El olor de la indecisión

por Jeff Jacoby, 16 de abril de 2007

(Publicado en The Boston Globe, 1 de abril de 2007)

Las retiradas de tropas británicas o las votaciones del Congreso para salir corriendo no instan a menos salvajadas y menos desastre, sino a más. El olor de la indecisión no sacia el apetito de los totalitarios; lo estimula.
 
He aquí un rompecabezas: ¿Por qué elegiría Al Qaeda los últimos días para lanzar una sangrienta oleada de atrocidades terroristas, exactamente a la vez que los Demócratas del Congreso sometían a votación izar una bandera blanca y comprometer a Estados Unidos a la derrota en Irak?
 
Durante semanas, ha habido notablemente menos sangre y caos en las zonas más peligrosas de Irak. La cifra de civiles asesinados en Bagdad, por ejemplo, había caído de 1.222 en diciembre a 954 en enero, pasando por 494 en febrero. Las muertes de militares americanos habían caído un 20% durante el primer mes de la nueva estrategia de contrainsurgencia del General David Petraeus (el denominado 'incremento gradual'), mientras la cifra de terroristas sospechosos capturados se había disparado diez veces.
 
No obstante, la directiva Demócrata en la Cámara y el Senado eligió sacar adelante la legislación que exige que Estados Unidos retire sus tropas de Irak. Por supuesto, una retirada norteamericana es precisamente lo que quiere Al Qaeda -- Osama bin Laden se ha jactado de que la derrota de los Estados Unidos... en Irak significará la derrota en todas sus guerras. ¿No tendría más sentido pues que los terroristas continuasen pasando casi desapercibidos, manteniendo baja la violencia y no haciendo nada que pudiera poner en peligro la retirada americana?
 
¿Qué podría esperar obtener Al Qaeda haciendo pedazos esta calma relativa con los ataques de la semana pasada? La carnicería incluía un atentado suicida en un mercado de Bagdad que mató al menos a 60 personas, mujeres y niños en su mayoría, y una masacre con triple coche bomba en la provincia de Diyala que dejaba 28 civiles muertos. ¿Pero por qué ahora? Con los principales Demócratas de Washington apoyando la agenda de la rendición -- el líder de la mayoría en el Senado Harry Reid declaraba el martes que 'esta guerra no vale el derramamiento de otra gota de sangre americana” -- ¿por qué desatarían los terroristas una oleada renovada de masacres y desconcierto?
 
A esos efectos, ¿por qué ha elegido Irán este momento para secuestrar a 15 marineros y Marines británicos? Uno de los rehenes, el mando superior Faye Turney, fue obligada a redactar una carta instando al gobierno británico 'a empezar a retirar nuestras tropas de Irak que determinen su propio futuro'. Pero Gran Bretaña ha estado retirando sus tropas de Irak, reduciendo los niveles de efectivos de 40.000 en el 2003 a apenas 7.100 a fecha de febrero. El Primer Ministro Tony Blair anunciada recientemente que 1.600 tropas más serán retiradas esta primavera. De modo que, ¿cuál fue el motivo de la emboscada inesperada de Irán?
 
La respuesta en ambos casos es que así es como reaccionan los agresores totalitarios a la falta de valor.
 
'En el entorno bélico de Oriente Medio', escribe el lugarteniente coronel del ejército americano jubilado Ralph Peters en el New York Post, 'una táctica clásica ha sido retirarse ante la fuerza, pero atacar cuando tu enemigo se retira o muestra señales de debilidad'. Las retiradas de tropas británicas o las votaciones del Congreso para salir corriendo no instan a menos salvajadas y menos desastre, sino a más. El olor de la indecisión no sacia el apetito de los totalitarios; lo estimula.
 
Seis años después del 11 de Septiembre, y tanta gente rehúsa aún captar este hecho fundamental de la vida. Estados Unidos reaccionó con indiferencia al secuestro de sus ciudadanos y la destrucción de sus embajadas, de modo que los jihadistas atacaron el Pentágono y destruyeron las Torres Gemelas. Israel abandonó Gaza a los palestinos, y los palestinos convirtieron Gaza en una plataforma de lanzamiento para cada vez más terror. ¿Que la nueva directiva Demócrata anuncia a los cuatro vientos su disposición a abandonar al pueblo iraquí a merced de bárbaros? Los bárbaros se embolsan sus ganancias y siguen matando.
 
Bernard Lewis, el renombrado académico del islam y Oriente Medio y un hombre lo bastante mayor como para recordar el ascenso de Adolf Hitler, era citado recientemente diciendo que demasiados líderes políticos hoy ejemplifican 'el espíritu de Munich -- el rechazo a reconocer el peligro que afrontamos y la creencia en que a través del acomodo podemos evitar el conflicto'. Añadía, tristemente: 'Miro en derredor y veo más Chamberlains que Churchills'.
 
Pero eso es injusto con el primer ministro británico cuyo nombre es sinónimo de apaciguamiento en la era de los años 30. Una vez que Neville Chamberlain se dio cuenta de que Hitler era inapaciguable, declaró la guerra a la Alemania Nazi. Todo miembro del Congreso conoce hoy exactamente de lo que son capaces los islamistas. Algunos de los que la semana pasada votaron a favor de un plazo fijo para retirar a las tropas americanas de Irak habían advertido previamente de que tales plazos serían desastrosos. La Senadora Hillary Clinton, por ejemplo, decía en el 2005: 'no creo que sea inteligente fijar una fecha de retirada. Creo que nunca se debe telegrafiar tus intenciones al enemigo de modo que puedan estar esperándote'.
 
Desde el 2005 el enemigo no ha cambiado. Tampoco los riesgos de esta guerra, ni el valor y el compromiso de las tropas americanas que la libran. Lo que ha cambiado es el control del Congreso, y el aire está cargado del olor de la indecisión.