El proceso de reislamización de los musulmanes de Bosnia y Herzegovina (1990-2000)

por Mira Milosevich, 25 de abril de 2006

(Publicado en Cuadernos de Pensamiento Político, Nº 9, Enero-Marzo, 2006)
 

Para analizar el proceso de reislamización en el contexto de la ByH postcomuinsta, que definimos, más en el sentido político que religioso, como la restauración de la relación entre  la identidad religiosa (étnica) y la identidad nacional, es necesario describir brevemente el proceso de conversión al Islam de la población cristiana eslava de Bosnia entre los siglos XV y XVII, así como su secularización a lo largo de la primera mitad del siglo XX. Por secularización entendemos la reforma, control o prohibición de las instituciones  religiosas en la época de la modernización e industrialización: primero, bajo el Imperio austro-húngaro (1878-1914), y luego, en la Primera y Segunda Yugoslavia (1918-1941 y 1943-1990).
 
Teniendo en cuenta tanto las condiciones políticas y sociales en las que se desarrolla el proceso de reislamización -colapso general del comunismo y radicalización de los movimientos panislamistas y terroristas, a nivel europeo y mundial respectivamente- como el contexto local (desintegración de la Yugoslavia comunista y su destrucción a través de las guerras con el fin de crear nuevos estados nacionales étnicamente homogéneos), se plantea una cuestión inevitable: ¿Cómo ha influido la religión en la creación de una nueva identidad nacional de los musulmanes, después del reconocimiento internacional de ByH como Estado independiente (1992)? ByH,  hasta 1992, nunca ha sido una nación independiente, lo que no quiere decir, como veremos, que no existieran intentos de construir una identidad nacional bosníaca. El nacionalismo creado para estos fines en el caso de los musulmanes, sobre todo en la época postcomunista, puso en evidencia que el panislamismo y el nacionalismo, aunque supuestamente opuestos,  han sido dos ideologías que han guiado igualmente las aspiraciones políticas de los musulmanes bosnios.  El nacionalismo es contrario a la idea principal del Islam que sostiene que todos  los musulmanes son miembros de una única comunidad, la de los creyentes-  Umma[1].  El Panislamismo no se debe confundir con el otomanismo (islamismo otomano).  El otomanismo es un movimiento que surge para oponerse al intento de modernizar el Imperio otomano -Tanzimat (1831-1839)- y se convierte en una especie de nostalgia cuando este desaparece por completo (1878).  Panislamismo, en el sentido moderno, se identifica con integrismo islámico. Se trata de la trayectoria religioso-política que arranca de la dimensión belicista del Corán y de los hadices, que es formalizada en términos de ortodoxia, inspirándose en el jurista Ibn Naval,  por un discípulo de éste, Ibn Taymiyya, en torno al principio de unicidad de dios; que pasa a la acción a mediados del siglo XVIII con el movimiento wahhabí en Arabia, y adquiere un creciente peso en el marco de la confrontación con Occidente a lo largo del pasado siglo, desembocando en la adopción de una estrategia de terror. Los grupos islámicos integristas  pretenden el “triunfo de la fe”, esto es, la recuperación de las tierras de Dar-al-Islam en su máxima extensión histórica.
 
Para analizar el proceso de reislamización y sus consecuencias en la transición a la democracia en la BiH postcomunista, describiremos: 1) las relaciones entre las elites religiosas y políticas y 2) las estrategias aplicadas por ambos grupos para movilizar políticamente a los musulmanes.
 
EL PROCESO DE ISLAMIZACIÓN EN BOSNIA (SIGLOS XV-XVII)
 
La conquista otomana y la conversión
 
La conquista por los otomanos de Bosnia (1463) y Herzegovina (1482) coincide con la última fase de la reconquista española, que concluyó con la toma de Granada en 1492. Bosnia estaba en la periferia ( la frontera norte del Imperio otomano) respecto al centro del poder del Imperio, en Constantinopla (Estambul). Asimismo Bosnia, y los Balcanes en general,  habían sido frontera interior en la Europa de la Baja Antigüedad, marcando, desde el año 395 al 476, el límite entre el Imperio romano de Occidente y el de Oriente, y luego, tras el cisma de 1054, el de la civilización católica y la ortodoxa. Esta última división provocó la lucha de ambas Iglesias por la influencia en la región. El relativo equilibrio alcanzado en la Baja Edad Media se rompió tras la conquista otomana, al someterse los ortodoxos a la autoridad política del sultán y revivir en Occidente el espíritu de cruzada. Conversión y reconversión han sido procesos normales, sobre todo en zonas donde la infraestructura eclesiástica era débil, como en el caso de Bosnia o Kosovo. La gran mayoría de los musulmanes de Bosnia  son eslavos que se convirtieron al Islam de la ortodoxia suni tras la llegada de los otomanos, aunque, como afirma el historiador británico  H.T. Norris, existía ya en Bosnia un  grupo de musulmanes de origen árabe, que vinieron supuestamente de España, Egipto y Siria en épocas anteriores.  Sin embargo, para nuestra investigación es importante subrayar que la estructura religiosa de la población de Bosnia en los años noventa del siglo XX, es más o menos la misma que ya estaba instaurada cuatro siglos antes. En el siglo XII comenzaron a llegar a Bosnia desde Bulgaria y Serbia cristianos ortodoxos  acusados de secundar la herejía bogomila.[2] De hecho, la llamada Iglesia bosnia se define como una iglesia autónoma respecto a las Iglesias Ortodoxa y Católica, y difundió probablemente el maniqueísmo de los bogomilos. En la segunda mitad del siglo XIV, hubo una inmigración significativa de ortodoxos de  Serbia que huían de los otomanos. (El reino medieval serbio fue conquistado por éstos entre 1371 y 1463.).  Parte de la comunidad judía sefardí expulsada de España en el siglo XV y acogida por el Imperio otomano se instaló en Bosnia, aunque el número de éstos era menor que los que llegaron hasta Salónica, Esmirna  y la misma Estambul.
 
La gran mayoría de los expertos en los estudios otomanos coinciden en que  la conversión no fue forzada e insisten en que  la estructura religiosa anterior a la llegada de los otomanos fue uno de los principales factores que propiciaron aquélla. Supuestamente, los bogomilos aceptaron el Islam para sacudirse la opresión de las otras Iglesias cristianas. Para comprender el  éxito de la islamización balcánica,  hay que tener en cuenta la estructura militar otomana y su principal división en dos clases: los askeri, soldados que constituían  el grueso del asker (ejército) y los spahi o caballeros, tributarios feudales que obtenían sus rentas de la raya (labradores). Esta división, en los siglos XV y XVI, fue mucho más importante que la existente entre musulmanes y no musulmanes.
 
