El secularismo turco en la picota

por Robert Spencer, 5 de junio de 2007

(Publicado en FrontPageMagazine, 23 de mayo de 2007)

Para que los musulmanes pacíficos prevalezcan sobre los partidarios de la Jihad y la sharia, tienen que estar preparados no solamente para ignorar, sino para rechazar explícitamente los elementos de la sharia.
 
El secularismo turco está gravemente amenazado, y millones de turcos están profundamente preocupados por la posibilidad de que su país se pueda convertir en un estado islámico. El secularista Partido Republicano del Pueblo (CHP) y el Partido Izquierda Democrática (DSP) han unido fuerzas con el fin de intentar detener al Partido Justicia y Desarrollo (AK) en el poder, entre temores extendidos a que el AKP pretenda destruir los cimientos seculares del estado turco. Ciudadanos turcos se han manifestado en tres enormes concentraciones pro-seculares: medio millón de personas se manifestaban en Ankara, casi un millón en Estambul, y un millón y medio en Izmir.
 
Estas tres enormes concentraciones son lo que más anima, y demuestran que mientras existe un extendido apoyo popular a un estado islámico en Turquía (de otro modo, el Primer Ministro y los demás no ocuparían el cargo), también existe un extendido apoyo al Kemalismo, la filosofía del secularismo turco concebida por Mustafá Kemal Ataturk, quien abolió el califato en 1924 e instituyó un buen número de controles adicionales sobre el islam político en Turquía, muchos de los cuales permanecen en vigor hasta la fecha.
Instituyó restricciones a diversos servicios islámicos, secularizó la ley del matrimonio, obligó por ley a que el turco se redactase en caracteres romanos en lugar de árabes, y por encima de todo, monitorizó las mezquitas y reguló las enseñanzas que se impartían en su interior, garantizando que no se impartían los pilares del islam político. En consecuencia, la principal oposición al Kemalismo siempre ha sido religiosa, como es el caso ahora.
 
Al mismo tiempo, puesto que la mayor parte de los participantes en estas manifestaciones pro-seculares son musulmanes nominalmente, iluminan determinados aspectos importantes del avance de la oposición a la ley sharia islámica en las sociedades islámicas. Onur Oymen, del Partido Republicano del Pueblo, negaba recientemente que los manifestantes seculares representasen 'un islam moderado'. Declaraba: 'No puedes tener democracia sin secularismo. La noción del islam moderado como control al islam radical es una tontería. Esta idea que está siendo promovida por determinados países debería abandonarse'.
 
A primera vista, la distinción de Oymen entre secularismo e islam moderado puede parecer una de esas distinciones sin diferencia. ¿No sería gobierno secular en Turquía esencialmente un movimiento del islam moderado, y un movimiento a favor de ese secularismo? Después de todo, casi todos aquellos que se manifiestan contra la ley islámica en Turquía se identifican a sí mismos como musulmanes.
 
Sin embargo, la identificación como musulmán es una cosa y la aceptación de los principios del islam político es otra muy distinta. Por todo el mundo hoy los jihadistas están poniendo las miras de sus esfuerzos de reclutamiento entre musulmanes pacíficos, y se presentan como exponentes del 'verdadero' y 'puro' islam, incluyendo - como reza el título de una publicación extensamente difundida - la jihad, 'La obligación olvidada'. Parte de esta representación se centra en la reafirmación del islam político. Los musulmanes culturales que no desean vivir en un estado islámico no han sido capaces sin embargo de formular respuesta alguna a los argumentos islámicos en defensa del desafío jihadista.
La única respuesta que ha ganado terreno alguna vez en el mundo islámico no ha sido una marginalización de facto del carácter político y social del islam, sino la autoeliminación consciente de ese carácter - y la Turquía de Ataturk ha sido la ubicación del mayor éxito de este enfoque. Ataturk se dio cuenta de que habría un recrudecimiento y una reafirmación del islam político siempre que hubiera un revival del fervor religioso. Por tanto, el Kemalismo no se presentaba como 'islam moderado', y tampoco construcción islámica en absoluto, sino como un rechazo explícito al islam político en favor del secularismo. Es decir, nunca se presentó como construcción islámica o como justificado según las enseñanzas islámicas, sino como rechazo explícito a determinados aspectos tradicionales del islam.
 
Ataturk se convirtió en la primera figura política de la historia en el mundo islámico en rechazar - manifiestamente y sin disculpas - el islam político, en favor de un modelo occidentalizado de separación de la religión del estado. Mientras que esto no evitaría para siempre - como demuestran claramente los sucesos recientes en Turquía - un reforzamiento del islam político, daría al estado mayor capacidad para resistir a esta reafirmación; mientras el estado que era nominalmente un estado islámico mencionase sin mayor importancia a la sharia en su Constitución, no tendría esa capacidad. De modo que el secularismo turco no se predica sobre el islam moderado, sino sobre premisas que no son en absoluto islámicas. Y Oymen sabe que cualquier modificación del Derecho turco que cambie eso simplemente abre la puerta al total reforzamiento de la sharia -- la ley islámica -- en Turquía.
 
Es un principio con una aplicación mucho más amplia que solamente Turquía: para que los musulmanes pacíficos prevalezcan sobre los partidarios de la Jihad y la sharia, tienen que estar preparados no solamente para ignorar, sino para rechazar explícitamente los elementos de la sharia que están en conflicto con las normas aceptadas de los derechos humanos y del gobierno que no establece una religión estatal. Solamente entonces tendrán posibilidad de defender esos derechos y plantar cara al desafío social y teológico del jihadismo. No solamente los turcos, sino todos los pueblos libres, tienen algo que ganar en la supervivencia del secularismo turco.


 

 
 
Robert Spencer es director de Jihad Watch y autor de 5 libros, 7 monografías y numerosos artículos acerca del terrorismo islamista. Licenciado con honores en Estudios Religiosos por la Universidad de Carolina en Chapel Hill, lleva desde 1980 estudiando teología, derecho e historia islámicos en profundidad. Es adjunto de la Free Congress Foundation, y sus artículos acerca del islam aparecen en el New York Post, Washington Times, Dallas Morning News, el National Post de Canadá, FrontPage Magazine, WorldNet Daily, Insight in the News, Human Events o National Review Online entre otros. Entre sus textos se encuentran algunos de los libros más conocidos acerca del terrorismo islámico, como “El mito de la tolerancia islámica” (Prometheus Books, 2005. ISBN 1591022495), “La guía políticamente incorrecta del islam” (Regnery Publishing, 2005. ISBN 0895260131), o “El islam al descubierto: cuestiones preocupantes sobre la religión de mayor crecimiento del mundo.”