Fieles a sí mismos

por GEES, 16 de noviembre de 2005

Nuestro Gobierno no pierde oportunidad para situarse en el bando contrario a la defensa de la libertad. Podemos criticar su osadía, su caos, su sentido de la improvisación y su escasa profesionalidad, pero nunca su falta de coherencia. Saben quiénes son y adónde van. Siempre que pueden buscan la complicidad de dictaduras y regímenes poco ejemplares para tratar de contener los efectos de la libertad, bien en su faceta política, bien en su expresión económica.
 
Cuando Estados Unidos y las grandes potencias europeas mantienen el bloqueo a la venta de armas a China -preocupados por el carácter hegemónico de su política exterior, el continuo desprecio a los derechos humanos y su espectacular rearme-, el Gobierno español valora al posible aliado en la campaña contra la globalización democrática y el mercado para nuestros productos. Lo primero es lo primero.
 
Mientras nuestro Gobierno se distanciaba un poco más de la corriente mayoritaria en Europa, estallaba la crisis entre México y Venezuela a propósito del Tratado de Libre Comercio de las Américas. Tan claro está para muchos de nosotros que la democracia y los mercados abiertos están en la base de la prosperidad y la justicia en Iberoamérica, como para nuestro gobierno que hay que frenar ambas tendencias. Con quien se encuentra cómodo el Reino de España es con el eje Castro - Chávez - Maradona - Kirchner. Un estado que fue modelo de transiciones a la democracia, un país que ha presionado durante años para que se aplicara el Consenso de Washington, es ahora respaldo diplomático de una involución hacia la pobreza y la chabacanería. Si podíamos estar orgullosos de nuestra positiva influencia en la región y de los buenos resultados logrados en los últimos años, ahora tendremos que asumir nuestra responsabilidad en la marcha atrás que los nuevos dirigentes populistas promueven.
 
Nuestros gobernantes carecen de un modelo de desarrollo. Se quedaron sin ideas hace tiempo. Sólo saben lo que quieren demoler, aunque ello implique el sufrimiento de millones de personas. El eje Castro - Chávez -Maradona - Kirchner no será capaz de crear una alternativa a la democracia liberal, pero tiene una enorme capacidad de destrucción.