Sin embargo,  Ivo Andric, el premio Nobel de  literatura , en su tesis doctoral, Desarrollo de la vida espiritual en Bosnia bajo la influencia del gobierno otomano (1924), sostiene que es cínico afirmar que la conversión al Islam no fue forzosa teniendo en cuenta las facilidades económicas y el estatuto político y social que obtuvieron los que aceptaron el Islam:
 
La situación creada por la conquista turca, como un complejo vínculo de hechos psicológicos y materiales,  puso en un dilema a toda la nobleza y terratenientes bosnios: o mantener la tierra y el poder en sus manos, y de este modo conseguir distinciones en el nuevo Imperio, o perderlo todo y convertirse en raya sin derechos ni propiedades. Para tener claro cómo dicho dilema desembocó en la conversión forzosa, hay que entender que los terratenientes siempre fueron identificados con su propiedad. En un país como Bosnia, donde ni en los mejores tiempos fue muy elevada la extensión del suelo fértil, la tierra ha tenido un valor especialmente alto, que aumentó apoyándose en las instituciones políticas vinculadas a ella. La tierra era regalo de los reyes, “propiedad noble”, como premio por méritos especiales. El propietario no pagaba ningún impuesto y la tierra la heredaban sus hijos. De este modo, la tierra se convirtió en la fuente principal de distinción personal y poder familiar.[3]
 
Así que, según Andric,  el islam fue el medio para conservar la propiedad de tierra y el poder que ésta garantizaba. De hecho, ya en los primeros años de islamización, se creó la institución del vakuf, una especie de híbrido entre fundación religioso-caritativa y unidad de producción. El vakuf  lo sostenían los musulmanes más ricos y en el mismo empleaban a la propia familia. Cada vakuf disfrutaba de un privilegio fiscal: estaba libre de cualquier tipo de impuesto, y recibía generosos donativos de los musulmanes de Bosnia, pero también de los de fuera.  Con todo, lo más significativo desde la perspectiva socioeconómica,  era que la  tierra, una vez había sido adscrita a un vakuf, jamás podría ser propiedad de un individuo.  La familia  propietaria de un vakuf se comprometía a construir mezquitas, escuelas religiosas, hospitales y, en fin,  a ayudar a la comunidad musulmana en todo lo necesario. De este modo, el poder económico y político concentrado en los vakufs  se convirtió en una  especie de gobierno en la sombra. Las elites de los vakufs representaban a la comunidad musulmana ante los gobernadores y ante la Sublime Puerta. Los territorios de los diferentes  vakufs  constituían demarcaciones “administrativas” en Bosnia, pero los otomanos dividieron la región en tres distritos  o sandzak.
 
La identidad étnica y la identidad nacional
 
Los musulmanes disfrutaban de una posición privilegiada, aunque las otras comunidades religiosas - cristiana y judía- , gozaban también de una amplia autonomía religiosa en sus respectivos millet.  El mito del cosmopolitismo y de la tolerancia que supuestamente habría caracterizado a  Bosnia durante cinco siglos, hasta la agresión de los serbios en 1992,  se basa en el hecho de que, bajo el yugo otomano,  se dio una  coexistencia pacífica de las diferentes comunidades religiosas.  El sistema del millet suponía que judíos y cristianos podían disfrutar de autonomía comunitaria siempre y cuando aceptaran un estatuto inferior respecto a la umma. Cada comunidad subalterna, tributaria del gobierno islámico, se ajustaba a las leyes especiales del millet, sistema que implicaba  sometimiento pero que comportaba así mismo privilegios, como el de ser gobernado por sus propias autoridades religiosas. Los musulmanes gozaban de amplísimos privilegios: podían llegar hasta lo más alto en la escala social y militar y dependían directamente del centro del poder, del sultán. Los cristianos ortodoxos y los armenios formaban dos millet; los judíos, el tercero. El ortodoxo fue fundado ya en 1454, un año después de la caída de Constantinopla. Los católicos sólo llegaron a tener el suyo propio a partir de 1839, con el inicio de las reformas de modernización del Imperio. El sociólogo francés Michel Roux define este sistema como “pluralismo jerarquizado”, mientras Xavier Bougarel, que cifra en él  una estructura duradera de la sociedad bosnia (permaneció en sus diferentes modelos hasta la última guerra), lo define como comunitarismo. Aunque estamos de acuerdo con la definición de Roux,  el concepto de comunitarismo de Bougarel ofrece mayores posibilidades de análisis para comprender la estructura social y política de Bosnia, así como los conflictos que surgieron entre las comunidades religiosas y dentro de cada una de ellas.
 
Aquí el concepto de comunitarismo se entiende como un orden político e ideológico que, dentro de un espacio determinado, distingue diferentes comunidades basándose en criterios de religión, idioma u otras características étnicas. Esta distinción se reflejaría en las instituciones políticas. Comunitarismo, sin embargo, no equivale a nacionalismo ni a democracia. La ideología nacionalista proclama la congruencia entre la comunidad étnica y comunidad política, que aspiran a un cierto territorio nacional.  El concepto de democracia supone la existencia de ciudadanos, que se definen en términos individuales y no por la pertenencia a una comunidad colectiva. Por tanto afirmar que  la convivencia comunitarista en Bosnia fue un ejemplo de tolerancia y cosmopolitismo, en el sentido moderno de estos términos (es decir, en el contexto de la democracia liberal), es un error. El Imperio otomano no era exactamente un sistema democrático y tampoco los millet representaban una sociedad civil. Por otra parte, ¿cómo se puede hablar de la tolerancia en una sociedad indiscutiblemente dominada por un sólo  grupo religioso?  Las luchas entre católicos y ortodoxos por el dominio en Bosnia, que empezaron mucho antes de la llegada de los otomanos y la persecución de los bogomilos, tampoco contribuyen a la fundamentación del tópico. La convivencia pacífica entre las comunidades religiosas se basó en una reciprocidad pactada, pero no en mucho más. Funcionó, más o menos, hasta 1878, gracias a la ausencia o debilidad de nacionalismos políticos en las distintas comunidades, lo que habría hecho estallar el Imperio otomano antes de esa fecha. No fue la desaparición del millet y de los otomanos la causa  de los futuros conflictos, sino la modernización y la industrialización,  que trajeron consigo el surgimiento de nacionalismos, verdadero origen de la mayoría de los problemas étnicos en Bosnia durante el siglo XX.
 
