Elecciones 2006: Sombras y caras de Nicaragua

por Martín Gurría, 24 de octubre de 2006

Nicaragua tiene ante sí las elecciones más importantes desde que Violeta Chamorro derrotó a los sandinistas en 1990. En las próximas elecciones del 5 de noviembre Nicaragua tiene dos opciones: alistarse en la alianza de la ultra-izquierda “ahuyentacapital” liderada por Chávez y el moribundo Castro, o caminar hacia un futuro más democrático-  de progreso económico y social- dentro del marco económico y jurídico del Tratado de Libre Comercio entre República Dominicana, Centroamérica y Estados Unidos (TLC), y bajo un marco de políticas de cuño auténticamente liberal.
 
El camino para Nicaragua es muy difícil, su reciente historia hace que el país sufra importantes deficiencias estructurales y logísticas. Por un lado la joven democracia tiene que fortalecerse institucionalmente y, por otro, tiene que mejorar la competitividad de sus ciudadanos, pymes, e instituciones. Solo así podrá remontar el vuelo. Los obstáculos son muchos.
 
Si gana Ortega, al igual que Castro o Chávez, podemos contar que utilizará toda la maquinaria del Estado para enquistarse en el poder, y con su discurso populista ahuyentara el capital de la inversión privada requerido para generar riquezas y producir desarrollo que reduzca la pobreza. Hemos de asumir que no volverán verdaderas elecciones libres por muchos años. Y es que la democracia autoritaria izquierdista no comprende las elecciones del mismo modo que la democracia liberal.
 
La izquierda internacional se esta movilizando apoyando al viejo Daniel Ortega para recuperar el poder y devolver en el tiempo a Nicaragua. El gobierno de Chávez esta participando directamente en las elecciones, comprando votos a través de  la exportación de enormes cantidades de fertilizantes - muy por debajo del precio del mercado- en las principales zonas agrícolas del país.  Chávez ofrece el ALBA (Alianza Bolivariana en América) en vez del CAFTA-DR, y Ortega promete que Venezuela es un mercado más justo y promisorio que el de Estados Unidos (obviamente no han podido contabilizar la población y el poder adquisitivo de las naciones). Daniel Ortega ha firmado un acuerdo con Chávez por el que, si sale elegido, tendrá gasolina a precios regalados. Un caramelo envenenado para una Nicaragua con un ingreso per capita de aproximadamente 750 dólares. Un petróleo que no ha liberado a los venezolanos de una pobreza cada día mayor, sino todo lo contrario. Tampoco lo conseguirá en Nicaragua.
 
Mientras, enormes carteles de un sonriente Ortega reinan omnipresentes por todo el país. La campaña de Ortega tiene un nivel de financiamiento que no se puede comparar al resto de candidatos. El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) más que un partido político es un poderoso holding comercial con propiedades e intereses en múltiples sectores económicos. Esta anormal capacidad financiera, junto a la probable ayuda financiera directa de Caracas, posibilitaron una intensísima pre-campaña que solo aumenta en la medida que nos acercamos a noviembre.
 
A principios del verano la carrera electoral adquirió una nueva dimensión tras la súbita  muerte de Herty Lewites, el antiguo alcalde de Managua por el FSLN y candidato a la presidencia  por la Alianza Herty 2006 liderada  por el partido político Movimiento de Renovación Sandinista (MRS).
 
El panorama político actual es el siguiente: Daniel Ortega y Jaime Morales Carazo por el ortodoxo FSLN; los reformista-sandinistas del MRS, son liderados por Edmundo Jarquín y Carlos Mejía Godoy. Por el Partido Liberal Constitucionalista (PLC): José Rizo y José Antonio Alvarado; y en representación del los reformistas liberales disidentes, Eduardo Montealegre y Fabricio Cajina encabezan la Alianza Liberal Nicaragüense-Partido Conservador (ALN-PC); también se presentan, de forma testimonial, el veterano ex guerrillero Edén Pastora y Mercedes Tenorio.
 
Después de estas elecciones la cámara de diputados dejará de ser exclusivamente del PLC y el FSLN; seguramente será un “menage a cuattre”, se incorporarán el MRS y la ALN-PC, dando lugar a nuevos juegos políticos. Sin duda no dará lugar a juegos de cama más  extraños que los vistos entre  el PLC y FSLN durante esta última etapa de gobierno. Dado el pacto antinatural entre el PLC y el FSLN, es muy posible que el otro bloque en el hemiciclo sea entre los renovadores del MRS y el ALN-PC.  Aunque la vida política nicaragüense siempre puede dar sorpresas.
 
