Errores Humanos: la ONU no puede definir el terrorismo, por no decir enfrentarlo
por Anne Bayefsky, 30 de septiembre de 2004
Las relaciones Estados Unidos - ONU parecen plausiblemente complejas dada la debacle del Consejo de Seguridad tanto antes como después de la guerra de Iraq. Pueden reducirse, sin embargo, a un tema central: valores compartidos.
La Carta de la ONU hunde sus raíces en los principios esenciales de igualdad entre seres humanos, y entre naciones. La Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 explica los estándares universales de los derechos humanos. Estados Unidos, como miembro fundador, entendió que esos principios de los derechos humanos eran consistentes con los valores norteamericanos.
El fiasco de la ONU en Iraq exige una respuesta a la nada ambigua cuestión de cómo se han comportado los organismos de la ONU contra esos principios fijos e imprescindibles. ¿Es aún verdad que los norteamericanos pueden anticipar una agenda común?. Con la conclusión de la sesión anual de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, los resultados hablan por sí mismos.
La comisión es el órgano primordial de la ONU, responsable de la protección de los derechos humanos. La presidencia fue Libia. Sí, Libia. Además de Libia, otros tres estados de la lista del Departamento de Estado responsables de financiar el terrorismo son miembros -- Cuba, Sudán y Siria. El 15 de abril, la comisión adoptó una resolución que santificaba el uso de 'todos los medios disponibles incluyendo la lucha armada' -- lo que incluye el terrorismo suicida -- como táctica legítima contra israelíes. Solamente cinco países, incluyendo Estados Unidos, votaron en contra. El Reino Unido y Francia se abstuvieron, y Rusia la aprobó.
Más de un cuarto de las resoluciones de la comisión que condenan las violaciones de derechos humanos por un estado aprobadas durante los 30 últimos años se han dirigido contra Israel. Nunca ha habido una sola resolución contra China, Siria o Arabia Saudí. La sesión actual terminó tumbando una resolución contra cualquier crítica a la situación de Zimbabwe, y eliminando la posición de supervisor de los derechos humanos en Sudán, de 10 años de antigüedad. Esto a pesar de un informe del supervisor de la ONU informando de la práctica sudanesa de la tortura de la 'amputación en cruz' -- amputación de la mano derecha y el pie izquierdo por robo con arma, y varios casos de lapidación de mujeres por presunto adulterio.
Las propias reuniones de la Comisión son una plataforma para la incitación al odio y la violencia. En la sesión de este año, el Ministro de Asuntos Exteriores iraní en funciones amenazó con lo que él llamó un 'círculo vicioso' de violencia y 'fundamentalismo futuro' resultante de la guerra de Iraq. El representante cubano exigió la acción contra 'el caso más crítico de. . . violaciones masivas y flagrantes de los derechos humanos [y] de institucionalización sistemática del racismo -- Estados Unidos'. El delegado argelino dijo: 'la máquina israelí de guerra lleva cinco décadas intentando una solución final'. El representante palestino llamó a la 'eliminación' del 'Nazismo sionista'.
En general, la ONU carece de una definición de terrorismo. Incluso en la estela inmediata del 11 de Septiembre, la Asamblea General no fue capaz de adoptar una convención legible sobre terrorismo. Los miembros de la Organización de la Conferencia Islámica y la Liga Árabe han bloqueado el consenso en cualquier entendimiento común del terrorismo. En opinión de países como Arabia Saudí, expresada de nuevo durante la comisión actual, 'debemos distinguir entre el fenómeno del terrorismo y el derecho de los pueblos a la autodeterminación'. El miembro sirio del Consejo de Seguridad impidió además la puesta en práctica de la resolución del consejo 1373, la resolución que detalla la responsabilidad post-11 de Septiembre de los estados de luchar contra el terrorismo.