El millet catalizó los procesos de construcción de identidades nacionales modernas. Fortaleció la identificación de los pueblos con sus religiones, sobre todo en el caso de los cristiano-ortodoxos (griegos, búlgaros, serbios). De ahí que las iglesias ortodoxas desempeñarán  un papel central en los movimientos nacionalistas de los Balcanes. En la primera mitad del siglo XIX, los balcánicos identificaban ya el concepto de millet con el concepto europeo de nación. Sin embargo, los musulmanes, protegidos por el Imperio y gozando de privilegios superiores, no emprenderían luchas por la creación de un Estado independiente, (al contrario de lo que ocurrió en Serbia, Grecia y Bulgaria),  hasta que el propio Imperio  otomano comenzó a derrumbarse, a finales del siglo XIX. Antes del derrumbe final, hubo un intento de evitarlo: el sultán Mahmut II (1808-1839) emprendió una política reformista con la ambición de convertir el Imperio otomano en un Estado moderno. La inspiración vino de Francia, por las exitosas campañas napoleónicas. Se llevaron a cabo cambios militares y burocráticos que apuntaban a la igualdad de derechos para todas las confesiones, para musulmanes y no musulmanes (1831).  Los musulmanes de Bosnia, encabezados por Husein Kapetan Gadasevic, se rebelaron contra Estambul reclamando una autonomía  de ByH con la idea de conservar la jerarquía y privilegios anteriores, presentándose como defensores del Islam. La autonomía no la consiguieron, pero conservaron sus privilegios:  es significativo que la servidumbre en Bosnia fue abolida muy tarde, en 1919.  La conservación del status quo  social y en gran medida político hasta 1878, impidió la articulación de un nacionalismo moderno entre los musulmanes bosnios.
 
EL PROCESO DE SECULARIZACIÓN  (1878-1990)
 
Bosnia como parte del Imperio austro-húngaro
 
En el Congreso de Berlín (1878), los nuevos estados ortodoxos recibieron el reconocimiento internacional. En el mismo congreso se dio el visto bueno para la “ocupación y administración” de Bosnia por parte del  Imperio austro-húngaro.  Con ello comenzó un proceso lento de modernización política, económica y cultural, que implicaba la transformación de las identidades religiosas heredadas del sistema millet. En Bosnia aún se conservaba el sistema feudal. Las sucesivas rebeliones campesinas que culminarían en 1875, aunque eran de signo social, conferían cada vez más al conflicto un signo religioso, toda vez que éste enfrentaba a los terratenientes musulmanes con los campesinos cristianos. El gobernador de la Bosnia de los Habsburgo,  Benjamín Kállay,  (historiador y diplomático, cónsul en Belgrado antes de 1878, y Ministro de finanzas en Bosnia entre 1882-1903) fue el primero en promover una identidad bosnia - bosnjaci- ( traducida al español  como “bosníacos”, para evitar el término “bosnios”, que, supuestamente solo se refiere a una entidad geográfica), con la idea de frenar los nacionalismos serbio y croata. Los ideólogos de ambos nacionalismos consideraban que los musulmanes bosnios son serbios o croatas de la fe islámica, lo que serviría como excusa para intentar unir los territorios bosnios a Serbia y Croacia. Una aspiración nacionalista de ambos grupos que se repetiría a lo largo del siglo XX en todos los conflictos en que estuvieron involucrados los tres grupos étnicos.  Mientras los serbios y croatas avanzaban rápidamente en la articulación de sus exigencias nacionalistas, apoyados por Serbia y Croacia respectivamente,  los musulmanes, en minoría, sin claras ideas políticas, aspiraban a recuperar una versión del sistema millet para su comunidad. La estrategia política de los Habsburgo consistía en favorecer a las elites católicas y mantener los privilegios agrarios de los musulmanes a cambio de su lealtad. En 1878, más de un tercio de la tierra fértil era propiedad de unos pocos vakuf. Los campesinos cristianos esperaban impacientemente una reforma agraria. En 1910, después de más de  treinta años de gobierno imperial, el 91,1% de agas y beyes  (terratenientes) eran musulmanes, mientras los raya eran cristianos ortodoxos o católicos en un 95,4%. Lo único que hicieron los austriacos fue crear una magistratura para regular las relaciones comunitaristas ya existentes. Crearon el registro de la propiedad, el registro civil y una serie de leyes que supuestamente iban a proteger a los campesinos cristianos de los abusos de los terratenientes musulmanes. Para controlar lo que era lo más importante en Bosnia - la tierra- crearon una comisión administrativa de los vakufs cuyos miembros eran elegidos por los musulmanes. La servidumbre no desaparecería en Bosnia hasta 1919. En principio, el emperador controlaba el nombramiento de los representantes religiosos de la tres comunidades.  Solo a partir de 1903,  en el caso serbio,  y 1909, en el caso de los musulmanes, dichas comunidades obtuvieron la autonomía cultural y religiosa.
 
La modernización austriaca de Bosnia supuso la organización de elecciones parlamentarias. Aunque, al principio, el gobernador austriaco reprimía cualquier actividad política de las tres comunidades por miedo a los nacionalismos serbio y croata, permitió la creación de  partidos políticos entre 1906 y 1910 (en Serbia y Croacia, éstos existían desde la mitad del siglo XIX). En las primeras elecciones, la votación fue todavía censitaria; esto es, sólo pudieron votar los más ricos de sexo masculino (según el criterio de la cantidad de dinero que pagaban en  forma de impuestos). Además, se elegía el número de diputados en proporción al número de miembros de cada comunidad ( 37 ortodoxos, 29 musulmanes, 23 católicos y un judío). La estructura comunitarista estaba perfectamente conservada y representada.  Es interesante subrayar que  los partidos de signo nacionalista  que aparecieron entre 1906 y 1910 ( La Organización Popular Musulmana, La Organización Popular Serbia y La Asociación Popular Croata),  ganaron con la amplia mayoría.
 
ByH en las dos Guerras Mundiales
 
La Primera Guerra Mundial, cuyas causas fueron múltiples, aunque estalló tras el asesinato del archiduque Franz Ferdinand en Sarajevo (28.06.1914.) por el nacionalista serbio Gavrilo Princip, cambió el mapa político europeo, al traer consigo la desaparición de los imperios e imponerse los famosos catorce puntos del presidente norteamericano Widrow Wilson, que proclamaban el derecho de los pueblos a la autodeterminación. Bosnia, después de la caída del Imperio otomano, se convirtió en el “corazón del islam europeo”. Sin embargo su población musulmana se quedó sin Estado propio, como una minoría dentro del Estado de los eslavos del sur, el Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos, que entre 1929 y 1941, se denominaría Reino de Yugoslavia. Para la comunidad musulmana de Bosnia, comenzaba un período de inseguridad. La nueva ley agraria (1919) abolió la servidumbre, y las elites musulmanas perdieron el control de la tierra en Bosnia. Además, las instituciones estatales quedaron en manos de los serbios, incluida la comisión para la administración de los vakufs.  Desde el momento en que los musulmanes pasaron a formar parte del Estado de los eslavos de sur, necesitaron aliarse con uno de los pueblos mayoritarios, serbios o croatas, para garantizar su propia supervivencia.  Una práctica que estimuló el oportunismo político, pero que situó a la comunidad musulmana entre las dos comunidades cristianas y sus conflictos continuos. Los musulmanes terminaron por dividirse en dos grupos: pro-croatas o pro-serbios. Sin embargo, en las elecciones parlamentarias de 1920, los musulmanes votaron al único partido musulmán que se presentó a las mismas, la Organización Musulmana Yugoslava  ( heredera de la Organización Popular Musulmana). El voto comunitarista se había conservado: los serbios y croatas votaron a varios de sus respectivos partidos, todos de signo nacionalista.
 