Salvo Daniel Ortega y el ex-guerrillero Edén Pastora la mayoría de los candidatos son poco conocidos fuera de Nicaragua. Quizás es una suerte ya que si se mira un poco más a fondo la situación, uno puede caer en unos niveles de paroxismo difíciles de controlar.
 
FSLN
 
Empecemos por el FSLN. Daniel Ortega Saavedra vive en la antigua mansión que era propiedad de su compañero de ticket a la vicepresidencia, el banquero Jaime Morales Carazo. De alguna forma, la mansión representa la quintaesencia de lo que fue un verdadero robo masivo por parte del Sandinismo, lo que el poeta Ernesto Cardenal (ahora en el MRS) califica como la mutación 'de revolucionarios en millonarios'. Morales asegura que ya arregló con Ortega el contencioso, pero se desconocen las pautas del acuerdo. Sí se sabe que Ortega sigue durmiendo allí. 
 
Se podría interpretar que el hecho de que el ladrón y el “robado” sean pareja en el ticket presidencial del FSLN es una muestra de reconciliación nacional, pero no esta tan claro. Ninguna reconciliación nacional puede surgir del Ortega que sometió a Nicaragua a una atroz dictadura y que arruinó el país; y de un candidato que asegura, a través de su declaración de probidad jurada, que su patrimonio es de doscientos mil dólares (incluyendo una moderna camioneta Mercedes Benz). Una cantidad muy inferior a la real. En contraste, al día de hoy a duras penas se están llegando a los niveles económicos y sociales anteriores a 1979 - año de la revolución. Respecto al vicepresidente Morales parece más interesado en tocar poder que en ninguna paz social, o es que realmente cree en la reconciliación de Ortega, que promovió el odio entre las clases sociales en los años 80.
 
Y si Ortega es el mismo que antes, tampoco parece haber cambiado mucho el partido. Por ejemplo, el FSLN puso gran resistencia al tratado de libre comercio, argumentando que la inversión privada y las multinacionales “por su naturaleza” lo que buscan es explotar al empleado para generar utilidades, por lo que propone unas reglas de comercio que sean justas. Un FSLN en el poder decidiendo qué es justo o injusto en el comercio internacional puede helar la sangre hasta al más templado. Si bien en su programa político (ver web) intenta tranquilizar al lector diciendo que “respalda la propiedad privada” la verdad es que uno no puede evitar la sensación de que si el FSLN llega al poder seria como que si la zorra guardara las gallinas.
 
El FSLN tiene una deuda con Nicaragua. Todavía no se renovaron sus cuadros de mando. Ortega y su politburó no lo han permitido.  Tampoco han dejado atrás todo el lastre ideológico revolucionario “anti-imperialista”; y ahora con la fuerza del petrodólar bolivariano, en un contexto internacional favorable, no vemos porque una vez en el poder dejen atrás las perniciosas costumbres pasadas.  Esta situación es grave debido a que la democracia nicaragüense solo podrá estar verdaderamente consolidada cuando la izquierda vuelva al poder (y lo vuelva a dejar). Pero seria un peligro para la democracia que el FSLN volviera al poder ahora, primero tiene que morir y renacer como un partido realmente democrático sin el barniz dictatorial que ahora le recubre.
 
MRS
 
El MRS representa la primera escisión del Sandinismo desde la llegada de la democracia. Al fallecido y creador de la Alianza Herty 2006,  Herty Lewites, le sustituye Edmundo Jarquín, un avezado ex-funcionario del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Washington DC, que si quizás es ducho en las luchas ínter departamentales del BID, todavía no esta claro cómo tal experiencia le será útil para sobrevivir la conflictiva vida política nicaragüense.
 
Su vicepresidente es Carlos Mejía Godoy un afamado cantautor forjado en la revolución y que antes de dedicarse a cantar las glorias del Sandinismo, alegró el verano del 1977 con sus famosas canciones “Son tus perjúmenes mujer…”y “Quincho Barrilete”.
 
El MRS es un partido eminentemente populista fundado por los mismos ideólogos forjadores del FSLN en los años 70, como Dora Maria Téllez (junto con Edén Pastora asaltó el Palacio Nacional en 1978), Víctor Hugo Tinoco (Vice Canciller durante los 80s), Mónica Baltodano, Henry Ruiz (Comandante Modesto), Víctor Tirado, y Luis Carrión (Segundo al Mando después de Tomas Borge en el Ministerio del Interior). Lideres que representan la pureza ideológica del Sandinismo original y que acusan al FSLN de haber perdido el norte ideológico.
 
