreciente pero de forma gradual y hará falta que los asesores se queden durante mucho tiempo para que ayuden en el entrenamiento de las fuerzas de seguridad iraquíes y brindarles el apoyo necesario.
 
¿Cómo han afectado nuestras acciones en Irak las relaciones con otras naciones?
 
Las acciones de Estados Unidos en Irak han complicado las relaciones con algunas naciones. Eso no convierte esas acciones en menos necesarias o importantes. El Consejo de Seguridad de la ONU continúa apoyando la misión de Estados Unidos y de las fuerzas de la coalición en Irak; el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon advirtió recientemente que una retirada prematura de las tropas norteamericanas tendría consecuencias desastrosas. Entre los vecinos de Irak, solamente las dictaduras de Irán y Siria desean ver una pronta retirada de Estados Unidos. Washington debería lanzar una campaña de diplomacia pública para explicar a los gobiernos y a la gente de otros países que los esfuerzos americanos para estabilizar Irak son esenciales para la protección del pueblo iraquí contra terroristas despiadados que intentan exportar revolución y atentados suicidas mucho más allá de las fronteras de Irak.
 
¿Y después de Irak, qué? ¿Qué amenazas tendremos que enfrentar?
 
Las dos amenazas clave de Oriente Próximo son Irán y Al Qaeda. Ambos tienen todas las de ganar si Estados Unidos retira prematuramente sus fuerzas de Irak. Al Qaeda se vería libre para instalar bases exportadoras de terrorismo a los vecinos de Irak y a otros objetivos alrededor del mundo. Irán se convertiría en la influencia foránea dominante en Irak. Terminar la labor en Irak trabajando para construir un gobierno estable que sea un aliado en la guerra contra Al Qaeda y que ayude a contener a Irán servirá para que Estados Unidos pueda enfrentar amenazas futuras.


 

 
 
James Phillips es investigador especializado en estudios de Oriente Próximo del Instituto Kathryn and Shelby Cullom Davis para Estudios Internacionales de la Fundación Heritage.
 
 
©2007  Traducido por Miryam Lindberg