Los cambios políticos en el Estado de los eslavos del sur perjudicaron a los musulmanes, pero, con los cambios de 1929, quedaron incluso en una posición más desventajosa: perdieron la autonomía religiosa y cultural ( de la que gozaban desde 1909). Desapareció la división de Bosnia en 3 sandzak y se introdujo una nueva que establecía 4 banovinas  ( el Estado entero estaba dividido en 9 banovinas ). La nueva planta política favoreció a la población serbia de Bosnia, cuyos territorios quedaron lindantes con los de Serbia. La Organización Musulmana Yugoslava, en señal de protesta, salió del Gobierno, pero, ante las elecciones que de 1935,  pactó con el Partido Radical Serbio a cambio de recuperar la autonomía cultural y religiosa.  Esta vez, los musulmanes no votaron en su mayoría a “su partido”. Una parte importante del voto musulmán pasó al Partido Comunista. 
 
La crisis económica de las elites musulmanas y la confusión política provocaron una crisis de identidad en la comunidad de Bosnia. Esta crisis se reflejó en la fundación, en 1939, de la organización Mladi Muslimani - Jóvenes Musulmanes -, de claro signo panislamista. Era la primera vez que las ideas radicales aparecieron públicamente entre los musulmanes bosnios, aunque su presencia larvada es anterior. La desaparición del Imperio otomano despejó el camino para la difusión del islam árabe en las comunidades que quedaron inclusas en condición de minorías en los Estados balcánicos de mayoría cristiana. Esta nueva influencia se puede percibir en el hecho de que  los musulmanes bosnios participaron ya en los Congresos Panislamista celebrados en Jerusalén, en 1931, y en Ginebra (1935), pero, sobre todo, en el hecho de que  la  educación superior de sus elites religiosas  se traslada a la Universidad egipcia al-Azahar, cuna del grupo Jama`at al-Shubban Muslimin  (Asociación de Jóvenes Musulmanes), muy cercano al movimiento radical egipcio, más conocido, de los Hermanos Musulmanes. Los Jóvenes Musulmanes bosnios surgieron de la  unión de dos  asociaciones religiosas, ambas creadas por antiguos estudiantes de las universidades de Egipto:  Trezvenost (Sobriedad) y Ihvan (Hermanos).  Mientras el nombre de la primera hace honor a una de las reglas básicas de la práctica del Islam - no consumir alcohol-, la segunda alude a los Ikhwan, grupos paramilitares creados por los beduinos leales a los wahhabíes en 1912, como una especie de ejército que influiría decisivamente en la creación de Arabia Saudí en 1932. La aparición en el mundo árabe de las organizaciones de signo panislamista, (que Antonio Elorza define como “un híbrido entre las órdenes sufies tradicionales y modernos partidos totalitarios.”), fue consecuencia, principalmente  de dos hechos: de la eliminación del califato en 1924 por Kemal Atatürk  (que fue vista como la supresión del poder religioso-político y su sustitución por un poder laico y “satánico”), y la creciente frustración que producía la comparación entre el mundo musulmán y Occidente.  Según el historiador bosnio Truhulj, los Jóvenes Musulmanes mantuvieron, antes de la Segunda Guerra Mundial, una red en más de treinta ciudades de ByH, y en un buen número de seguidores en los  pueblos.
 
La crisis interna de la comunidad musulmana se agravó ante el acuerdo entre serbios y croatas para la división de Bosnia y su anexión a Serbia y Croacia. ( El Gobierno Cvetkovic-Macek hizo lo mismo que harían Franjo Tudjman y Slobodan Milosevic en 1992.). Los musulmanes respondieron con la fundación del Movimiento para la Autonomía de Bosnia y Herzegovina, con el fin de crear un Estado independiente que sería auspiciado por los alemanes. Pero, ya en 1941, el Estado Independiente Croata, creado bajo tutela del III Reich y presidido por el ustacha  Ante Pavelic, se anexionó Bosnia proclamando “la unión de todos los croatas, de fe católica y fe musulmana”. Desde entonces, la mezquita de Zagreb se convertiría en el centro de la resistencia espiritual musulmana en territorio yugoslavo. La comunidad musulmana se dividió en cuatro grupos: unos apoyaron al Estado croata. Otros mantuvieron el ideal de una Bosnia autónoma. Los más radicales crearon la división bosnia de la SS -Handzar- y lucharon al lado de los nazis. Pero los únicos que tuvieron apoyo de la mayoría de los musulmanes bosnios fueron los partisanos comunistas encabezados por Josip Broz, Tito. Los comunistas supieron movilizar a los musulmanes para su propia causa prometiéndoles su “afirmación nacional” en el futuro Estado comunista.
 
ByH en la Yugoslavia comunista
 
La secularización de los musulmanes de Bosnia  culminó en los primeros años de la Yugoslavia titista. Según los comunistas, la prometida “afirmación nacional” no incluía la conservación de las instituciones religiosas tradicionales: ya en 1947 se prohibieron los vakufs, las madrasas, los juzgados basados en la sharia  (que estaban vigentes desde la época otomana), los tekkes  ( casas de los derviches bektachi), así como varias asociaciones culturales ( Preporod, Narodna Uzdanica, Gajret). A las mujeres se les prohibió llevar el velo. En 1946 y 1949,  hubo una purga de los miembros de la organización de los Jóvenes Musulmanes, a quienes se acusaba de ser “agentes de una organización terrorista”. Sin embargo, la institución más importante para  los musulmanes - la Umma  (Yugoslovenska Islamska zajednica - Comunidad islámica yugoslava)- no solo fue conservada, sino abiertamente apoyada por el Partido Comunista. Esta paradoja se puede entender si se tiene en cuenta la estructura del Estado yugoslavo. Yugoslavia fue constituida como un Estado federal de seis repúblicas ( desde 1974, integró además dos comunidades autónomas), claramente inspirado en el modelo de la URSS. Su población se dividía en dos grupos nacionales:  narod - los pueblos a los que se reconocía estatuto de pueblos constitutivos (serbios, croatas, eslovenos, montenegrinos, macedonios) y narodnost, (las minorías no constitutivas de la nación: albaneses, gitanos, húngaros, eslovacos, etc.). Era un Estado cuya estructura plurinacional se plasmaba en sus 6 repúblicas, cada una con su propio Partido Comunista y sus instituciones nacionales. En 1968, a  los musulmanes de Bosnia se les reconoció el estatuto del pueblo constitutivo. Pero lo cierto es que no tenían  instituciones nacionales propias, como lo tenían otros pueblos, cada uno en su república, sino que vivían en Bosnia junto a otros dos pueblos constitutivos - serbios y croatas. Esta falta de “identificación nacional” fue compensada por la conservación de la Umma , privilegio que debieron al acercamiento entre Tito y varios países musulmanes en el bloque de los Países no alineados, cofundado por el presidente egipcio Nasser, el de la India, Nehru, y el propio Tito.  Bajo la presión de las reclamaciones nacionalistas de croatas y albaneses, el Estado yugoslavo empezó a descentralizarse en los años setenta, aunque también influyó en ello la crisis general del comunismo en los países del Este. En Bosnia se reabrieron algunas madrazas, así como la Facultad de Ciencias Islámicas (Sarajevo). Sarajevo se convirtió en la capital editorial  de la literatura islámica en lenguas eslavas, aunque también se publicaron allí libros y folletos en árabe. Sin embargo, no se permitió la restauración de los vakufs.  Estos cambios mejoraron muchísimo el estatuto de los musulmanes bosnios, pero no satisficieron  a los más conservadores. Aunque entre 1946 y 1949 la mayoría de los  miembros de la organización Jóvenes Musulmanes fueron arrestados ( y cuatro de ellos castigados con la pena capital), los que emigraron al extranjero fundaron nuevas organizaciones: en 1958, en Viena, el Camino verdadero, en Paris (1959) se creó el grupo Islam, y en Zurich (1960), la Alianza Liberal de los Musulmanes Bosnios. Algunos militantes se quedaron en Bosnia. Pero todos tenían un objetivo idéntico,  el de unir a todos musulmanes de los Balcanes en un Estado común.
 