Las conferencias mundiales de la ONU son campo abonado para la intolerancia. La Conferencia de Derechos Humanos de Viena, en 1993, marcó un momento crucial lejos de la promesa post-Guerra Fría de una ONU y de estándares de derechos humanos universales. Por primera vez, la declaración de universalidad de la ONU fue modificada por 'particularidades nacionales y regionales y varios contextos históricos, culturales y religiosos'. Las conferencias siguientes y las cumbres mundiales de la ONU en los años 90 agregaron más calificaciones. El universalismo sin adulterar ya no es más el grito de guerra de la ONU. Esta degradación de los estándares alcanzó su cenit en la Conferencia contra el Racismo de Durban del 2001. La conferencia fue el permiso a que una reunión 'antirracismo' de la ONU se transformara en un escenario de antisemitismo y negación del Holocausto. Produjo una declaración que reflejaba tales presiones. Desde entonces, la ONU ha hecho de Durban la pieza central de su agenda 'antirracismo'.
La esperanza de integridad del programa de derechos humanos de la ONU ha sido colocada sobre muchos expertos independientes de la ONU y organismos de tratados. Pero el sistema de la ONU ha minado su independencia. La propia comisión insistió el año pasado en el nombramiento de un supervisor especial en racismo, y se aseguró así de que sus informes estén preocupados por la discriminación contra árabes y musulmanes, a pesar del arsenal real de racismo y de intolerancia religiosa del mundo. En febrero pasado, eligieron a la candidata egipcia al Comité de Derechos de la Infancia con el mayor número de votos. Esto aunque las principales organizaciones internacionales de derechos de la infancia dijeron a los estados 'las ONG no creen que ella esté muy bien informada ni sea fiable en los temas. . . debido a su filiación y fuerte relación con el gobierno egipcio'.
En lo que se refiere a la guerra contra el terrorismo, Israel es otra vez el canario en la mina de carbón de la ONU. Israel ha sido demonizado por la ONU, por las presuntas violaciones del derecho humanitario, al tiempo que afrontaba cinco guerras sucesivas y campañas terroristas sin escrúpulos. Al comienzo de la Guerra de Iraq, el secretario general de la ONU, Kofi Annán, y el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU (que más tarde fallecería en un atentado terrorista en Iraq), Sergio Vieira de Mello, intentaron aplicar la misma versión distorsionada contra Estados Unidos. De Mello dijo a la comisión: 'Las partes nunca deben atacar a las poblaciones civiles... incluso si el propósito es atacar un blanco militar. Esto es verdad incluso si se están utilizando escudos humanos. . . La precisión de las armas modernas. . . no es fiable, no al menos en áreas urbanas densamente pobladas. . . No se ataca ese blanco particular'.
Esta clase de mala deformación del derecho humanitario es un signo ominoso de la futura agenda de la ONU. Las Convenciones de Ginebra no dicen tal cosa. No conceden inmunidad a los objetivos militares o a los terroristas que utilizan a civiles como escudos humanos. Prohíben el uso desproporcionado de la fuerza, es decir, un ataque contra un blanco militar 'del que se pueda esperar cause pérdida fortuita de vida civil' cuando ésta sea 'excesiva'. La convención es clara con respecto a la presencia de que 'los civiles no serán utilizados para crear. . . áreas inmunes a operaciones militares. .. en tentativas de blindar objetivos militares ante el ataque'.
El hecho triste es que la ONU no es solamente un líder fracasado en lo que se refiere a la protección de los derechos humanos, sino que es en sí misma el sustrato de la xenofobia y de la agresión. Estados Unidos sufraga el 22% del presupuesto regular de la ONU. Y aún así, la ONU se opone hoy a los valores fundamentales de los Estados Unidos -- y a sus propios fundamentos en materia de derechos humanos.
Anne Bayefsky, es Profesora en la Universidad de York, Toronto, Canadá. Ha recibido el premio de investigación del gobierno canadiense en derechos humanos, the Bora Laskin National Fellowship in Human Rights Research.