Historia, evolución y características del yihadismo en España

por GEES, 30 de diciembre de 2016

Durante el año 2016, Europa ha sufrido tres grandes atentados terroristas: los atentados de Bruselas en marzo (35 muertos), los de Niza en Francia en julio (86 muertos), y los de Berlín en diciembre (12 asesinados). Pero además de estos macroatentados, el continente europeo ha seguido sufriendo durante este año una tendencia ya iniciada en años anteriores: la de los “pequeños ataques” de origen islámico. Durante el año 2016, otras diez personas han muerto en Europa en diversos ataques realizados esporádicamente, la mayoría degolladas, en ataques islamistas, en lo que podríamos denominar microterrorismos, el tipo de ataques que algunos países, como Israel, llevan soportando durante años.
 
España ha quedado milagrosamente al margen de ataques islamistas. En algunos casos la suerte ha impedido que nuestro país haya sufrido matanzas como la del pasado 19 de diciembre en Berlín. En otros casos, la labor de las Fuerzas de Seguridad, incluso con la “detención preventiva” de sospechosos de radicalismo ha abortado atentados en diverso grado de preparación.
 
Esta ausencia de peligro inminente ha abonado en la sociedad española la idea, a la que ya de por sí es tendente, de que es posible vivir al margen de la amenaza yihadista. En 2004, los españoles percibieron el 11M como un castigo -en algunos casos como un castigo “justo” a la política exterior de nuestro país. Desde entonces España juega en el exterior un papel secundario, y  lo que es peor, se ha extendido en la opinión pública, expertos y clase política una suerte de tabú sobre la lucha contra el terrorismo, que obsesivamente se trata de sacar del debate político y la discusión política, como hace el pacto antiyihadista. A nosotros, sin embargo, no se nos ocurre un tema sobre el que haya que discutir más y más abiertamente.
 
Para ayudar a paliar estas carencias y promover un debate que debe ser público, franco y abierto, el GEES ha trabajado en los últimos meses con expertos nacionales e internacionales para lograr un diagnóstico realista de la situación del terrorismo islámico en España, así como aportar formas de abordar esta amenaza. Fruto de esta reflexión es este primer informe, al que seguirán otros, sobre la historia reciente del terrorismo islamista en España.
 
Del presente informe se desprende una verdad incómoda: España ya no es la base de operaciones neutra que podría ser antaño. Nuestro país es, al igual que Alemania, Francia o Gran Bretaña, objetivo preferente de los grupos terroristas, se trate de Al Qaeda, ISIS o quien venga después. No sólo eso: el islamismo aspira a integrar Al Andalus en su soñado Califato, tal y como muestra la propaganda islamista que desde dentro y desde fuera de España se propaga por internet. La detención, en diciembre de 2016, de varios yihadistas en Madrid, según la policía dispuestos a atentar, muestra la inmediatez de la amenaza.
 
En consecuencia, podemos afirmar que cada vez hay más islamistas en nuestro país dispuestos a atentar contra los españoles. La desarticulación de células más o menos amplias, y de individuos cuando estaban planeando o preparando ataques en nuestro país es cada vez mayor: la tendencia es al alza.
 
Esto significa que la posibilidad de un atentado terrorista de gran intensidad en nuestro país a corto y medio plazo es alta; y en todo caso, se incrementa tal y como muestran las cifras de detenciones de los años 2015 y 2016.
 
En próximas entregas, el GEES abordará otros aspectos de la amenaza terrorista contra España, así como unas medidas de respuesta a la amenaza. El islamismo ha llegado al corazón de Europa, al que espiritualmente pertenece España, y ha llegado para quedarse. Lo cual no significa que no pueda lucharse contra él, desarticular sus células, encontrar a sus líderes, detenerlos o acabar con ellos.
 
El primer paso, no obstante es realizar un correcto diagnóstico de la situación. A ello sirve este informe.