Con la liberalización de los años sesenta en Yugoslavia, los Jóvenes Musulmanes renovaron sus actividades de modo informal. El imam Hasan Cengic y algunos activistas, entre ellos el futuro presidente de la ByH independiente Alija Izetbegovic (que fue arrestado en las purgas de 1946 contra los Jóvenes Musulmanes), organizaron en las madrasas de Sarajevo encuentros entre las elites religiosas e intelectuales, donde se debatían cuestiones políticas y educativas. El renacimiento de los Jóvenes Musulmanes bosnios coincide con la radicalización del mundo musulmán en general:  en 1968 surge el terrorismo islamista en el Oriente Medio;  en 1979, en Irán, el chiísmo radical llega al poder a través de la revolución islámica  del Ayatollah Jomeini. A finales del  mismo año, la URSS invadió Afganistán. La Yugoslavia comunista intentó ajustar cuentas con sus musulmanes en 1983, después de la publicación de la Declaración Islámica  (que se considera el manifiesto de los Musulmanes Jóvenes), cuyo autor, Alija Izetbegovic, y doce personas más fueron acusadas de propagar el panislamismo y el “nacionalismo musulmán”. Los acusados se presentaron como víctimas de un régimen totalitario, castigadas en un proceso montado. Pero lo cierto es que la Declaración Islámica  contiene una dura crítica al laicismo en Turquía, y un elogio entusiasta de la creación de Pakistán, cuya experiencia y ejemplo querían seguir. El proceso de 1983 contra los trece miembros de Jóvenes Musulmanes no impidió que, en 1989, año del colapso general del comunismo en Europa, 218 estudiantes de las madrazas bosnias fueran a estudiar a las universidades de  Egipto (109), Arabia Saudí (44), Jordania (20) y Turquía (15). Si se juzga por el número de estudiantes que fueron a Turquía,  la influencia de este país en ByH, iba siendo  sustituida por los  países donde el islamismo radical era más fuerte, Egipto y Arabia Saudí.
 
El proceso de secularización en Bosnia duró más de un siglo (1878-1990). Sus resultados fueron ambiguos. Durante este proceso, los musulmanes llegaron a perder todos sus privilegios económicos y políticos, hasta convertirse en una población sin autonomía cultural, religiosa ni, obviamente, política. La crisis provocada por ello fue una de las causas del arraigo del panislamismo y de la vinculación de los musulmanes de ByH con los países árabes más radicales.  Por otra parte, la secularización, aunque forzosa, trajo a la comunidad musulmana de Bosnia algo que la mayoría de las poblaciones musulmanas del mundo no habían experimentado: la modernización. Durante este periodo los musulmanes de Bosnia comenzaron a crear una identidad nacional  cuyas aspiraciones políticas se articulaban a través de sus representantes políticos, instituciones y partidos, y se prepararon así para asimilarse al sistema de la democracia parlamentaria.
 
EL PROCESO DE REISLAMIZACIÓN DE ByH (1990-2000) 
 
El colapso general del comunismo abrió paso a una novedad extraordinaria en el mundo musulmán balcánico.  Ninguna comunidad musulmana del mismo, exceptuando la de Bosnia, había tenido partido político alguno que representase sus propios intereses en las épocas anteriores.  A lo largo de 1989 y 1990, los musulmanes balcánicos crearon varios partidos que participaron en las primeras elecciones libres después de la caída del comunismo.  Es significativo, de entrada, que los nombres de estos partidos  no tuvieran connotaciones étnicas (como los partidos fundados por los serbios, croatas, eslovenos, búlgaros, etc.). Los musulmanes de ByH crearon el Partido de Acción Democrática (Stranka Demokratske Akcije -SDA) ; los albaneses de Kosovo, la Liga Democrática de Kosovo; los de Macedonia el Partido Democrático de la Prosperidad; los turcos de Bulgaria fundaron un Movimiento por el Derecho y la Libertad. Pero no rebasaron las fronteras de sus propios grupos étnicos, esto es, sólo fueron votados por los musulmanes de sus propias comunidades.  De todos los partidos mencionados, el único con antecedentes históricos, era el SDA, fundado por antiguos miembros de la organización Jóvenes Musulmanes, lo que explica en buena medida que, en el proceso de creación de una identidad nacional musulmana, se mezclasen dos ideologías opuestas: el panislamismo y  el nacionalismo.
 
El reconocimiento internacional del Estado independiente de  ByH en 1995 (Acuerdos de Dayton), reflejó más las exigencias pacificadoras de  los EEUU y  de la Unión Europea que las aspiraciones de sus tres pueblos constitutivos, toda vez que los croatas y serbios, apoyados por los nacionalistas de las repúblicas vecinas, querían dividir ByH y unir sus territorios a Croacia y Serbia. Es cierto que  el SDA fue el único partido que públicamente apoyó la conservación de ByH, pero no por falta de  un proyecto etnicista equivalente a los de los nacionalistas serbios o croatas. Su meta era convertir ByH en un Estado nacional de los musulmanes, y unirlo con Sandzak (provincia serbia de mayoría musulmana). En este hipotético Estado, los serbios y croatas serían una minoría.  De hecho, en 1993, en Sandzak, el SDA organizó un referéndum  a favor de secesión de esta provincia de Serbia y su unión con ByH.  Pero, aquí no intentaremos explicar las causas y las consecuencias de la última guerra en Bosnia (que indudablemente comenzó con la agresión de los serbios). Nos centraremos sólo en  las aspiraciones políticas de  los musulmanes bosnios en el momento de desintegración y destrucción de la Yugoslavia comunista. ¿Qué Estado nacional y qué identidad nacional pretendían construir? Para responder a esta pregunta, es necesario analizar la creación del SDA y las estrategias políticas adoptadas por su cúpula.
 
