El punto climático

por Manuel Coma, 22 de diciembre de 2009

 

(Publicado en La Razón, 21 de diciembre de 2009)
 

¿Llegaremos a la siguiente? Copenhague se nos anunciaba como la última oportunidad antes de lo innombrable. Lo poquito que se ha conseguido servirá sin duda para convertir esta conferencia en simple penúltima, de momento. Lo innombrable tendrá que esperar. El Boletín de los Científicos Atómicos lleva cuarenta años poniendo en su portada el reloj del holocausto nuclear entre a un minuto y a veinte de las fatídicas doce, a tenor de las tensiones internacionales. Los minutos más largos de la Historia. Y sin embargo, materialmente, ese holocausto es mucho más factible que la asfixia termométrica, aunque aquél nunca tuvo lugar y períodos glaciares se detectan unos 40 desde la aparición de la vida sobre el planeta, con sus correspondientes calentamientos intermedios. La última glaciación desapareció hace sólo unos 12.000 años, y desde entonces las temperaturas han subido, con múltiples fluctuaciones, porque el clima tiene su historia. Precisamente ésta es objeto de intenso debate entre especialistas, debate que tiene mucho que ver con los copenhagues actuales y futuros y que los apóstoles profesionales de la calentología han tratado de ocultar y acallar. Pero la parquedad de resultados en la capital danesa no se debe a las dudas sembradas por el fraude científico, sino a los insoportables costes para los países en desarrollo de las medidas propuestas por los fieles, para atajar un mal cuya entidad es imperfectamente conocida, su evolución futura es poco menos que inescrutable y sus causas enormemente discutibles. Hechos a favor y en contra de cualquier teoría, los hay. Lo que se ignora es mucho más que lo que se sabe. Ni Obama lo arregla. Quizás por eso nos perdonó el gran discurso. Sólo nos queda Zapatero. El escepticismo es sano y la paciencia más.