El MRS clama recuperar el verdadero espíritu sandinista. El MRS se autoproclama como reformista; esta afirmación puede dar a entender que son mas liberales que el FSLN, pero dado el historial de sus fundadores es difícil creer que se trata de una corriente reformista, modernizadora, hacia un modelo izquierdista de tipo europeo, mas bien es lo contrario: un intento de reformar el FSLN para profundizar en las autenticas “verdades” sandinistas.  Dicho esto, dentro del MRS se esta creando una cultura de diálogo hacia el exterior que es nueva dentro del Sandinismo y eso es ya un paso hacia delante. Gracias a la incorporación de figuras populares como Herty Lewites, Edmundo Jarquín, y recientemente Mejía Godoy como vicepresidente parece que podrán mantenerse como una alternativa bisagra en el posible nuevo marco político post-elecciones. 
 
PLC
 
El PLC sufre de problemas similares que su socio de “El Pacto”: el FSLN. Que los Sandinistas se escindan debido a duras desavenencias internas no debería sorprender a nadie. Se puede argumentar que la mera existencia del MRS es un éxito de la joven democracia, que logra crear nuevos partidos. Pero la división de los Liberales ha de ser considerada como un fracaso para la causa democrática. Esto no debería pasar en el PLC. Claramente muestra la falta de democracia interna del partido, los actos de corrupción de sus dirigentes, y que no han sido capaces de deshacerse de las garras controladoras del ex presidente y reo: Arnoldo Alemán. Sólo hay que ver su página web. Alemán, pese a haber prometido que no estaría involucrado en la campaña electoral está omnipresente en la misma. El antiguo dirigente, si tanto quiere al PLC, haría un favor a su partido -y a Nicaragua- abandonando la política activa. No es una decisión fácil para un hombre que lo ha sido todo en el partido y cuyo futuro personal esta en el aire. Pero es lo correcto y él lo sabe. 
 
El PLC no ha sabido seguir el ejemplo que le marcó el partido conservador ARENA en las pasadas elecciones generales del Salvador, que frente al temor de una victoria del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), supo renovarse internamente y ganar las elecciones. Por el contrario, siguió el ejemplo hondureño de división del poder entre los dos partidos mayoritarios. Si en Honduras la situación no fue bien, en Nicaragua el efecto ha sido pésimo debido al carácter anti-natura del acuerdo, dada la gran diferencia ideológica entre ambos campos, y a que fue forzada por los problemas personales de cada líder.
 
Los candidatos del PLC, Rizo y Alvarado, a pesar de que tienen un pedigrí de independencia política, no han logrado eliminar la duda de que son dedazos de Alemán. El hecho de que las listas electorales estén repletas de gente directamente relacionadas al círculo de influencia de Alemán no ayuda a disipar la duda.
 
Pero el principal peligro de la candidatura de Rizo y Alvarado es que se vuelva a repetir lo que pasó con el Presidente Bolaños. Es decir, que si el PLC gana las elecciones, y una vez Rizo de presidente desobedece a Alemán, automáticamente se quedará sin su apoyo y por tanto sin el partido. Nicaragua ha de contar con un presidente que esté plenamente respaldado por su partido. Volver a repetir la ocurrido con Bolaños es un error que Nicaragua simplemente no se puede dar el lujo de repetir.
 
Nicaragua ha de tener un gobierno fuerte y unido para ejecutar todas las importantes reformas que tiene por delante. En los últimos años se ha perdido mucho tiempo en defender a Ortega de la acusación de violar a su hijastra y a Alemán de robo masivo.
 
En definitiva, los riesgos de una victoria del PLC son muy elevados. El PLC necesita una profunda y urgente renovación de su clase dirigente, pero el control de Alemán sobre el partido no lo permite. Son muchos diputados y líderes del partido que saben que si Alemán cae, ellos pueden ser los siguientes.  La persona que hubiera tenido que surgir de las bases del PLC para “revolucionar” y purificar el partido era -y quizás es-  Eduardo Montealegre Rivas,  que en las ultimas verdaderas elecciones primarias internas del partido quedó segundo detrás del Presidente Bolaños.
 
No obstante, afortunadamente para Rizo y Alvarado,  el PLC se apoya en unas bases muy disciplinadas, con una fuerte implantación rural, que aseguran una masa importante de votos cualquiera que sea el candidato.
 