Creación del SDA: dos generaciones de panislamistas
 
El SDA fue fundado en 1990 por cuarenta musulmanes, de los que ocho  eran miembros “históricos” de la organización Jóvenes Musulmanes, procesados en 1983. Otro grupo era muy cercano a la mezquita de Zagreb. El más celebre de todos los fundadores, Alija Izetbegovic, había servido de mediador, durante los años setenta, entre los antiguos panislamistas, las elites religiosas encabezadas por el joven imam Hasan Cengic, y los intelectuales, en su mayoría comunistas y arreligiosos. De este modo consiguió unir a los comunistas de extracción musulmana con los antiguos panislamistas y los estudiantes de las madrasas que controlaba el imam Cengic. Izetbegovic y su grupo crearon varias organizaciones culturales de signo musulmán que facilitaron la comunicación entre gente de procedencia tan diferente.
 
El meollo del  programa político del SDA, con el que se presentó a las primeras elecciones libres (1990), era “reunir a todos los musulmanes del círculo histórico-cultural” de Yugoslavia (los de Bosnia, Kosovo, Macedonia, Sandzak, y turcos y gitanos musulmanes), en el  marco de la democracia parlamentaria. También exigieron la devolución de la propiedad de los vakufs a la Umma, la restauración de las fiestas religiosas y la introducción del régimen alimentario halal en hospitales, cárceles, escuelas, etc.  El éxito del SDA en ByH fue absoluto (entre los musulmanes), lo que no se podría afirmar respecto a Kosovo o Macedonia.   La clave de este éxito estaba, en primer lugar, en el clima general de las primeras elecciones bosnias: los grandes perdedores fueron los partidos “cívicos”, pues ganaron los tres grandes partidos de signo nacionalista.  La corriente panislamista aprovechó sus buenas relaciones con el clero, de modo que en las campañas electorales participaron como oradores imames y ulemas. Se enarbolaban banderas verdes y los políticos abrían sus mítines con un saludo religioso. La instrumentalización de la religión por parte de la cúpula del SDA saturó la comunicación entre la elite política y las bases sociales de símbolos islámicos con los que podría identificarse toda población musulmana.
 
Estrategias de politización de la identidad étnica
 
La instrumentalización de la religión fue casi espontánea y bastante lógica, por el hecho de que, en el territorio de la antigua Yugoslavia, la identidad religiosa era el fundamento de la identidad nacional, como lo había sido desde el siglo XIX. Después de la caída del comunismo, el uso y abuso de los símbolos religiosos para fines nacionalistas fue general.   Por otra parte, era de esperar que el clero quisiera recuperar su protagonismo después de más de cincuenta años de marginación. Ya en 1990, un grupo de intelectuales laicos encabezados por Adil Zulficarpasic, representante de la emigración política musulmana, propuso que el nombre “musulmán” fuera sustituido por bosnjak (bosníaco). Se trataba de la idea ya acariciada por el gobernador austro-húngaro Kállay, en el siglo XIX, para neutralizar los nacionalismos en Bosnia. Los panislamistas se opusieron a esta “secularización” de la identidad nacional musulmana y los expulsaron del SDA. Zulficarpasic fundó otro partido -la Organización Bosníaca- , pero sólo obtuvo el 1,1% de los votos, frente al 30,4% del SDA ( más de dos tercios del voto total musulmán). Pero no fue ésta la única batalla ganada por los panislamistas. Este mismo año hubo otra, más significativa. En las elecciones presidenciales, de los dos candidatos, fue elegido Alija Izetbegovic, por la decisión de la cúpula del SDA, sin respeto a los ciudadanos que votaron en gran mayoría a otro candidato, Fikret Abdic ( 1.040.307  frente a los 874.213 que apoyaron a Izetbegovic). Así, los antiguos Jóvenes Musulmanes consolidaron  su hegemonía dentro del partido.
 
Una estrategia de politización de la identidad étnica propiamente dicha apareció más tarde, en 1993. Aunque los panislamistas, en 1990, habían rechazado la idea de sustituir el nombre musulmán por bosnjak , lo aceptaron en 1993, presentándolo como su propio proyecto.  Este cambio de postura fue causado por la guerra: sólo la mimetización comunitaria con una identidad nacional posibilitaba la visibilidad política. Como explicaba Dzemaludin Latic: “Tenemos claro que quien no tiene un nombre nacional en Europa, no puede tener Estado propio”.[4]
 
Proclamar una identidad nacional y política exige dotarla de contenido, y así, una serie de “expertos” sostuvieron la existencia de un idioma bosnio diferente del serbocroata. Estos mismos expertos fueron encargados de editar libros de literatura y arte exclusivamente bosnios.  Por tanto, podemos distinguir dos tipos básicos de politización de la identidad étnica: la primera se percibe fácilmente, es obvia, como cambiar el nombre del grupo o identificar la identidad nacional con el idioma. Sin embargo, otra estrategia, la que denominamos reislamización, es mucho más difícil de percibir. El SDA apoyaba públicamente la reislamización usando el argumento viejo de los panislamistas: frente a los cristianos es necesario tener una identidad distinta, y la diferencia specifica  (la única posible) está en la religión. Los panislamistas tenían una influencia decisiva en la política del SDA, pero este hecho no hace del SDA un partido islámico, ni tampoco se puede afirmar que quisieran convertir ByH en un Estado islámico.  Hay distintas razones que explicarían dicha contención, pero merecen ser tenidas en cuenta las que menciona Dzemaludin Latic, hablando de Alija Izetbegovic:
 
Su meta no era hacer de ByH un Estado islámico, no sólo porque ese Estado limitaría las libertades básicas de musulmanes y no musulmanes, sino porque el entorno europeo hostil podría destruirlo ¡incluso con la bomba atómica! Todos los que conocen un poco el Islam saben que ni el mismísimo Dios (alabado sea su nombre) no pediría de nosotros un orden islámico en Europa.[5]
 
No hay razones para dudar de la sinceridad de Latic, pero  podemos objetar que sus declaraciones nada dicen acerca del papel que se asignó al Islam en las estrategias del SDA para despertar el nacionalismo de los musulmanes. Lo intentaremos descubrir a través del análisis de las relaciones entre la cúpula del partido y las elites religiosas.
 
En 1993, año en que se puede percibir la emergencia de una serie de estrategias “planificadas” para politizar la identidad étnica musulmana, el SDA se “apoderó” de la institución de la Islamska Zajednica (Comunidad Islámica), conservada y protegida durante el comunismo por el mismo Estado. Bajo el Estado yugoslavo, la Comunidad Islámica había sido dirigida por el reis-ul-ulema Mustafa Selimovski. Éste tuvo el apoyo de las instituciones religiosas de todas las comunidades musulmanas yugoslavas y estaba contra la instrumentalización de la religión. Después de la caída del comunismo, Selimovski intentó reunir todos los musulmanes de Europa Central y los Balcanes en una única Comunidad Islámica. Los panislamistas, viendo un obstáculo en Selimovski para su proyecto político en Bosnia, tomaron una decisión paradójica, la de “nacionalizar” el Islam. En contra de la  voluntad de las instituciones comunitarias existentes, los musulmanes de ByH, persuadidos por los panislamistas del SDA, eligieron a Mustafa Ceric  como reis-ul-ulema sólo de los musulmanes de Bosnia y Sandzak. De este modo, los musulmanes de Kosovo, Macedonia y Montenegro se veían obligados a crear sus propias Ummas. La “nacionalización” de los musulmanes de BiH y Sandzak, además de provocar una peligrosa fragmentación del Islam, demostró que el SDA consideraba que la identidad nacional estaba por encima de la identidad religiosa, rompiendo de este modo con la tradición del Islam. 
 
Entre 1990 y 2000 en ByH se abrieron seis madrasas más (existían sólo dos anteriormente), varias mezquitas ( financiadas por donaciones de Arabia Saudí y Kuwait); y se introdujo la asignatura de la religión como optativa en las escuelas. La Casa Real Saudí financiaba cada año un millar de peregrinaciones de bosnios a la Meca. Arabia Saudí subvencionaba varios proyectos de restauración religiosa en ByH, a cambio de una mayor influencia a través del clero que prestaba a las mezquitas y madrasas. 
 
Hay que tener en cuenta que la reislamización fue facilitada por la guerra. Se crearon las “brigadas musulmanas” que formaban parte del Ejército de ByH, pero cuyos miembros eran muhajidines de origen árabe, que se consideraban guerreros de la jihad. Evan F. Colman, en su libro Al-Qaida´s Jihad in Europe, The Afgan-Bosnian Network, afirma  que alrededor de dos mil voluntarios árabes pasaron por ByH durante la guerra. De ellos, 741 recibieron la nacionalidad bosnia, incluido el mismísimo Bin Laden. Todos los muertos en combate se consideraban como mártires de la fe (shehides), y en sus entierros hubo siempre representantes de la elite religiosa y política. Estos hechos llevaron hacia una definición lógica  de la guerra en Bosnia: uno puede ser mártir de  fe sólo si pierde la vida por ella en combate contra un enemigo religioso, en este caso cristiano. La ofensiva nacionalista serbia y croata se definió como “cruzada”. Paradójicamente, el conflicto nacionalista se convirtió en un conflicto puramente religioso, aunque es difícil de afirmar que todos los participantes ( de los tres bandos) fueran creyentes sinceros. Simplemente, lo religioso, como siempre en los Balcanes, había ocupado el lugar de lo nacional.
 
Panislamismo y comunismo
 
Las estrategias “obvias” del SDA - instrumentalización de la religión, cambio del nombre musulmán por bosníaco, invención de la tradición y cultura bosníaca-, son básicamente un mimetismo y una prolongación de la estrategia practicada por los comunistas  a partir de 1968, aunque los fines de estos dos grupos eran muy diferentes. Los comunistas permitieron la existencia de la Comunidad Islámica Yugoslava a cambio de su control y de un equilibrio de los nacionalismos en la antigua Yugoslavia. No necesitaban su apoyo, toda vez que su poder estaba garantizado por un sistema totalitario implantado en todas las estructuras estatales y sociales. Los panislamistas del SDA crearon  la Comunidad Islámica particular de ByH y Sandzak, territorios que pretendían controlar como un Estado nacional musulmán. El apoyo de las instituciones religiosas y sus elites era fundamental para la legitimidad popular del SDA. Pero, ¿cómo el SDA iba a asegurar su poder político en un gobierno de ByH compuesto por la coalición de los tres grandes partidos nacionalistas?  He aquí una paradoja más: el SDA no estaba interesado en asegurar este poder, excepto frente a los serbios y croatas, pero no para su uso interno, no para su poder sobre los musulmanes. Prueba de ello, así como de la influencia decisiva de los panislamistas en el SDA, es la creación de redes paralelas al gobierno, que produjeron una refracción del poder. Las instituciones públicas, democráticamente elegidas, no gozaban de legitimidad de ipso.
 
El núcleo duro del SDA, los panislamistas, exceptuando a Alija Izetbegovic, nuca proporcionó candidatos para las funciones públicas. Pero lo cierto es que controlaban instituciones que les aseguraban un poder decisivo y la colaboración con el mundo musulmán árabe, cuyo apoyo político y financiero era fundamental para ellos. En 1993, fundaron la Liga Patriótica, una especie de servicio secreto musulmán, cuya función era la  “defensa militar de ByH”, lo que quiere decir que se ocuparía de conseguir armas para el Ejército bosnio durante el embargo impuesto por la UE.  Ese mismo año se creó la organización humanitaria Merhamet (el mismo nombre que llevó una de los Jóvenes Musulmanes), para coordinar la ayuda humanitaria de los países musulmanes. Sus vínculos  con las ONGs posteriormente acusadas de preparar la infiltración en ByH de  islamistas radicales vinculados al Al Qaeda y Bin Laden ( BIF -Comité para la Benevolencia Islámica; MWL -Muslim World League; TWRA -The Tirad World Relief Agency) llevaron al SDA a una posición comprometida después de la firma de los Acuerdos de Dayton.  Su institución paralela al Parlamento de ByH era la Bosnjacki Sabor (Unión bosníaca), compuesta exclusivamente por miembros de la Comunidad Islámica, ambas presididas por el reis-ul-ulema Mustafa Ceric. Es éste el punto donde se puede percibir que el SDA tenía una idea del Estado como un proyecto político-religioso. Respecto a la actividad del SDA en las relaciones exteriores, su actitud coincide con la de otros partidos nacionalistas del gobierno de coalición. Así como las embajadas de Chile o Argentina estaban reservadas para los croatas, dadas sus conexiones “históricas” con estos países, las de los países árabes estaban aseguradas para los panislamistas. A las embajadas de Bruselas o Londres iban los representantes de los partidos cívicos.
 