ALN-PC
 
Ante la imposibilidad del cambio y de liberarse del yugo de Alemán -y de la posible victoria sandinista- un grupo de disidentes y expulsados del PLC- liderados por Montealegre-, apoyándose en el histórico Partido Conservador y una serie de partidos liberales independientes, decidieron juntarse y crear la ALN-PC. Una Alianza que carece de la importante estructura de partido del PLC pero que está haciendo un esfuerzo muy importante para fortalecer su maquina electoral y poder llegar al máximo número de votantes. Sin ir más lejos, en el último año Montealegre ha visitado cada una de las alcaldías del país.
 
Un esfuerzo que está siendo recompensado. Pese los feroces ataques desde el bloque FLSN-PLC, las encuestas ubican a Montealegre en el segundo lugar con unos cinco puntos de intencionalidad de votos por debajo de Daniel Ortega (FSLN), y por encima de los candidatos del PLC. Las claves electorales de la campaña serán en qué medida los centristas que votaban a Lewites votarán ahora a Montealegre y cuál será la división de los votantes liberales entre el PLC y el ALN-PC?
 
Eduardo Montealegre, con 51 años, es el candidato mas joven de todos los que se presentan y representa a una nueva generación política. Acumula una brillante y extensa experiencia profesional tanto en el sector privado como en el público. Es un empresario de éxito, creó su empresa financiera en los Estados Unidos, para regresar en 1990 -en un momento en el que apostar en Nicaragua era una operación mas que arriesgada- a fundar un banco que hoy es el segundo en tamaño del país. En su carrera política ha sido un efectivo ministro de Relaciones Exteriores (con el gobierno de Arnoldo Alemán), y ministro de Hacienda (con el gobierno de Enrique Bolaños) consiguiendo reducir la deuda exterior en más del 80 por ciento.  Pero todos esos logros no valdrán nada si los liberales-conservadores no consiguen derrotar de nuevo el FSLN. Y no esta fácil.
 
Después del vergonzoso acuerdo entre los lideres sandinistas y del PLC para amordazar al poder judicial, repartirse cual botín de guerra las instituciones del estado y recortar los poderes del Presidente Bolaños, la reputación del PLC está en jaque mate. Mas grave todavía, Alemán y Ortega además bajaron el listón del 55 por ciento a 35 por ciento del voto (con 5 por ciento de ventaja sobre el segundo), o automáticamente si se sobrepasa el umbral del 40 por ciento del voto en la primera ronda electoral, para salir elegido Presidente directamente sin tener que ir a una segunda vuelta. Un camino que acerca Nicaragua a la tiranía.  En una segunda vuelta, Ortega no tiene ninguna opción para ganar las elecciones. Pero en una primera sí puede ganar dada la división entre los liberales.
 
Quizás, una consecuencia positiva del cambio de las reglas electorales es que obliga a la derecha-liberal a permanecer unida. A principios de Julio, en unas jornadas electorales en Miami, que no olvidemos es la segunda ciudad después de Managua en número de nicaragüenses,  en las que participaban los candidatos liberales, Montealegre y Rizo, salió a la luz la existencia de un pacto no escrito donde el candidato que vaya por debajo en las encuestas renunciará a su postulación antes de las elecciones generales para apoyar la candidatura del primero. Sabiendo que en política nada es fijo y conociendo el nivel de calentamiento político del proceso electoral en Nicaragua no se puede contar con este “pacto” para parar a Ortega.
 
Si Nicaragua quiere volver a “sulibeyar” necesita urgentemente un programa político enfocado a sanar las instituciones democráticas, fatalmente heridas por el pacto PLC-FSLN. Nicaragua necesita potenciar la educación primaria y mejorar el capital humano del país; está en la obligación de crear un marco legal estable que aumente la inversión nacional y extranjera, y aumente la competitividad de sus ciudadanos, empresas, e instituciones; se debe continuar trabajando en los logros macroeconómicos conseguidos por los gobiernos Chamorro y del maniatado Presidente Bolaños. 
 
La única participación de la comunidad internacional -Venezuela, los Estados Unidos y la Unión Europea- en este período electoral, ha de ser la de prometer -y cumplir- buenas relaciones para cualquier gobierno que no abuse o robe a los nicaragüenses. Simplemente eso. Desafortunadamente, esta posición reduce las opciones a muy poca gente. Automáticamente hemos de descartar al FSLN y al PLC. Nos queda el MRS, que tras la muerte de Lewites se quedó sin la persona que lideró el movimiento y que daba validez al proyecto, y la ALN-PC.

 
 
Martin Gurría es analista especializado en Economía y Relaciones Internacionales.
 
 
Notas
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