La corriente panislamista no tenía tanto poder dentro de la comunidad musulmana como para construir un partido islámico y menos un Estado islámico. Pero su papel en el SDA lo definió en 1993, Adam Jahic, un destacado panislamista de Tuzla:
 
ByH debe ser un Estado basado en la ideología musulmana, en las reglas legislativas, religiosas y ético-sociales del Islam, aunque debe contener los elementos de los sistemas políticos occidentales, que no sean contradictorios con los arriba mencionados.  A todos los ciudadanos de ByH se les debe garantizar la igualdad jurídica, pero el nivel de prosperidad social de cada individuo, aparte de su profesionalidad, va a depender sobre todo del nivel de aceptación y práctica de las reglas espirituales de la ideología musulmana.[6]
 
Un año más tarde, en 1994, Alija Izetbegovic volvió hablar sobre este tema, pero de un modo más mitigado:
 
Nosotros, obviamente, no vamos a preguntar a los oficiales si respetan reglas de la alimentación halal o si van a la mezquita. Les exigiremos que luchen con sinceridad, y pueden creer en lo que crean, pero pronunciar blasfemias contra Alá, esto, no se les puede permitir. Entre nosotros, es completamente desconocido e inusual blasfemar de Dios.[7]
 
He aquí otra semejanza entre los comunistas y panislamistas, lo que pone en evidencia el signo totalitario de amabas ideologías: la creencia en que la prosperidad individual puede facilitar la fe en una doctrina.
 
El SDA usó el Islam para despertar el nacionalismo musulmán y para convertirse en el único representante legitimo de este último. Su función básica consistía en asegurar un marco étnico común, aunque pronto serviría para la legitimación del clientelismo y de la corrupción (otra de las prácticas comunistas justificadas por ideología). La instrumentalización del Islam en la movilización nacionalista produjo la politización de la identidad étnica, pero, tuvo un efecto “boomerang”: la nacionalización del Islam.  Los panislamistas bosnios, encabezados por Alija Izetbegovic, eran conscientes de la imposibilidad de construir un Estado islámico en los Balcanes, lo que no les impidió radicalizar a los musulmanes bosnios. El despertar nacionalista de los musulmanes bosnios ( y de los de Sandzak y los albaneses de Kosovo, pero no de los Bulgaria o Rumania, por ejemplo),  que se manifestó en la exigencia de construir Estados nacionales propios, no se puede explicar sólo con los argumentos de la desintegración de la Yugoslavia comunista o de la agresividad del nacionalismo serbio y croata. La raíz de este nacionalismo se encuentra en la estructura comunitarista que permaneció durante siglos (en caso de ByH), así como en el hecho  de que el sistema comunista yugoslavo ( como el de la URSS, pero no el de Bulgaria o Rumania), manipuló en su provecho los nacionalismos de distinto signo.
 
La historia del SDA y las estrategias políticas adoptadas por este partido demuestran , contra la opinión extendida que define a los musulmanes balcánicos como “europeos, tolerantes, democráticos, pacíficos, etc.”, pero también contra la de quienes se refieren a ellos como una “amenaza verde”, que ni siquiera los musulmanes bosnios son un grupo democrático homogéneo y que el fermento islamista ha estado y sigue estando presente en la región, entreverado en unos nacionalismos dudosamente seculares.
 

 
 
Mira Milosevich es profesora e investigadora del Instituto Universitario Ortega y Gasset.
 
Notas


[1] La etimología de la palabra Umma:  umm es “madre”, sugiere que no se trata sólo de la comunidad de los creyentes, sino, tal como se usa con  frecuencia en el Corán, refleja la transferencia  al plano simbólico de la  designación del   grupo de parentesco físico por el antepasado epónimo, cosa habitual en la sociedad árabe preislámica. La raíz amm, origen asimismo de imam,  sugiere la definición por un liderazgo en el que va incluida la dimensión teleológica. En: Antonio Elorza, Umma, El integrismo en el Islam. Alianza Editorial, Madrid, 2002. Pág. 23.
[2] Los bogomilos fueron un grupo religioso que surgió en Bulgaria durante el reinado del zar Simeón (siglo X), acusado de herejía por su creencia en el dualismo religioso heredado de las antiguas religiones persas y de los paulicianos. El nombre “bogomil”  viene del nombre de un sacerdote, que se llamaba así (“amado por Dios”). Los bogomilos se extendieron desde Bulgaria a otros países balcánicos de reciente e imperfecta cristianización.
 
[3] Ivo Andric, Razvo duhovnog zivota u Bosni pod uticajem turske vladavine, Prosveta, Beograd, 1997, pág.31.
 
[4] Semanal DANI, 01.06.1999.
[5] Semanal DANI, 18.06.1999., Xavier Bougarel, “Bosnjaci pod kontrolom panislamista”
[6] Ibídem.
[7] Ibídem.
 
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA
 
Historia general de ByH
-    Robert J. Donia, Johan V.A. Fine, Jr., Bosnia and Herzegovina: A Tradition Betrayed, Colombia University Press, New York, 1994.
-    Francine Friedman, The Bosnian Muslims, Denial of a Nation, Westview Press, Colorado, 1996.
-    Mark Pinson (Ed.), The Muslims of Bosnia-Herzegovina.Their Historic Development from the Midlle Ages to the Dissolution of Yugoslavia, Harvard University Press, Massachusetts, 1993.
-    Ivo Andric, Razvoj duhovnog zivota u Bosni pod uticajem turske vladavine, Prosveta, Beograd, 1997.
-    D.A.Dyker, I. Vejvoda, (Ed.), Yugoslavia and After. A Study in Fragmentation Despair and Rebirth, Longman, London, 1996.
-    Xavier Bougarel, Bosna. Anatomija Rata, B92, Beograd, 2004.
-    Tomislav Kraljacic, Kalajev rezim u Bosni I Hercegovini (1882-1903), Sarajevo, 1987.
 
Islam e integrismo islámico
 
-    Antonio Elorza, Umma, El integrismo en el Islam, Alianza Editorial, Madrid, 2002.
-    Stephan Schwartz, The Two Faces of Islam. Saudi Fundamentalism and its Role in Terrorism, Anchor Books, New York, 2003.
-    Ger Duizings, Religion and the Politiks of Identity in Kosovo, Hurst & Company, London, 2000.
-    H.T. Norris, Islam in the Balkans. Religion and Society between the Europe and the Arab World, Hurst & Company, London, 1993.
-    Hugh Poulton, Suha Taji-Farouki (Ed.), Muslim Identity and the Balkan State, Hurst & Company, London, 1997.
-    Xavier Bougarel, “From Young Muslims to the Party of Democratic Action: the Emergence of a Panislamist Trend in Bosnia y Herzegovina”, Islamic Studies, vol. XXXVI, 1997. págs. 533-549.
-    S. Truhulj, Mladi Muslimani, Zagreb, 1992.
-    Alija Izetbegovic, Islamska Deklaracija, Sarajevo, 1992.
-    Evan F. Kohlmann, Al-Qaida´s Jihad in Europa. The Afgani-Bosnian Network. Berg, Oxford, New York, 2004.
Rohan Gunaratna, Al Qaeda. Viaje al interior del terrorismo islamista, ServiDOC, Barcelona, 2003.